Robert Lee Parish, nacido el 30 de agosto de 1953 en Shreveport, Louisiana, fue apodado como “El Jefe” por Cedric Maxwell basado en la película “Alguien voló sobre el nido de cuco” en la cual Will Sampson, “Chief” Bromden era un indio americano de figura impenetrable y estoica, el reflejo perfecto de Parish.

En una época en la que la NCAA había impuesto una regla según la cual los jugadores podían ser becados si pasaban un rango académico, que el legendario pivot de 2,15 metros no aprobaba, la Universidad de Centenary en Louisiana decidió cambiar las calificaciones para poder contar con Parish en el equipo. Razón por la cual, la Asociación decidió multarlos por 6 años en los cuáles podrían participar pero no serían tenidos en cuenta en rankings, además de no poder participar en la post-temporada en una de las sanciones más duras que se impusieron en la historia del baloncesto universitario.

Como consecuencia de esto, Robert Parish no fue tan reconocido como lo merecía, en cuatro años con los “Gents” de Centenary tuvo record de 87-21 y 21,6 puntos con 16,9 rebotes. Números increíbles que no aparecen en las estadísticas de la NCAA por la mencionada sanción, sin embargo, a pesar de que hubo oportunidades de ser traspasado a una universidad donde pudiera tener mejor impresión por parte de los ojeadores, el mismo Parish comentó:

“No quise ser traspasado porque los “Gents” no hicieron nada malo. Nada. No lamentó haber permanecido en el equipo”

Ya en el Draft de 1976, los Warriors lo seleccionaron en la octava posición de la primera ronda y durante cuatro años sufrió de una reconstrucción que parecía no tener salida y se encontraba con la que para él fue la persona más arrogante que conoció: Rick Barry. El mal ambiente del vestuario sumado con la falta de resultados lo situaban molesto en la bahía:

“Estaba contemplando retirarme porque estaba perdiendo mi pasión por el juego. No disfrutaba jugando y mis compañeros eran egoístas e individualistas”

Y entonces, llegó uno de los traspasos más importantes en la historia de los Celtics. Red Auerbach, poseedor de la primera selección del Draft de 1980 veía en Kevin McHale su jugador favorito entre los disponibles, sin embargo, creía que el primer pick era demasiado alto para escogerlo. Por tanto, envió a los Warriors esa primera elección junto a la décimo tercera (a la postre Ricky Brown), por los derechos del tercer pick (McHale) y el calmado e imperturbable Robert Parish.

El inicio, como en todas las grandes historias, fue duro y agotador, siendo dirigidos por Bill Fitch su primer campamento como Celtic fue un infierno: correr hasta el cansancio llegó a dejarlo liquidado sosteniéndose contra una pared por el triturador entrenamiento. Tiempo después, el mismo Parish confesó que esa infernal preparación pudo ser parte de su prolongada carrera que se extendió a 21 temporadas, siendo el jugador más longevo en consagrarse campeón de la NBA con los Bulls del 97 con 43 años de edad:

“Era un perezoso cuando llegué a Boston” bromea al respecto.

Cuando se encontró con Larry Bird, temía que el líder del equipo fuera tan arrogante como sentía que Rick Barry lo era. Nada más alejado de la realidad, Bird fue el trabajador duro, motivador y emblema del equipo, sin ser egoísta y tratando de tenerlos a todos en la misma página. Había nacido el primer Big-Three y la primera temporada era inmejorable para los Celtics, arrasaban con el mejor récord de la liga: 62-20. Los números de Parish eran ridículos: 18.9 puntos, 9.5 rebotes y 2.6 tapones y llegaban a las finales de la NBA tras eliminar a los Bulls y a los 76ers para medirse con los poderosos Houston Rockets.

Hablamos de una era distinta, donde cada equipo necesitaba un pivot dominante y los Rockets contaban con el gran Moses Malone y el trabajo de Parish, especialmente en defensa fue fenomenal, haciéndolo promediar 6.3 puntos menos que lo que había hecho en el resto de los playoffs. El resultado fue el soñado, los Celtics vencían a Houston por 4-2 y levantaba un nuevo título de la NBA.

