El calendario avanza y las ganas de que comience un nuevo curso en la NBA son mayores a cada día que pasa. Para hacer más llevadera la espera, a modo de previa hemos ido publicando los perfiles de los jugadores de la plantilla de los Boston Celtics para la campaña 18/19. Después de Kyrie Irving, Gordon Hayward, Jayson Tatum y Jaylen Brown, le llega el turno al que presumiblemente cerrara el quinteto titular para los de Brad Stevens: Al Horford.
Al Horford y su año en los Boston Celtics
Pasan las campañas y parece que el pívot dominicano aún tiene que demostrar su valía a un buen puñado de escépticos. Dudar del ex de los Hawks por no registrar regularmente la marca de 20 puntos y 10 rebotes es quedarse muy en la superficie. O dicho de otra forma, ojear estadísticas y poco más. Pese a la llegada de estrellas como Irving y al crecimiento de jóvenes figuras como Tatum y Brown, Horford volvió a erigirse como pilar fundamental en el testarudo plan de Brad Stevens.
El bueno de Al ha vuelto a llevar la manija de unos Celtics aspirantes, y aún más cuando las lesiones inundaban la enfermería de Boston. Buena muestra fue su exhibición a lo largo de los Playoffs donde demostró el porqué de las cifras de su cuestionado contrato. Calificar su labor como clave en ambos lados de la cancha es quedarse corto.
Tras la llegada de Aron Baynes, Horford pudo al fin cumplir su aspiración de figurar como ala-pívot en el quinteto inicial dejando patentes sus presumibles virtudes y defectos con el cambio de posición. Su pérdida de peso lo ayudó a contener a rivales mucho más rápidos que él, no obstante, a veces no era suficiente. Stevens se las sabe todas y, cuando los partidos entraban en el clutch, Horford volvía a la posición de center para evitar fisuras.
Quizás, su faceta más destacada durante la temporada fue su defensa; la estadística avanzada lo respalda. El bueno de Al supo fajarse con todo tipo de contrincantes encabezando a uno de los equipos más férreos de la competición. Nombres como Giannis Antetokounmpo o Joel Embiid sufrieron en sus carnes el buen hacer de un Horford imperial. Sus Playoffs fueron un auténtico clínic de baloncesto.
El dominicano acabó registrando buenos números aunque para algunos sigan siendo algo insuficientes. Las críticas sobre su excesivo sueldo todavía resuenan, pero eso no evitó una nueva participación en el All-Star Game como respuesta que no necesitábamos los ya creyentes. Una estrella por derecho propio.
Estadísticas tradicionales
Puntos |
Asistencias | Rebotes | EFC | % 3 PTS | Tapones |
12.9 | 4.7 | 7.4 | 55.3% | 42.9% |
1.1 |
Estadísticas avanzadas
Off Rating |
Def Rating | Ast ratio | True shooting | USG% | GP |
115 |
103 | 26.6 | 57.5% | 18.4 |
72 |
¿Qué esperar para este campeonato?
Los derechos y obligaciones de Horford no deberían distar mucho de lo que hemos visto desde que decidiera poner rumbo a Massachusetts para enfundarse la elástica verde. Casi podríamos asegurar que el dominicano será uno de los menores problemas en el complicado rompecabezas que tendrá que armar Stevens para confeccionar su próximo plan genial. El ex de los Hawks no necesita veinte lanzamientos para encontrarse cómodo sobre el parqué; para eso están otros.
Horford seguirá nutriendo a los principales artilleros del roster siendo esa extensión del entrenador en pista. Irving será el que amase más pelota, pero en el fondo todos saben quién va a tener la voz cantante. Ese desahogo para sus compañeros le seguirá regalando buenas situaciones de tiro en jugadas ya clásicas de Pick&Pop y demás variantes en la pizarra de Stevens.
Donde sí deberá seguir siendo protagonista principal será en el costado opuesto. Horford volverá a ser el puntal decisivo para que los Celtics retomen su figura aterradora para los cuadros rivales. El jugador dominicano, que con la vuelta de Hayward retomará su labor fija de center, será el eje del baluarte situado bajo el propio aro. No obstante, cada nueva temporada supone un desafío. Los años pasan —32 ya a sus espaldas— y los rivales son cada vez más portentosos físicamente. Nada que su privilegiada inteligencia sobre la pista no haya sabido paliar.
En definitiva, la situación de Al Horford es seguramente la menos preocupante en el reajuste que exigirá este nuevo curso con todas las piezas sanas. Su rol dentro del esquema está claro, y el dominicano sabe perfectamente cuáles serán sus funciones a las órdenes de Brad Stevens. Podríamos hablar de sacrificio, pero para alguien que solo mira para el equipo dejando de lado intereses personales y estadísticos, solo será otro año en la oficina.