No vamos a engañar a nadie si decimos que en ésta casa estamos contando los días hasta que los Boston Celtics anuncien la renovación de Marcus Smart. En el apenas año que lleva abierto este nuevo Despacho, hemos escrito artículos tanto explicando por qué los Orgullosos Vedes deberían haber ampliado su contrato ya el pasado año como pidiendo a Danny Ainge que no lo traspasase durante el último mercado de febrero. Queda poco más de una semana hasta que el próximo 1 de julio el jugador texano se convierta en agente libre restringido y pueda valorar todas las ofertas que le lleguen a su agente, posteriormente él decidirá cuál coger y quedaría en manos de los Boston Celtics igualarla o no.
Las opciones de Marcus Smart
Durante los últimos meses, y en especial la última semana, hemos podido ir averiguando qué equipos están interesados en hacerse con los servicios del base. En total, han sido cuatro los nombres que se han filtrado, aunque no se puede descartar que aún salgan más durante los próximos días.
Dallas Mavericks
Puntos a favor: quizás la texana es la opción que más veces y desde hace más tiempo hemos comentado tanto en esta página como en nuestro podcast, especialmente en aquel con Kike García- la voz en español más autorizada para hablar sobre la franquicia propiedad de Marc Cuban. El jugador puede ser muy del gusto de Rick Carlisle y su actitud encaja perfectamente en un equipo que nunca se ha encontrado cómodo ni aceptado el tanking. Además, al ex-jugador de los Boston Celtics siempre le ha gustado usar sistemas con dos bases y la cercanía de Dallas al hogar materno de Marcus Smart (45 minutos en coche) podrían jugar en favor del equipo; sobre todo si tenemos en cuenta el pobre estado de salud de su madre.
Puntos en contra: la franquicia texana escogió a dos bases, o mejor dicho, dos amasadores de balón, durante el pasado NBA Draft 2018. No solo eso sino que gastaron su mejor elección de este año y un pick de primera ronda de 2019, en Luka Doncic. Esto, en un equipo que ya tiene en el backcourt a su mejor jugador (Dennis Smith Jr.), ya sería de por sí una razón de peso para que la franquicia descartase al jugador de los Celtics. Podrían hacer equilibrios con su polivalencia y la del ex-jugador del Real Madrid, pero el haber elegido a Jalen Brunson en segunda ronda (pick 33) es fácil que cierre definitivamente las puertas a un Marcus Smart que también descartaba la cercanía a su casa como una razón de peso a la hora de decidir su futuro:
«Mi madre me ha dicho que estará contenta si elijo el destino que me haga más feliz. Voy a intentar verla lo máximo posible independientemente de dónde viva pero no voy a elegir mi próximo equipo en función de cómo de cerca o lejos esté de mi casa«.
Denver Nuggets
Puntos a favor: un backcourt formado por Jamal Murray y Marcus Smart encaja como anillo al dedo. Mientras el canadiense aportaría todos los puntos y tiro exterior que le faltan al texano, este cuenta con la polivalencia, intensidad y fundamentos defensivos suficientes tanto para cubrir a su par como para tapar las carencias de su compañero – y hasta las de Kenneth Faried y Michael Porter Jr. en un día especialmente motivado. Además, un aspecto muy infravalorado de Marcus Smart es su calma a la hora de subir el balón y ejecutar el sistema, lo que sin duda explotaría las virtudes off-ball de Murray, Por último, Denver ofrecería un entorno competitivo al jugador.
Puntos en contra: Denver lleva mucho tiempo pareciendo que está a uno o dos movimientos de competir por puestos de Playoffs en la Conferencia Oeste pero las decisiones tomadas por su directiva nunca parecen acabar de cuadrar el círculo.
Indiana Pacers
Puntos a favor: Marcus Smart y Víctor Oladipo formarían uno de los backcourt más atléticos y polivalentes de la NBA. De nuevo, Smart tendría a su lado a un jugador que podría compensar su falta de anotación y tiro exterior, a la vez que él sería capaz no solo de aportar defensa sino de sacar el balón de las manos de un Oladipo que sufrió mucho en Playoffs cuando el equipo rival le lanzaba dos hombres.
Puntos en contra: no sé hasta qué punto sería saludable juntar la cabeza de Lance Stephenson con el carácter de Marcus Smart en un mismo vestuario, desde luego sería muy divertido ver los partidos contra LeBron James pero el día a día sería simplemente agotador. Por otro lado, ya hablando más en serio, la elección de Aaron Holiday podría indicar que los Pacers han cambiado de dirección en sus intenciones – eran los que más fuerte sonaban.
