Otra derrota abultada para unos Celtics que nunca estuvieron dentro del partido. 99-121 para los Bulls, que jugaban un back to back, y que estuvieron al mando desde el segundo cuarto de manera indiscutible.

Coby White se convirtió en uno de los Curry, y solo Kemba Walker pudo seguirle el ritmo, con un Jayson Tatum totalmente desaparecido, incapaz de hacer nada más que tirar ladrillos desde el exterior.


 

El primer cuarto fue el único en el que hubo partido. Walker entró muy fuerte, y junto a un Fournier que no falló ni un tiro en ese primer periodo, compensaron la apática defensa ya característica de esta temporada.

 

 

El segundo cuarto fue el inicio de la caída. La entrada de Jabari Parker terminó de matar a unos Celtics que solo vivían de lo que podían sacar Walker y Fournier. Los Celtics deciden empezar a doblar a Vucevic, y como siempre que han recurrido a esta estrategia, los mataron a triples. Coby White empezó a enchufarse y nunca se enfrió. 60 puntos para los Bulls al descanso son un indicativo de lo que hicieron los de Stevens en defensa.

Jayson Tatum, con solo una canasta en la primera parte, anotó la gran cantidad de DOS MÁS en los siguientes cuartos. Kemba Walker es el único que acude a jugar, y pese a que se consiguen tiros abiertos, nadie los metió. Del otro lado los Bulls siguen a lo suyo, y se van 20 arriba al último cuarto.

Un conato de remontada, protagonizado por un buen Grant Williams, pone a los Celtics por debajo de los 10 puntos de desventaja, pero varias malas decisiones seguidas vuelven a llevar a los Bulls a los 15 puntos de ventaja, y el resto del partido es tiempo para las terceras unidades.


 

Los Celtics vuelven a perder un partido necesario, siguen acumulando bajas, y el presente no es muy halagador para lo que debería deparar el futuro.