Ime Udoka se convirtió en el entrenador número 18 en la historia de los Boston Celtics. El ex asistente de Greg Popovich en los míticos Spurs del Beautiful Game tiene una tarea muy dura, recomponer una ofensiva que se ha vuelto paquidérmica.
Los Celtics y la ofensiva predecible
Paso a paso, los Celtics del motion offense se fueron apagando y transformando en un equipo de poca movilidad y escasa sorpresa. Ya no hay movimiento sin pelota, las jugadas en estacionado se limitan a un bloqueo central o a un aclarado para Tatum.
La carencia de bloqueos indirectos, la falta de movilidad del lado débil, incluso tan solo ver un jugador cortar por línea de fondo se ha convertido en algo tan extraño como ver a Philly en finales de conferencia, sorry folks.
Brad Stevens dijo, en una reciente conferencia de prensa, que su misión es potenciar a Jayson Tatum y Jaylen Brown, para ello, no solo tiene que rodearlos de buenos jugadores, si no también de aquellos que puedan diversificar y elevar su juego al siguiente nivel.
No hace falta estar en el vestuario de los Celtics o leer The Athletic, para saber que Jaylen Brown está ofuscado en como se ejecuta la ofensiva de los orgullosos verdes. Nos hemos cansado de verlo parado en una esquina desconectado de la jugada, observando como Kemba o Tatum decidían por su cuenta en un mano a mano.
Este tipo de situaciones no pueden volver a repetirse esta temporada si Boston pretende dar un paso adelante desde lo competitivo, y no solo eso, si no también si no quiere fomentar la discordia entre sus dos estrellas.
Ime Udoka no tiene una tarea sencilla por delante, pero puede intentar traer algo de aquel equipo del 2014 que maravilló al mundo por su juego. No estoy diciendo que los Celtics estén capacitados para ejecutar el Beutiful Game, pero si recuperar ciertas cualidades, que sirvan a la mejora de una ofensiva vetusta y predecible.
¿Qué están capacitados para traer estos Celtics?
La salida de jugadores con lectura de juego y con capacidad para actuar de «lubricante ofensivo» (Milito dixit) sumada a la incorporación de aquellos que pueden generarse su propio tiro, fueron desacelerando el movimiento de pelota hasta niveles mínimos.
El migrar de Evan Turner, luego el de Kelly Olynyk, Al Horford y Gordon Hayward fue mermando, no solo la lectura en el read and react, si no también la circulación de la pelota del poste alto al poste bajo, o el aprovechamiento de la línea de fondo como amenaza, ni hablar de la lectura para atacar una marcación zonal o encontrar a alguien cortando hacia la pintura.
La recuperación del dominicano (se terminaron los chistes de la isla hasta próximo aviso) es un paliativo en este sentido y puede actuar como motor ofensivo y generador de juego desde el poste alto, bajo y medio.
Udoka tiene como misión involucrar a TODOS en ofensiva, pero más que nada a los Jays, si quiere que los Celtics no se vean limitados a lo que puedan generarse en el mano a mano.
Aquellos Spurs del 2014 tenían en un su plantel grandes pasadores, como Diaw, Ginóbili, Duncan etc, pero los Celtics no van escasos en ese sentido: Horford, Tatum, Smart y Fournier (veremos) lo pueden hacer bien, también Brown, mostró a principios de la temporada pasada buenas decisiones con el balón en sus manos.
Está claro que no se puede alcanzar el nivel de movilidad y pases que tenían esos Spurs, pero si se puede intentar en estacionado correr sistemas que alimenten los cortes, aprovechando que Horford tiene en su poder la capacidad para encontrar a sus compañeros desde el sector alto de la cancha.
Incluso Robert Williams ha mostrado flashes en este sentido, aunque tiene que aprender a leer defensas.
La incorporación de un base veterano puede potenciar esto, pero la misión número uno tiene que ser aumentar la cantidad de pases, bloqueos y movimientos de cuerpos sin balón.
