Los Boston Celtics y los Toronto Raptors están llamados a ser los dos equipos que dominarán la Conferencia Este durante esta temporada de la NBA y el partido de ayer fue un encuentro con intensidad de primavera jugado en octubre y que lo ganó el que más lo quiso y mejor gestionó los dos últimos minutos del encuentro. Grandes defensas, sistemas ofensivos basados en que todos los jugadores tengan oportunidad de tocar el balón y mucha profundidad de banquillo son los rasgos que definen a ambos equipos.

 

La primera mitad fue para los de Brad Stevens. Mejor ajustados en defensa desde un primer cuarto en el que Brad Stevens tuvo que pedir un tiempo muerto ante la cantidad de triples abiertos que estaban concediendo. Jayson Tatum volvió a ser la principal amenaza ofensiva de los Orgullosos Verdes durante este pasaje del encuentro, anotando tanto en situaciones difíciles como en aquellas en las que el sistema de su entrenador funcionaba. Por parte del resto de titulares, Al Horford seguía manteniendo su presencia defensiva y anotando triples abiertnos mientras que Jaylen Brown se mostraba mucho menos atrevido de lo normal y sus dos grandes estrellas, Kyrie Irving y Gordon Hayward, evidenciaban su falta de ritmo y unas piernas varios pasos por detrás del ritmo de juego.

Kawhi Leonard llega al encuentro y la balanca se inclina del lado de los Raptors

Con una ventaja en el marcador para los visitantes recortada con un triple sobre la bocina al llegar al descanso, los de Brad Stevens volvían a arrancar el tercer cuarto con Marcus Morris en lugar de un Gordon Hayward aún entre algodones. Por desgracia para ellos, este tercer periodo fue en el que el mejor jugador rival, Kawhi Leonard, decidió hacer acto de presencia. Con diez puntos en los primeros tres minutos del cuarto empezó a desiquilibrar un encuentro al que los Boston Celtics intentaban agarrarse más que agarrarlo. La irrupción de Leonard unida a la de Fred VanVleet dejaron a los de Stevens descolocados hasta un arrebato final de Gordon Hayward que con dos robos, un rebote y cinco puntos que los volvía a meter en el encuentro.

Las faltas, que habían sido un problema para los visitantes durante todo el encuentro y especialmente durante el tercer cuarto – sin poder hacer faltas desde el minuto cuatro del mismo, se ponían a su favor cuando los Raptors entraban en bonus a falta de casi cinco minutos para el final del partido y el mismo estaba en un par de posesiones. Por desgracia para ellos, allí donde los equipos de Brad Stevens habían triunfado las tres últimas temporadas, el crunch time, ayer fracasarían.

Incapaces de sacar provecho de la acumulación de faltas rival, de coger un rebote ante un Serge Ibaka que hizo lo que quiso en la pintura rival y cayendo constantemente en las trampas de un excelso Kyle Lowry – una buena medicina para que los fans de los Orgullosos Verdes experimenten en sus carnes lo que sienten las aficiones rivales con Marcus Smart, los Toronto Raptors cerrasen los dos últimos minutos con un parcial de 12-2 a su favor.

Si bien es cierto que el marcador final, 101-113, muestra una diferencia que no fue tal durante el partido; sí que ejemplifica bien el estado en el que se encuentran ambos equipos a día de hoy. Los Raptors fueron el mejor equipo del Este la pasada temporada que cambió a su segundo mejor jugador por un MVP, mientras que los Boston Celtics son un motor con sus dos piezas más importantes aún oxidadas. Por suerte, aún es octubre: un mes en el que no se deben ni sacar grandes conclusiones ni hacer el ridículo cantando M-V-P en los tiros libres.