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Partido de los Boston Celtics un domingo, generalmente, no es una noticia grata para los aficionados de los verdes. En esta ocasión, la plaza elegida para el fatídico fue New Orleans, en donde los Pelicans remontaron 24 puntos de desventaja y ganaron por 120-115 en prórroga.


La primera mitad fue una de las mejores exhibiciones en ambos costados que han tenido los Celtics recientemente. En el costado defensivo, Boston hacía lucir mal a los Pelicans y específicamente a Zion Williamson mientras que en ataque, los Jays comandaban la carga para tomar ventaja de dos dígitos llegando al descanso.

Aún así, iniciando el tercer cuarto la ventaja llegó a ser de 24 y el encuentro parecía al borde de ser liquidado.

Colapso masivo en el centro de New Orleans

Paso a paso, los Celtics fueron quedándose sin piernas y sin energía en el tercer cuarto y con ellos, los Pelicans empujaron una y otra vez para reducir la desventaja.


Zion Williamson se metió en juego y terminó con 28 puntos y 10 rebotes, mientras que Brandon Ingram fue el máximo anotador del equipo con 33 puntos, liderando la carga de los de Louisiana en el encuentro.

Cuando el partido estuvo de vuelta en la línea, Jayson Tatum metió dos tiros dorados para mandar el partido a una prórroga que iban a ganar los locales luego de un triple asesino de Brandon Ingram luego de que Boston doblemarcara a Zion en el perímetro.


El nivel paupérrimo de Kemba Walker volvió a ser noticia: 5 de 21 en tiros de campo para un desastroso 23% de efectividad junto a un deplorable 8.3% en triples que hacen muy difícil para cualquier equipo poder ganar ante tremendo lastre ofensivo.


Los Jays, a pesar de no estar del todo efectivos, cargaron el barco hasta el final y se quedaron cortos en la prórroga ante la falta de ayuda de sus compañeros.

 

 

 

Foto: Celtics.com