Como cada verano, el Despacho Celtics continúa con una bonita tradición. Año a año, hemos traído los análisis de los novatos de la franquicia de Boston durante la Summer League, y esta temporada no iba a ser menos. Ya inauguramos nuestra querida pizarra con Ante Zizic, y ahora le toca el turno al flamante número 3 del último Draft, Jayson Tatum.

Con el peso en las espaldas después de que su nuevo jefe traspasara todo un número 1 por él, el alero de Duke ha sido uno de los nombres que más ha resonado tanto en Salt Lake City como en Las Vegas. Se lo ha ganado a pulso. En los seis partidos que ha disputado con la camiseta de los Celtics, Tatum ha aportado puntos y rebotes; justo lo que el equipo necesitaba.

En líneas generales, la actuación del  natural de St. Louis durante este verano ha sido más que positiva, pero también tenemos que comentar los posibles problemas que puede tener con el correspondiente salto a la NBA. Como siempre decimos, hay que recordar que lo que hemos presenciado no es nada más que la Summer League, y el nivel dista mucho de lo que veremos en unos meses.

Basta de introducciones; entremos en materia. Comencemos a analizar qué nos ha dejado el bueno de Jayson Tatum.

Jayson Tatum: puntos fuertes

Cuando ya en tu primer partido con la camiseta de los Celtics te toca enfrentarte al jugador por el que has sido traspasado bajo unos tremendos focos, solo te queda brillar más fuerte. Desde la uni a Utah, el rookie no perdió el tiempo para derrotar a Markelle Fultz (game-winner incluido) y captar las miradas de toda la liga. Si algo ha demostrado Tatum en sus primeros partidos es una estupenda capacidad anotadora. Ya lo sabíamos de antemano, pero ver cómo suma puntos con la palabra Celtics en el pecho sube los ánimos a cualquiera.

Su lanzamiento de media distancia ha sido una constante de éxito, y será la base que cimentará su juego ofensivo en la NBA. El ex Duke no necesita ni un metro para anotar por encima de sus rivales. En la Summer League, éste ha sido uno de sus mayores valores, pero todavía tenemos que preguntarnos si podrá trasladar esta faceta a la máxima competición con la misma facilidad. Las defensas en NCAA y en las ligas veraniegas no se acercan ni por asomo a lo que tendrá que lidiar cuando la temporada regular dé el pistoletazo de salida. No obstante, la calidad en su muñeca y la fluidez en sus movimientos es innegable.

Pese a que el tiro en suspensión parece el valor principal en el ataque de Tatum, el alero ha explotado otra faceta tanto en Salt Lake City como en Las Vegas. Su agresividad y acierto de cara al aro rival ha penalizado a las defensas rivales, que no encontraban la fórmula para detener a la prometedora figura de Boston. Ante marcas de jugadores rivales más pequeños, les anotaba por encima. Ante contrarios más fuertes, Tatum hacía gala de su velocidad para dejarlos atrás. Su físico le permite poder perforar la zona con un gran porcentaje de acierto, y su toque alrededor del aro tampoco ha defraudado. Como todo se demuestra mejor con imágenes, aquí podemos ver un ejemplo.

Agresividad y cero miedos. Tatum llegó para emitir un mensaje bien claro en la Summer League. Que un jugador de estas características pueda hacerte daño desde tantas posiciones distintas provocará quebraderos de cabeza en las defensas rivales. De momento ya lo ha hecho. Si penetra bien hacia el aro, y desde la media distancia es un valor seguro, ¿qué pasa con el triple? Otra bala en la recámara. En Duke, registró decentes porcentajes de acierto desde la larga distancia, pero en la Summer League no se ha paseado en demasía por estos lares. Tatum no ha abusado del lanzamiento de tres; limitándose a momentos muy concretos donde la situación lo pedía. Prefería dar un par de pasos hacia adelante y torturar a su marca con la amenaza del tiro a media distancia o la entrada al aro. Cuando tuvo que hacerlo, tampoco decepcionó. Podemos confiar en que se convertirá en un triplista fiable con trabajo a lo largo de los años.

Para finalizar sus puntos fuertes en la parcela ofensiva, vamos a ponernos románticos. Ya hemos comprobado como Tatum puede anotar desde cualquier posición de la cancha, pero después de tanto oír hablar de su similitud con Paul Pierce, habrá que recordar al jefe. El Jayson ha tirado de repertorio y nos ha dejado acciones de esas que ponen los dientes largos. Posteando al rival, pasito atrás y para adentro. Ahora te amago a un lado y salgo para el otro. Step-back, fade-away, lo que surja. Una delicia para la vista, sobretodo si lleva la camiseta de tu equipo. Podemos entender porqué su ídolo era Kobe Bryant, pero preferimos quedarnos con los recuerdos de La Verdad. A disfrutar.