Si bien su primera temporada como verde fue muy buena, en el segundo año sacó lo mejor de su repertorio y tuvo el mejor año de su larga carrera de 21 años, anotando 19.9 puntos, bajando 10.8 rebotes y 2.4 tapones por partido y terminando quinto en la votación al MVP de la temporada, sin embargo, la lesión de Nate Archibald y unos duros Sixers acabaron con la temporada en Boston. Para la 82-83 los Celtics caían barridos ante Milwaukee y la era de Bill Fitch llegaba a su final por la deteriorada relación que llevaba con los veteranos del equipo y su ortodoxa forma de entrenar.

Era el momento de K.C. Jones, un hombre tranquilo pero trabajador y serio que al ser asistente de Fitch había llevado una gran relación con los jugadores que entregarían todo por su nuevo entrenador. La primera temporada al mando de K.C. fue fenomenal, con el mejor récord de la liga y dejando atrás a los Bucks en las finales de conferencia, llegaba el momento que la historia estaba esperando: Magic, Kareem y Los Ángeles Lakers.

También era el momento de que Parish diera un paso al frente, viéndose la cara con Jabbar cada noche tuvo que sacar lo mejor de su repertorio para salvar el Juego 2 de la serie con un robo ante Bob McAdoo en los últimos segundos y el Juego 4 con un increíble doble y falta que sacaba a Kareem del partido y le daba la ventaja a los Celtics. Pero la consagración vino en el séptimo y definitivo partido, superando por 10 rebotes al dominante pívot de los Lakers que junto con la feroz defensa en conjunto realizada por los verdes, daban el fruto más soñado. El decimoquinto título llegaba a Boston.

Tras caer en las finales de 1985 ante los Lakers, los Celtics se hacían con Bill Walton, un reconocido pivot que venía para ayudar un poco a Parish en la zona pintada. Walton encajo desde el primer momento y se convertiría en el gran amigo de Parish, que luego confesaría:

«Probablemente fue mi mejor compañero, además del más divertido. Respeto mucho su legado y todo lo que consiguió. Le aprecio por su honestidad y también por su integridad como persona.»

El resultado deportivo fue inmediato, Walton fue el sexto hombre del año y su generosidad rendía frutos en los dos lados de la cancha. En playoffs vencieron 3-0 a los Bulls de Jordan, acabaron con Atlanta en cinco partidos y barrieron a los Bucks en las finales de conferencia. Esta vez el rival de Parish era Ralph Sampson y los Rockets de Houston que también se vieron superados por los Celtics por 4-2 en el broche de oro para una de las mejores generaciones Celtics de la historia. 

Probablemente después de ese tope de rendimiento que encontró el equipo en 1986, «El Jefe» y compañía empezaron a lidiar con el paso del tiempo, las lesiones que empezaban a acechar constantemente a Larry Bird, Kevin McHale, Danny Ainge y Bill Walton. Además, la muerte de Len Bias y más adelante de Reggie Lewis cortó el proceso para que los Celtics siguieran en el tope, como comenta el mismo Parish en una reciente entrevista:

«Tanto Len como Reggie eran las piedras angulares del futuro de la franquicia. Con su muerte los Celtics retrocedieron unos 10 años en su reconstrucción.»

Aun así, el equipo logró heroicos triunfos en playoffs ante Detroit, Indiana o Atlanta. Pero el fin de la era llegaba cuando en 1992 Larry Bird cerraba su carrera como jugador y Kevin McHale le seguía los pasos en 1993. Así pues, como el último miembro del Big Three, Parish tuvo su última temporada en Boston promediando 11.7 puntos y 7.3 rebotes en 26 minutos por partido y una última post-temporada que fue terminada por los Hornets.

Con 41 años y 18 temporadas al hombro, todos pensaban que era el momento de la retirada para «El Jefe». Sin embargo, jugó dos años en la misma franquicia de Charlotte para ponerle final a su carrera en 1997 con un campeonato siendo parte de los Chicago Bulls de Jordan.

El estoico Jefe de uno de los mejores equipos de la historia, el pivot imperturbable, dejaba de jugar al baloncesto tras 21 temporadas y con 43 años de edad para ser el jugador más longevo en correr por las canchas de la NBA. Con 18.245 puntos y 11.051 rebotes entró a la historia verde y junto a Bird/McHale formaron probablemente el mejor «FrontCourt» de la historia. Él era Robert Parish, otra parte más de los Celtics de los 80´s.

 

 

 

Foto: Celtics.com