Entre las gratas sorpresas de los Boston Celtics 2017-2018, Jaylen Brown fue una de las más agradables. Dio un salto adelante que pocos se hubieran esperado, siendo el segundo máximo anotador del equipo únicamente por detrás de Kyrie Irving, y como si fuera poco, se hizo cargo de la responsabilidad defensiva que tenía Avery Bradley y ayudó para que lidiar con la lesión de Gordon Hayward fuera mucho más viable para Boston.

De los 6.6 puntos, 2.8 rebotes y 0.8 asistencias por juego que promedió en su temporada de novato, el ex Cal anotó 14.5, con 4.8 rebotes y 1.6 asistencias por partido en esta campaña, saltando del 34 al 39.5% desde la línea de tres puntos. Durante más de 15 partidos superó los 20 puntos, y se hizo cargo de la ofensiva de Boston en múltiples remontadas que lo tuvieron como principal protagonista a partir de su tremenda intensidad defensiva y capacidad atlética para generar desde la salida rápida.

Y mientras los Celtics, en sus premios de temporada, lo nombran el Most Improved Player, hay que ponerle un ojo a la que parece ser su único punto débil y que podría ayudarlo mucho en años venideros: el tiro libre. Siendo un jugador tan agresivo y que puede conseguir tantos viajes a la línea, el hecho de que Brown haya fallado 83 de sus 233 intentos resultó dramático para una ofensiva que carecía de sus dos mejores armas ofensivas en gran parte de la temporada. De hecho, lo única entre los 25 jugadores que más puntos deja en la línea de los suspiros.

Sin embargo, en cuanto a su mecánica se refiere, no se presentan grandes problemas que puedan explicar su ineficacia desde los libres, salvo algunas ocasiones en las que se apura de más o mantiene la pelota mucho tiempo en el punto más alto del lanzamiento. De tal forma, como el mismo Brown ha considerado, el problema parece estar en la mente.

«Estaba pensando demasiado en ellos. Estaba en mi propia cabeza, de verdad. La realidad es que es un tiro libre. Pero aún así debes tratarlo como si fuera un tiro en suspensión. Es una cosa mental».

De hecho, al ver la forma en que se ha convertido en uno de los tiradores más fiables de Boston, incluso en momentos cerrados de los partidos (véase game-winner contra los Utah Jazz), es difícil entender sus problemas desde la línea de libres. Ahora bien, es Jaylen Brown y si algo ha demostrado en sus dos años en la franquicia más ganadora de la NBA es que tiene una ética de trabajo impecable, y que lo ha llevado a tomar una preponderancia inesperada en el quinteto de Brad Stevens.

Si logra dejar este mediocre 64% de acierto desde la linea y lo lleva a un 80%, no solo sus promedios subirían de manera considerable, teniendo en cuenta que intenta casi cuatro tiros libres por juego, sino que sería un arma ofensiva indispensable a la hora de llevar a la defensa a la cada vez más desolada pintura rival y poder abrirle espacio a los tiradores del equipo.

Ahora mismo, mientras los Celtics enfocan esfuerzos en la Liga de Verano que empieza para ellos el 6 de julio, el mismo Brown y Jayson Tatum han estado entrenando en el renovado e innovador Red Auerbach Center, y sin duda, son la pareja llamada a darnos alegrías en la década que viene. Ética de trabajo y entrega total, la fórmula que nunca les va a fallar. Paciencia, que ya van a entrar.

 

 

Fuente: CelticsBlog.

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