La temporada ya ha comenzado, y la larga espera por ver a estos renovados Boston Celtics por suerte llegó a su fin. En la previa, aparecían muchas dudas sobre diferentes aspectos del juego que los orgullosos verdes mostrarían de cara a la 19/20. El objetivo de este artículo (y sus subsiguientes del mismo índole) será ir desglosando como avanzan los dirigidos por Brad Stevens. Tomaremos períodos de decenas de partidos, para que la muestra no sea tan pequeña a la hora de puntualizar sobre diferentes aspectos del juego.

 


 

La diferencia de liderazgos

 

Una de las principales incertidumbres era saber cómo funcionarían estos Celtics sin la tóxica presencia en el vestuario de un tal (la $%=&/$ de tu madre)  Kyrie Irving. Danny Ainge logró reemplazarlo con una versión sorprendentemente similar en cuanto a talento, pero (por fortuna) con una personalidad completamente diferente.

Y es que Kemba Walker llegó para devolverle a los fanáticos de los Celtics esperanza en los bases talentosos. Atrás quedó esa relación tan dañina en la que cada vez que pensábamos que el ex Duke había cambiado, nos volvía a dañar con alguna declaración negativa, o exponiendo a un compañero. La diferencia es sustancial, y a este servidor le sorprende con la velocidad que el ex U-Conn se ha adaptado a sus nuevos compañeros (gracias Team USA).

 

Con Kyrie la ofensiva funcionaba por momentos, pero se notaba forzada, como un solo de Tommy Iommi en una canción de Bob Dylan. Mientras que con Kemba, todo es armonioso, el balón recorre la pista, pasando por las manos de casi todos los jugadores. En estos 10 partidos, sin lugar a dudas Kemba ha sido el líder de estos Celtics, promediando 25 puntos, con un tremendo nivel asertivo (44,4 de triple, 54,4 campo, 91,5 en libres) pero sobre todas las cosas, se lo ha visto positivo, motivando a sus compañeros, dando siempre palabras de aliento tanto luego de los partidos, como en tiempos muertos.

 

 

Me aventuro a decir, a riesgo de gafarlo, que el accionar de el ex Charlotte ya ha dado el puntapié para una nueva era para estos Celtics. Seguramente sus porcentajes de acierto bajen un poco (sería irrisorio que mantenga este nivel de efectividad) y la temporada todavía está muy joven, pero lo cierto es que Kemba, siempre dará la cara por sus compañeros. Esta sin dudas, es la principal diferencia entre el reinado del terror del número 11, y la era actual en donde siempre sonará en nuestras cabezas  «Don´t worry, be Kemba»

 

 

Reemplazar al irreemplazable

 

Desde que puso un pie en Massachusetts, Al Horford se convirtió en el eje defensivo de los Celtics. El dominicano era (junto con Marcus Smart) el encargado de que todo el sistema funcione a la hora de proteger el aro. Sus números y estadísticas básicas no mostraban la real valía que este tenía para el equipo. Por eso (además de las indisposiciones salariales) encontrarle un reemplazo era prácticamente imposible. Entonces Danny Ainge otra vez sacó un conejo de la galera. o en este caso, tres.

 

La importancia de Horford se ve reflejado en sus reemplazos. Se necesitan tres jugadores para que, de manera conjunta, aporten lo que daba sobre el parquet el #42. El GM de los Celtics, depositó en la licuadora a diferentes prototipos de internos. Una bestia con un potencial físico inmenso, un reboteador con un toque ofensivo magnífico y una mole francesa rocosa a la hora de poner pantallas. Tanto Robert Williams, como Enes Kanter y Vincent Poirier (este último con mucho menos tiempo de juego) han dado la cara según las necesidades en diferentes momentos de los partidos.

 

Un párrafo aparte va para Daniel Theis. Quien sin dudas ha sido el hombre grande más regular de todos los Celtics. No llama para nada la atención que sea él quien goce de la mayor confianza por parte del entrenador. El alemán es (salvando muchísimo las distancias) el que tiene el conjunto de habilidades más similar a Horford. Su buen tino para las rotaciones defensivas, sumado a su habilidad como taponador, hacen de Theis un interno ideal para el engranaje defensivo que propone Stevens. En ataque siempre está atento a balones sueltos, es una amenaza constante con sus caídas a la canasta, y no se esconde para intentar algún que otro triple. El caballero de la orden teutónica merece sin dudas las palmas en este inicio de temporada.

 

 

 

El futuro llegó….. hace rato

 

Pareciera que los Jays van juntos para todos lados. Tanto sea para quienes los alaban, como aquellos que los critican. Al igual que Starsky y Hutch, no se puede nombrar a uno sin el otro. Jayson para Jaylen, o Brown para Tatum. No por nada se los nombra como las piezas de cara al futuro para los Celtics. Para ambos, la campaña anterior fue complicada (quizás más que para el resto) y es por eso que nos urgía ver de qué manera arrancarían ambos la temporada y afortunadamente, ninguno de los dos está decepcionando.

