La temporada de los Celtics avanza y en esta segunda decena el resultado arrojado es de un 6-4. Tomando en cuenta que siete de los diez juegos vinieron en condición de visitante, y que el TD Garden aún no ha visto perder a los Orgullosos Verdes, podemos decir que en líneas generales el balance ha sido positivo.
Como hice mención en la anterior entrega, haré hincapié en algunos aspectos del juego mostrados en estos últimos encuentros.
Apoyados en los Jays
Es sencillo decantarse por quienes han sido los que han tirado del carro en estas últimas semanas. Con todo el respeto que me merece Kemba Walker (del que hablaré más adelante en otro apartado) han sido los Jays quienes marcaron el ritmo estos últimos encuentros. Lo que más me ha gustado es que su peso en ofensiva ha sido alternado. Siempre uno da la cara cuando el otro parece estar con alguna laguna o con bajo nivel asertivo. Esta alternancia se manifiesta también dentro de los encuentros. Sin ir más lejos, en la victoria vs Miami, fue Brown el que se llevó todas las palmas, pero hubo un momento en segundo cuarto en donde Tatum tenía las riendas del ataque.
Cada uno con sus armas, muchas veces hemos visto como los Jays victimizan a las defensas de diferentes maneras. Debo confesar que de los dos el que más me sorprende, y creo que muchos estarán en la misma vereda, es Jaylen Brown. Les recomiendo que hagan el ejercicio de ver lo que era su juego en su primer año en la liga. Su mejoría es simplemente espléndida. Mostrando una variedad de recursos que realmente no pensé que iba a tener tan pulidos a esta altura de su carrera.
Por el lado de Tatum, no se ve una gran mejoría en su arsenal ofensivo. Esto se debe a que ya desde el día uno llegó con un juego en ataque muy pulido. Sí podemos destacar que se lo ve tomando menos tiros desde media distancia, aunque por momentos se conforme con eso (es su área de confort) Claro está que sigue teniendo complicaciones para finalizar en penetración. Mejorar estos dos aspectos, lo convertiría en todavía un jugador más peligroso de lo que ya es. Como mencioné en el último podcast, la presión sobre el ex de Duke se basa en la cantidad de talento natural que posee. Desde su debut, el chico ha sido titular inamovible en un equipo con constantes aspiraciones de campeonato, y nunca ha desentonado. De hecho, está registrando máximos de carrera en puntos, rebotes, asistencias, robos y bloqueos.
El rendimiento individual de ambos ha sido una de las mejores noticias en estos últimos 10 juegos. Apareciendo cada uno cuando más se lo necesita, y encontrando siempre una manera efectiva de ayudar al equipo.
De mantenerse así, esto puede resultar muy beneficioso para que el ataque de los Celtics no tenga tantos momentos de estancamiento. Si sumamos a Kemba Walker y, esperemos que pronto, a Gordon Hayward, tendremos a 4 jugadores que pueden por si mismos cargar a una ofensiva. Entiendo que estoy nombrando a todos jugadores titulares, pero durante el transcurso de 48 minutos, las diferentes rotaciones se pueden ver muy beneficiadas de tener a uno o dos de estos jugadores en cancha.
Contagiando regularidad al resto
Hemos hablado (y no nos cansaremos de hacerlo) de lo fundamental que es Marcus Smart para este equipo. Su energía contagia al resto, y su impacto (desde siempre en la defensiva y cada vez más en el ataque) es notorio. Y el efecto se produce inmediatamente pone un pie en la cancha. Ya sea como estandarte de la segundad unidad, o complementando el back court, el #36 siempre sabe qué hacer para colaborar con el equipo. Puede tener mejores o peores desempeños, pero jamás va a decepcionar cuando juega.
Otro que está comenzando a transitar esos caminos es Daniel Theis. Ya en el inicio de la campaña se había mostrado como el interno más capaz de la actual plantilla. Pero conforme pasan los juegos, su presencia y, sobre todo, su ausencia, se notan; y mucho. El alemán tiene partidos con muchos minutos, y otros con poca participación en pista. Y en ambos casos, es notorio cuando juega y cuando no lo hace. Ha conseguido, de un tiempo a esta parte, encontrar regularidad en su juego. Solo dos veces (vs Philly en el partido inicial y vs Brooklyn de visitante) ha jugado menos de 15 minutos. Sumado a esto, en 14 de los 17 juegos que disputó, ha dado al menos una tapa.
Es una agradable sorpresa ver como el resto de los jugadores van adoptando la filosofía de Smart. Y es el interno teutón quien más presente tiene esto. Cuando cualquiera de ellos dos están en cancha, los Celtics se convierten en un mejor equipo. Y es a día de hoy son sin dudas, los dos jugadores más regulares de la plantilla.
Hablando de actitud
Sea cual sea el deporte que practiques, una frase muy común (al menos por aquí en Argentina) reza: La actitud no se negocia. Esto hace referencia a que podés tener un día bueno o malo, pero nunca jamás hay que bajar los brazos. En el caso de los Celtics, da la sensación que en ciertos momentos de los partidos, aparecen lagunas en las cuales una mezcla de desconcentraciones y falta de actitud lastiman mucho al equipo.
Esto no aplica a ningún jugador en particular, ni sucede siempre en el mismo momento, pero cuando ocurre (y se hace muy evidente) se vuelve muy arduo encontrar algo positivo del equipo. Pareciera como que entran en un embudo de negatividad, en donde la defensa se arrastra, y se toman pésimas decisiones en ataque. Y ahí es donde entra la actitud. Con lo cortos que van los Celtics, no se pueden dar el lujo de tener estos lapsos tan nefastos y dañinos en todo aspecto. Es fundamental que el nivel de intensidad se mantenga.
Que se entienda, con esto no aspiro a tener un equipo de robots que ejecuten a la perfección sus funciones. Pero lo cierto es que muchas veces este conjunto ha demostrado superar la adversidad de una mala noche. Es por eso que se le exige, porque hay material para ello. Esto aplica sobre todo al costado defensivo. Hay mucha variedad en ese apartado para reemplazar cuando alguno en cancha entre en este lapsus negativo.
Soy otro desde aquel choque
Todavía me asusta ver aquel choque de Kemba Walker contra el abdomen de Semi Ojeleye. Lo que debe doler chocar contra esa masa de músculos, y lo duro que debe ser el #37 que lastima hasta con la panza. Todo esto tuvo como repercusión la ausencia por (afortunadamente) un partido del base, pero parecería haber tenido un extraño efecto secundario.
Desde aquel encontronazo, hemos visto seguramente, los mejores momentos del bueno de Semi con la camiseta de los Celtics (más allá de sus excelsas defensas sobre Giannis) Como si Kemba le hubiera transmitido en ese momento, un poco de la confianza en su juego que tanto caracteriza al ex Charlotte.
Lo cierto es que desde aquel partido en adelante, nuestro Terminator promedia 5,4 puntos, 3 rebotes, con 38,5% en triples jugando 21:23 minutos. Esta porción de estadísticas son todos máximos de carrera. Por supuesto que es una muestra muy pequeña, pero sería agradable que continúe con estos rendimientos. Quizás ese golpe acomodó alguna cosa que estaba suelta en esa máquina de músculos. Lo cierto es que (coincidencia o no) hemos podido disfrutar de unos últimos partidos muy buenos de Ojeleye con la camiseta de los Celtics.
Videos: Tomasz Kordylewski
Foto: @Celtics.