39-11 de parcial en el último cuarto. No hay más preguntas, señoría (escribo esto después de 2 horas de juicio, con mi «juicio» nublado y habiendo empezado el día con el partido, disculpas). Los Celtics, para no variar, vuelven a decepcionar a sus aficionados y caen contra los Bulls en un partido que tenían en la mano. Pero nada es nunca sencillo para este equipo.


 

Como en otras crónicas recientes, hablar del encuentro cuesta. Por resumir, los Celtics mostraron mejoría durante los primeros tres cuartos, y lo tiraron todo en el último, o más bien lo empezaron a tirar al final del tercero, para ser exactos.

Por quedarnos con algo bueno, en esa primera parte se mostró cierta mejora ofensiva y algo de decencia en defensa, aunque como buenos anfitriones, dejaron a los Bulls calentar los primeros minutos con una serie de tiros sin defensor. Caballerosidad no les falta.

Partiendo de un Al Horford que sigue siendo el mejor de largo del equipo, y con buenos partidos de Smart, Brown, Richardson y Schröder, los Celtics supieron aplicar intensidad a ratos (no sumo más de 10 minutos totales de buena defensa, algo es algo), para alternar con los Bulls parciales y mantener el partido muy igualado.

El movimiento en ataque fue bueno, consiguiendo muchos tiros liberados y con circulación de pelota. Es curioso que sean capaces de jugar así un rato, y luego, cuando más hace falta, se olviden completamente. Cuestiones mentales, supongo.

Y es que la realidad es que este equipo tiene muchos problemas por no saber gestionar mentalmente las situaciones que se les presentan en los partidos. Es normal ver remontadas en la NBA, lo que no es lógico es recibir un parcial de esas dimensiones en un solo cuarto.

Los Celtics, por las razones que sean, no encajan. Sus jugadores no están todos a una, no hay confianza entre ellos, y en los momentos importantes se nota. Jaylen Brown y Jayson Tatum no confían en sus compañeros en los cierres de partido, tampoco saben gestionar correctamente toda la presión que reciben, y los Celtics juegan horrible.

¿Tiene esto solución?, puede ser. Ya sea por ego, falta de entendimiento o cualquier otra razón, los Celtics necesitan dar con la tecla que haga que sus jugadores importantes se centren en el equipo. Claramente vemos a un Marcus Smart molesto con su rol (después de tantas quejas, nunca ha sido el base del equipo), a un Jaylen Brown que quiere más tiros y a un Jayson Tatum protestando todo el rato, con muy mal acierto y con toma de decisiones pésima en finales de partido.

Es muy triste ver a un jugador de 35 años tirando del carro, saliendo a declarar y tomando la resposabilidad que deberían recoger los que más cobran. No hay líderes en Boston, y parece que no les preocupa.

Udoka, en su día, quería nombrar capitanes. No los hay. Los aleros que deberían liderar el proyecto, se esconden de la prensa y su actitud y juego no refleja el papel que deberían tener. ¿Puede un entrenador rookie manejar todo esto?

El papelón que le ha tocado a Udoka no es uno pequeño. Es reflotar el estado de ánimo de un equipo que, desde hace años, viene con problemas y en una caída sin fin. Es integrar y hacer funcionar el «equipo de los Jays«, cuando esos Jays no confían en sus compañeros. Es generar una cultura y valores que nadie parece comprar. Es una odisea.

A su favor, es la figura que pidieron las estrellas. Brad Stevens no tenía el carácter para domar al vestuario, pero sí ha sabido crear un equipo bastante mejor. Creo que, esto que estamos viendo, prueba que los problemas de los Celtics no eran por el entrenador, o por uno o dos jugadores. Es una dinámica negativa enraízada y que va a más. Una tendencia que hay cortar de raíz, sea como sea, y pronto.

Ahora mismo, lo que menos me preocupa de los Celtics es su sistema defensivo o la circulación en ataque. El verdadero elefante en la habitación de los Boston Celtics es la mentalidad , la confianza, el sentido de equipo, los valores, la identidad. Sin eso, ningún sistema va a funcionar. Si nadie compra las ideas, sino hay equipo por encima de individuos, por mucho que tengas en nómina a las mejores mentes del mundo, nada va a salir bien.

Veremos si el tiempo cura o termina de matar.