Sacramento Kings
Puntos a favor: de nuevo nos encontramos con un buen compañero de backcourt para Marcus Smart pero quizás sería con el que peor se complementaría de los anteriores. Pese a que De´Aaron Fox ha tirado mejor de lo demostrado en la Universidad de Kentucky, solo lo ha hecho durante una temporada y ta un 30.7 % que tampoco es para tirar cohetes (Marcus Smart lanzó al 33.5 en su año como rookie y el promedio de su carrera es de 29.7 % en temporada regular y 31.2 % en Playoffs). También al contrario que en las otras opciones, la elección de los Kings en el pasado NBA Draft 2018 (Marvin Bagley III) alejaría a varios de los jugadores que interesaban en Sacramento de cara al verano (Julius Randle, Hasan Whiteside o Jahlil Okafor) pero no así a Marcus Smart.
Puntos en contra: son los Sacramento Kings. Cómo encajaría un jugador con el carácter y la ambición de Marcus Smart en una de las dos franquicias más deficientes de este siglo es una incógnita que muy pocos se arriesgarían a querer descubrir.
Boston Celtics
Puntos a favor: Marcus Smart es un fijo para Brad Stevens desde el primer día en la franquicia. Quizás no es su base titular para arrancar los partidos, pero el base es uno de los que los cierra. La confianza que tiene Brad en él es difícil que encuentre réplica en muchos vestuarios NBA, sobre todo cuando lo que te aporta Marcus Smart rara vez se reproduce en la caja de estadísticas, y el base sabe esto. Además, ahora mismo es consciente de ser una parte vital del vestuario, siendo el jugador que más tiempo lleva en la franquicia y cuenta con el respeto de unos compañeros que no se cansan de valorar tanto su aportación como su incidencia en el mismo. Desde Kyrie Irving a Al Horford pasando por los más jóvenes, todos han resaltado alguna vez la importancia de sus winning plays, de su carácter o simplemente le han denominado el alma del equipo. En esta misma línea se mueve Danny Ainge, quien siempre ha expresado su admiración por el jugador que drafteó hace ahora cuatro años – aunque esto rara vez es señal de algo bueno.
Puntos en contra: de todos los citados, Boston es el equipo con menos espacio salarial y, por lo tanto, el que menos dinero puede ofrecer al base.
La Qualifying Offer y que se ocupen los Celtics y el Smart del futuro
A día de hoy, esta es la opción a la que apostaría mis ahorros. Pese a que es meridianamente claro que Smart es un jugador que simplemente hace a su equipo y compañeros mejores, ayudando a todos a lograr el éxito, sus números hacen que sea muy difícil ofrecerle un gran contrato. En esta NBA nos hemos cansado de ver a jugadores que solo aportan números (Carmelo Anthony, Kenneth Faried, Reggie Jackson…) conseguir contratos muy por encima de su impacto real en el equipo, mientras que otros que se han tirado lustros compitiendo nunca han sido capaces de ganar cuatro millones en una temporada (lo siento, Tony Allen).
No hay nada que nos indique que esto vaya a ser distinto este verano, mucho menos cuando hay muy pocos equipos que dispongan de espacio salarial tras las locuras cometidas durante los dos últimos veranos (y especialmente en 2016) y varios jugadores en el mercado con más cartel que Marcus Smart (Kevin Durant, LeBron James, Paul George o DeMarcus Cousins, solo por citar aquellos con potencial de entrar en Hall of Fame).
Por lo tanto, es difícil de imaginar, aunque para nada imposible, que un equipo ofrezca a Marcus Smart ese contrato de 48/56 millones por cuatro años que está buscando. Ninguna franquicia valora tanto al jugador como los Boston Celtics y ya solo por eso es difícil que alguien esté dispuesto a ofrecer más dinero que ellos, sobre todo en un verano en el que no hay dinero en la NBA. Por lo tanto, la mejor opción para el jugador, si de verdad cree valer ese dinero, sería firmar la Qualifying Offer de 6.2 millones y seguir un año más en los Boston Celtics. La posibilidad de hacer una buena temporada individual en un gran año a nivel colectivo es un escenario altamente realista. Esto le daría un gran escaparate de cara al verano 2019, en el que habrá más dinero corriendo por la liga.
Este tampoco es un escenario vacío de complicaciones, los Boston Celtics no solo seguirían igual de atados de manos salarialmnte, sino que además tendría que competir con un Terry Rozier que también sería agente libre… aunque ese es un problema del que ya nos ocuparemos más adelante.