A falta de unas semanas para el inicio del training camp de los Boston Celtics, en el Despacho comenzamos a elaborar los perfiles de cada uno de los jugadores que conformarán el primer grupo de “Orgullosos Verdes” con aspiraciones al campeonato desde 2012. Tras haber analizado ya a a todo el quinteto titular, y al reserva más importante, llega el turno del jugador que siempre está en todas las quinielas de traspaso, aunque él sabe que Danny no lo quiere traspasar: Terry Rozier.
Terry Rozier y su último año en los Boston Celtics
Todos tuvieron que dar un paso adelante tras la caída de Gordon Hayward, y el protagonista de estas líneas no se quedó atrás. Como ya nos tiene acostumbrados, siguió fiel a las subidas y bajadas típicas de una montaña rusa, pero encajó muy bien en ese estilo rápido y asfixiante que fueron los Boston Celtics del 16-0. Desatado como en sus mejores tiempos con la camiseta de Louisville, se desfogó al igual que el resto del equipo, sufriendo ese bajón a finales de año que supuso el punto más crítico de rendimiento.
Pero con Rozier tienes que esperar hasta el último acto antes de ponerle una nota. Siempre que llega la postemporada el base sube sus prestaciones, y este año no iba a ser una excepción. A diferencia del resto de temporadas, en las que nos sorprendía sin previo aviso, con la lesión de Kyrie Irving pudimos atisbar lo que se venía en Playoffs, la explosión de un jugador que no iba a dejar escapar el tren que las circunstancias le brindaban.
El Rozier de Playoffs, titular, y con mucho peso ofensivo, nos dejó una gran actuación anotadora tras otra, solo empañadas por determinadas noches (normalmente fuera de casa), en la que se le apagaban las luces. Desde el triple y con carácter, empujó a los Boston Celtics durante unas series muy duras, en las que el equipo necesitaba que todos aportasen algo más de lo normal para seguir vivos.
Fuera de lo meramente deportivo, Terry Rozier nos dejó varias perlas de esas que crean afición. La primera fue su «batalla» con Eric Bledsoe, al que confundió en rueda de prensa con el ex jugador de los Patriots, Drew Bledsoe (de forma supuestamente no intencionada), y que tuvo como resultado el nacimiento de una amistad entre ambos jugadores, pudiendo ver a Drew en los partidos con una de las camisetas que nos llevan a la siguiente perla.
Y es que, además de éxitos deportivos, Rozier ha conseguido crear una marca publicitaria muy lograda. La línea de ropa «Scary Terry«, basada en el mote del jugador, ha subido como la espuma, recreando momentos como la noche del confeti, y haciendo de su caricatura la mascota de todo Boston.
Estadísticas tradicionales:
Puntos |
Asistencias | Robos | EFC | % 3 PTS | Rebotes |
11.3 | 2.9 | 1 | 49 % | 38 % |
4.7 |
Estadísticas avanzadas:
Off Rating |
Def Rating | Ast ratio | True shooting | USG | GP |
109 | 104 | 17.5 % | 52 % | 20.4 % |
80 |
¿Qué esperar para este campeonato?
Tras sus mejores momentos en la NBA, Rozier se enfrenta a una temporada en la que vuelve al banquillo y, presumiblemente, tendrá mucha más competencia delante. No solo la vuelta de Kyrie Irving afecta al jugador, sino que el retorno de Gordon Hayward supone una más que probable merma de minutos y protagonismo. Recordemos que en los escasos momentos en los que el ex Utah vistió el verde, vimos que la rotación lo colocaba como líder del quinteto que iba desde el titular hasta los suplentes, comandando al equipo mientras se producían los sucesivos cambios.
Pero aun con esto, Rozier puede encajar como perfil anotador desde el banquillo, beneficiándose mucho de jugar con dos playmakers como el #20 y el #36 al lado. Su debe seguirá siendo la consistencia, necesita algo más de regularidad en su tiro para cumplir ese papel. En cuanto a sus habilidades como director, y si bien no descartamos una mejora, lo normal es que no tenga que hacer mucho uso de ellas, ya que los compañeros que lo rodean cumplirían con creces esa labor.
Se viene una temporada rara para el bueno de Terry. Año de contrato, mucha competencia y una nube de rumores que no se despejará hasta bien pasado febrero de 2019. ¿Terminará el curso vestido con la elástica de los Celtics?