El pináculo ofensivo son esos Spurs de alta movilidad, Brad Stevens lo ha repetido una y mil veces, ahora se trajo a un entrenador que fue parte de ese proceso. Emular a los Celtics del 86 o a los San Antonio del 14 parece difícil, pero ese tiene que ser el norte.
Que se entienda, no renegamos del aclarado, éste en tiempos de Playoffs es necesario, pero para la temporada regular se necesitan de otras cosas, para no volverte falto de sorpresa a la hora de la verdad.
La fortaleza mental y la confianza en el otro
Durante todo el 2020/21 vimos a unos Celtics que se desmoronaban mentalmente. Ante la primera muestra de dificultad, parecían rendirse. Esto no puede ocurrir si pretendemos ver un equipo que se encarame en los puestos altos de la conferencia.
Udoka ha estado en equipos que su característica principal pasaba por sobreponerse a la frustración. Los Spurs del 14 perdieron una final por un error propio y se sobrepusieron a esa situación e incluso la utilizaron como motivación para arrollar a todos al año siguiente.
La incorporación de un ayudante con recorrido y experiencia puede ser clave para apuntalar esto, pero es otro de los grandes desafíos para este año. Recuperar la confianza en el juego de conjunto, en la química y dinámica interna, será clave.
Al momento de tener que comunicar cuales son los caminos para mantener el foco en un objetivo y recomponer la fortaleza mental tras una temporada frustrante o una situación límite, el haber sido juez y parte de esa situación, es un valor agregado sustancial.
Aquel triple de Ray Allen en finales del 2013 destruyó un año de trabajo y hundió anímicamente a jugadores y cuerpo técnico, pero encontraron la forma para salir adelante utilizando esa mala experiencia como combustible.
Los Celtics no perdieron un campeonato, pero vienen de una temporada frustrante a niveles de la última de Horford/Rozier/Irving. Este ejemplo, puede servir para el resurgimiento mental y de confianza del plantel.
Don Ime, debe/tiene recomponer la confianza y la fortaleza mental de un grupo que la ha perdido en los últimos tiempos. Tiene la experiencia y los ejemplos propios para poder replicarlos.
La defensa como estandarte
De atrás hacia adelante es como debería plantearse el trabajo de los Celtics en la 21/22. El punto más bajo defensivo de estos jugadores es lo que se ha visto en la temporada pasada, sobre todo en el perímetro.
Ime Udoka es conocido por su trabajo en este costado de la cancha, incorporó a Horford, que fue el último gran exponente como mariscal defensivo y esa conexión con Marcus Smart en el perímetro tiene que volver a construirse por el bien de los de Massachusetts.
Los dirigidos por Popovich en la temporada 14 eran una trituradora defensiva, lideraron el top tres de la liga, en ese apartado y fueron los primeros en net rating con un bestial +8.1.
La experiencia del año anterior les había demostrado que debían redoblar esfuerzos en ese apartado y eso fue lo que ocurrió. El Beautiful Game tenía un costado de overol, pico y pala, tan importante como el extra pass.
Por otro lado, los niveles de comunicación han flaqueado mucho en los Celtics 20/21 , las distracciones y errores básicos fueron moneda corriente. Los mejores pasajes del equipo se han visto cuando se lograban niveles sostenidos de concentración defensiva, pero estos fueron más escasos que los títulos en Sacramento.
El plantel cuenta con buenos defensores, pero se necesita de trabajo, y sobre todo, ganas. Ahí es donde tiene que aparecer la mano de un técnico que viene con pergaminos en este apartado.
Con la normalización del calendario y una pretemporada acorde, los de verde tendrían que reencontrarse con su mejor versión en el campo propio. Esta será clave si se quiere volver a competir al mejor nivel en el mediano plazo.
Muchos desafíos tiene Ime Udoka por delante, por fortuna para él, los Celtics vienen de un punto muy bajo en su juego en ambos costados de la cancha. Esperemos que el aire nuevo en el vestuario sirva para emular, al menos en cierto aspecto, a aquellos grandes equipos que supo integrar el nuevo director técnico.
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