¿Creían que el verano ya había llegado a una fase de paz y sosiego? ¿Miraban la plantilla de los Celtics y pensaban que ya no tendrían que leer los doscientos rumores diarios sobre los próximos fichajes? Va a ser que no. A dos meses para el comienzo de la competición oficial, todavía hay muchas incógnitas sin respuesta en el panorama NBA, y la más grande de ellas es el caso Kyrie Irving.
A priori, la intención del todavía base de los Cavaliers de abandonar su actual equipo no debería alborotar en demasía a Danny Ainge y compañía. Boston cuenta con un All-Star en esa misma posición del quinteto y con una obra de ingeniería ha cuadrado los salarios de la plantilla tras la contratación de Gordon Hayward. ¿Pero qué buena rumorología en los últimos tiempos no ha llevado el nombre de los Celtics detrás? Cada vez que un gran jugador está disponible en el mercado, allá aparece Boston con sus suculentos contratos y sus futuros picks para llenar artículos como este que aquí sigue.
La razón principal que nos hace plantearnos incluso el lujo de debatir acerca de una posible llegada de Irving viene desde Cleveland. En una reciente entrevista, el ex General Manager de los Cavaliers David Griffin tuvo que responder (claro estaba) a la situación de aquel que ya no quiere ser escudero de LeBron. Sin dudar hizo su apuesta: «Creo que Kyrie Irving acabará siendo traspasado», lanzó Griffin en su conversación con The Jump. Hasta ahí, todo correcto. Lo que nos incumbe llegó unas frases más tarde.
Mientras comentaba la situación del base de los Cavs, los nombres de Gregg Popovich y Brad Stevens salieron a la palestra dentro de una presumible lista preferencial de entrenadores para Irving. No elige mal el chaval. Aunque estas palabras hay que tratarlas con cuidado, Spurs y Celtics parecen ser firmes candidatos, o al menos podemos deducir que ya ha habido cierta discusión acerca de estas dos franquicias. Kyrie quiere ser la primera espada de un proyecto ambicioso, y como es normal quiere a los mejores técnicos de su lado. Por último, y para confirmar aún más nuestras sospechas, Griffin volvió a aludir a Spurs y Celtics dentro de la misteriosa lista:
«De nuevo, los equipos en esa lista — Gordon Hayward en Boston y Kawhi Leonard en San Antonio — estaría acompañado de otros grandes jugadores«.
Es cuanto menos curioso que al hablar de una lista de destinos por parte del jugador, Griffin solo mencione a los dos mismos equipos. Sé que es especular y de veras que no me gusta, pero cuando el río suena, agua lleva. Algún tipo de acercamiento ha debido existir cuando ni tan siquiera hizo falta sonsacarle nada para que diese nombres.
Visto ya el rumor, vamos a lo que nos ha llevado hasta él. Como tantas otras veces en las últimas temporadas, el atractivo principal de los Boston Celtics se llama Brad Stevens. Cuando llegó el momento de comenzar la temida reconstrucción no había mucho que llevarse a la boca, y su presencia y el buen hacer de Ainge desde los despachos nos hizo creer. El inmenso valor del técnico fue correspondido con diferentes firmas, y lo que antes era un descampado se convirtió tan solo hace unos meses en el mejor récord de la Conferencia Este. Tanto jugadores como compañeros entrenadores han alabado públicamente a Stevens, y jugar a sus órdenes es una más que buena estrategia de mercado para los Celtics. Que se lo pregunten a Hayward. Que Irving equipare al técnico de Boston con Popovich no hace más que alimentar la felicidad de los aficionados verdes al poder contar con él.
¿Por qué no estamos llorando de alegría ante la posibilidad de fichar a un jugador de la talla de Kyrie Irving entonces? Evidentemente, una cosa es la presumible intención del jugador, y otra muy distinta son las aspiraciones del que aún es el equipo que le paga. Los Cavaliers no van a regalar a su base All-Star por mucho que éste haya pedido una salida. Pocos, muy pocos, elegidos dentro de la NBA pueden llegar siquiera a la suela de los zapatos de Irving, y teniendo en cuenta que además su marcha puede significar el final de una era en Cleveland, las demandas serán justificadamente amplias. Con el progreso continuo de los Celtics y las piezas que tiene para seguir arriba en el futuro, ¿debe Ainge sacrificar gran parte del equipo y llamar a los Cavs?
Contratar a Irving, por hermoso que parezca, supondría una «limpia» importante en el roster de Boston para hacer hueco a un jugador de sus características baloncestísticas y sobretodo salariales. A las puertas de tener que renovar, presumiblemente por mucho dinero, a Isaiah Thomas o a Marcus Smart el próximo verano, alguno que tendrá que hacer las maletas rumbo a Ohio amén de otro nombre y elecciones futuras de Draft. El precio por Irving va y debe ser abultado, pero aquí comienza el debate (esperamos sus comentarios) acerca de lo que tendrían que ofrecer los Celtics.
Para concluir y porque así viene estipulado en mi contrato, aquí viene mi opinión personal (esperamos también sus insultos). Ni yo ni nadie en su sano juicio puede negar el evidente salto de calidad que supondría la hipotética llegada de Irving a Boston. Pocos jugadores tienen su talento ofensivo, y pese a sus flaquezas (que las tiene), su contratación te asegura tener uno de los mejores bases de la competición a tus servicios. Ahora bien, inevitablemente esto entra en conflicto con Isaiah Thomas.
Desde la salida de Pierce y Garnett rumbo a Brooklyn, ‘The Little Guy’ se ha convertido en la figura carismática de estos nuevos Celtics. Con todo lo que ha dado por la franquicia deportiva y personalmente no se le puede negar un contratazo el próximo verano. Lo que Thomas hizo el pasado curso quedará para el recuerdo de los aficionados verdes. El puesto de base parece bien cubierto, pero no podemos eludir la dichosa pregunta. ¿Es Isaiah mejor que Kyrie Irving?
Con la mano en el corazón tengo que decir que no. Individualmente, el todavía jugador de los Cavs tiene pocos rivales cuando se pone a jugar, y creo que muchos firmaríamos un simple cambio de cromos entre ambos. Los problemas llegan por dos frentes diferentes. Aunque Stevens ha hecho auténticos milagros con los jugadores que han ido cayendo bajo su ala, Irving no parece un encaje adecuado en el planteamiento actual. El movimiento de pelota es esencial para los Celtics, y un jugador que amasa tanto el juego como Kyrie perjudicaría seriamente ese sistema. Además, defensivamente tampoco ha demostrado mejorar en gran medida lo presente.
El otro inconveniente, que considero el principal como ya he comentado, es el precio. Un cambio de piezas es imposible, y los Cavaliers irán con la intención de asaltar a Ainge si éste decide dar el paso. Uno de los mejores jugadores de la liga a uno de tus grandes rivales de Conferencia. No lo veo. Pocas franquicias pueden ofrecer algo parecido a Boston, pero quizás aún menos arriesgarían con un traspaso de tales dimensiones cuando las cosas ya marchan positivamente.
El tiempo dirá si Kyrie Irving comienza la temporada regular con una nueva camiseta, y aunque los Celtics partan en la lista principal de candidatos para hacerse con sus servicios, verlo de verde se me antoja complicado. Nunca podemos poner la mano en el fuego cuando Danny Ainge tiene el teléfono a mano, pero sin duda sería una sorpresa mayúscula que sacrificara lo que tanto le ha costado juntar. Quedémonos con la parte bonita. Lo que es seguro es que tenemos a Brad Stevens.
Foto: Erik Drost (CC).