 

Jayson Tatum está demostrando (más allá del partido vs los Mavs) su categoría para anotar. Mucho más agresivo y menos conformista con la media distancia. Su juego empieza a evolucionar a uno más efectivo. La deficiencia que se le ve es en las definiciones alrededor del aro. Aunque como reclamo en cada podcast del Despacho, espero que esto cambie cuando los jueces comiencen a cobrarle un poco más. Además se lo ve muy agresivo en la búsqueda de rebotes y al verlo en cancha, da la sensación que puede llegar a los 20 puntos por juego sin despeinarse.

 

 

 

Jaylen Brown por su parte venía con el bagaje que representaba su extensión de contrato. Cumplir con las expectativas de semejante suma de dinero era una presión extra para el jugador de cuarto año. Lo cierto es que en este inicio, el ex Cal se ha hecho notar. Ha trabajado mucho para corregir sus errores (sobre todo de manejo del balón). Registrando máximos de carrera en puntos, rebotes y asistencias, y tirando 60% de campo y 80% de libres es algo que nadie esperaba. Está jugando muchos  minutos (sobre todo desde la lesión de Hayward) y siendo pieza fundamental en este gran inicio de los Celtics.

 

 

Lo bueno además de esto mencionado, es que ambos parecen adaptarse muy bien a los requerimientos de Stevens según momentos puntuales del partido. Esto se nota sobre todo en defensa. Los Jays son sin dudas uno de los puntos más altos para explicar este inicio ganador de Boston. Porque, como reza aquella canción de rock argentino….. el futuro llegó, hace rato.

 

Los nombres del actual banquillo de suplentes de los Celtics

 

Muchos apellidos nuevos, varias caras vistas por primera vez y otro de los puntos que generaban muchas incógnitas. Por lo mostrado hasta ahora, siempre ha habido al menos un jugador que ha sido clave en todas y cada una de las victorias del equipo esta campaña. Aquella noche en el Madison de Grant Williams, o la explosión anotadora de Carsen Edwards vs los Wizards o Bob Williams en la casa de los Spurs. Lo cierto es que siempre hay un par de nombres que dan la cara por la banca.

Con la ausencia de Hayward, y el ascenso de Smart al cuadro titular, quien ha comenzado a disputar más minutos es Brad Wanamaker. Ya en la temporada pasada, el ex Fenerbache había sido un sólido jugador de rotación. Pero ahora su aporte se vuelve fundamental, ya que es el jugador más experimentado del banquillo. Llama mucho la atención, lo bien que Stevens aprovecha las características de los bases para sacarles el máximo. Hace un par de años lo hizo con Shane Larkin, y ahora lo está consiguiendo de nuevo con el número 9.

Restará saber si Enes Kanter saldrá como reserva. Desde mi punto de vista, puede terminar siendo lo mejor para los Celtics, ya que el turco tiene las destrezas ofensivas necesarias para destrabar el ataque cuando este se estanca. Si bien es cierto que su defensa no llega a ser decente, los internos suplentes rivales no deberían ser tan agresivos para victimizarlo tanto. Además, con la ayuda de Grant Williams y las buenas incursiones de Javonte Green, la banca de Boston puede terminar siendo  mucho más efectiva a largo plazo.

 

No todo es color de rosas

 

La nota negativa para esta decena de partidos no va enfocada al juego. Sino a esa maldita suerte irlandesa que siempre mencionamos. Creo que todos los seguidores de los Celtics se habrán asustado (más que de costumbre) cuando observaban a Gordon Hayward yéndose al vestuario mientras se tomaba la mano. El ex Utah estaba jugando un básquet excelso, tirando con una efectividad como nunca en su carrera. Se lo veía recorrer la pista con alegría, gracia y siendo todo lo que imaginamos que iba a ser desde el día uno.

Lamentablemente, esa cortina de LaMarcus Aldridge le fracturó un hueso de la mano. Pero por suerte, su ausencia estará entre 6 y 8 semanas. Por lo que habrá tiempo de sobra para que su re inserción en el equipo sea natural y paulatina. De esta manera no afectará las rotaciones y volverá a ser fundamental para las aspiraciones del equipo. El equipo necesita de todas sus piezas si lo que quiere es llegar lejos en la competencia.

 

 

Esta primera decena de partidos ha dejado mucha tela para cortar. Partidos cerrados, otros ganados por buena diferencia. En algunos se ha defendido mejor, en otros el ataque fue lo que dio la victoria. La temporada recién comienza, y en este balance de 9-1 los Celtics no han dejado muy buenas sensaciones,  pero hay que mantener los pies sobre la tierra.

Esta es una maratón y no una carrera de 100 metros.

 

Videos: Tomasz Kordylewski 

Foto: @Celtics.