Todo lo bueno que nos ha dejado Tatum no ha sido solo en ataque. Los Celtics necesitan jugadores que puedan anotar con regularidad desde el banquillo; hecho. Sonará raro, pero Boston necesita rebote; alguien ha venido a ayudar. Todavía no me he recuperado del susto al ver que los dos máximos reboteadores de la Summer League de Salt Lake City eran jugadores de los Celtics: Jaylen Brown y Jayson Tatum. Para dejar de ver baloncesto. En Utah, promedió 9.7 rebotes por encuentro, y en Las Vegas, aunque bajó algo el rendimiento, atrapó ocho; nada desdeñable. Buena colocación, instinto a la hora de perseguir la pelota y una gran capacidad de salto. Por poner un pero, la falta de músculo le lastrará en disputas con rivales más fuertes. El chico llega para ayudar en uno de los grandes quebraderos de cabeza de los Celtics en los últimos años.

Jayson Tatum: cosas a mejorar

Pese a que por lo general podemos sacar muchos más elementos positivos que negativos, no podemos obviar los puntos flacos del novato de los Celtics. Hay cosas que inquietan, pero como ya decíamos en el apartado interior, puede ser producto de la Summer League.

Si bien aclaramos que su superioridad ofensiva se debía a unos rivales que no se encontrará durante la próxima campaña NBA, también podríamos achacar su cierta pasividad defensiva a esta razón. El hecho de que Tatum fuera uno de los mayores de esta competición veraniega, no quita que esas desconexiones preocupen. No se puede ir de sobrado. Sobretodo lo hacen porque no es algo ajeno, ya que en muchas fases de su etapa universitaria, cayó en este pecado más de una vez. Por cualidades físicas, Tatum se puede convertir en un defensor de garantías, y por la ética de trabajo que posee según coinciden todos los que le conocen, esto llegaría más pronto que tarde.

El nivel de exigencia, más allá de la expectación que despertaba tras el pasado Draft, no ha sido nada alto comparado con el gran potencial del rookie de los Celtics. A medida que avancen las fechas y lleguen los partidos de pretemporada, podremos hacernos una idea más aproximada acerca del nivel real de Tatum en el futuro inmediato. El ex Blue Devil tiene un ejemplo cercano que sabe muy bien de ese proceso de aprendizaje; debería hablar con su amigo Jaylen Brown. De momento no es algo que debe preocupar en demasía, pero el asentamiento a un nivel regular en esta parcela puede darle muchos galones y muchos minutos en la rotación de Brad Stevens.

Otra flaqueza que se puede observar analizando a Tatum y que ya sabíamos de sobra es la falta de musculatura. Jugando en la posición de alero, se verá sobrepasado en este apartado por un gran porcentaje de los rivales que le defiendan. Esto le afectará en puntos que antes hemos considerado como positivos dentro de su arsenal. No podrá anotar cerca del aro con tanta facilidad ante marcas mucho más físicas, y sin duda que en la lucha por el rebote esa falta de músculo jugará en su contra. En Salt Lake City y en Las Vegas este problema no lució tan evidente, pero igualmente era fácilmente señalable en momentos concretos.

Por dar por finalizado este punto (no nos gusta señalar las cosas malas), tenemos que hablar de otro problema que ya conocíamos. Con el balón en las manos, Tatum es un peligro debido a la infinidad de formas con las que puede anotar, pero aunque la defensa rival esté centrada en él, le cuesta mucho generar para compañeros en mejor posición. No es muy ducho en el arte del pase, y eso se traduce en pérdidas tontas como las que hemos podido ver en la Summer League. Querer hacer todo no suele acabar bien, y más en tus primeros pasos por el baloncesto profesional. Ésta, quizás, sí sea la traba más importante que hemos visto en Tatum y la más difícil de corregir con el paso del tiempo. De todas formas, tenemos fe.

Conclusión

Danny Ainge se jugó gran parte de sus fichas en una mano. La apuesta era arriesgada, pero como especulamos los días previos al Draft, parece que  en las oficinas de los Celtics se enamoraron de Jayson Tatum. Es fácil saber el porqué de ese órdago viendo sus actuaciones en la universidad y en las Summer League de Salt Lake City y Las Vegas hasta que tuvo que parar por unas molestias físicas. Calidad hay de sobra, pero todavía es imperativo pulir más el diamante.

Como hemos podido ver con el análisis, Tatum es un anotador compulsivo; como se suele decir, se le caen los puntos de las manos. La cantidad de balas en su recámara ofensiva llenan de posibilidades la pizarra de Brad Stevens, y en una segunda unidad a la que el año pasado no le sobraron los puntos, eso es oro. Los Celtics tienen a un posible puntal para el futuro, y lo mejor es que podrán disfrutar de sus virtudes casi inmediatamente. El potencial es enorme y por condiciones puede que Boston se haya hecho con una estrella para muchas temporadas.

 

Fuentes:

Nba stats.com: NBA Summer League Stats

Imagen: Álvaro Méndez