Hay noches de noches. Estos Celtics de Brad Stevens usualmente te dan una noche en la que quieres romper cada elemento que encuentres en tu camino. Y por supuesto, los Brooklyn Nets eran el rival ideal para hacer la peor derrota del año con un desastre de cierre de partido.

La noche inició bien, con el regreso de Kemba Walker luego de su prolongada ausencia post-All Star Game. En el cumpleaños de Tatum, el alero recibió la noticia de que fue nombrado jugador del mes y a la vez, no jugó contra los Nets. 

Durante tres cuartos, todo funcionó a la perfección para los de Brad Stevens. Ventaja amplia que llegó a ser de 21, Kemba con minutos limitados, Gordon Hayward lastimosamente tuvo problemas en su rodilla y no pudo volver al juego pero nada que pudiera salirse de control.


Salvo, que por supuesto, te llames Boston Celtics.

La debacle llamada Caris LeVert:

¿Cómo puedes perder una ventaja de 17 en el último cuarto y de 10 en los últimos cuatro minutos de juego?


Inentendible.

Pero Caris LeVert asesinó a los letárgicos Boston Celtics que dejaron de ejecutar en ataque y con un montón de desconcentraciones defensivas, le permitieron a los visitantes que se metieran en partido y efectivamente se salieran con la suya.

El anotador de los Nets metió TREINTA Y SIETE puntos entre el último cuarto y el suplementario. 51 en total y una noche para recordar en la que cada tiro que tomó terminó perforando el aro. Incluyendo tres tiros libres seguidos faltando 2 décimas para que se acabara el juego, luego de una falta en el tiro de Marcus Smart que estuvo entre ridícula e increíble.

La prórroga fue más bien una prolongación del desastre. Los Nets siguieron en ritmo potenciados por LeVert que terminó con la noche de su vida y Boston, sin Brown lesionado y con Smart eliminado por faltas peronales.

Resultado final: 129-120.

 

Foto: Celtics.com