Los Celtics no destacan en pasarse la pelota, la circulación de balón es escasa y las asistencias brillan por su ausencia en tiros exteriores. ¿Hay un problema? o ¿el personal no es el adecuado?
¿Los Celtics necesitan mover la pelota?
La pregunta parece tener una respuesta obvia, pero esto no es tan así. Está claro que si el balón viaja y circula en ofensiva se pueden encontrar mejores tiros en posiciones factibles. La cuestión radica en que el personal más efectivo de los verdes se vale de situaciones particulares.
Jaylen Brown es de los mejores jugadores de la liga atacando la transición rival y uno de los más efectivo en este tipo de situaciones. Anota el 57% de estas oportunidades, con un 62.6% de efectividad, sumando casi 7 pts por juego. Top tres en la liga, solo superado por Lebron James y Giannis Antetokounmpo. Nada mal ¿no?
Es entendible que Stevens se quede hasta afónico gritándole al bueno de Jaylen cada vez que agarran un rebote y ven que el retroceso rival no es el más adecuado. Está claro que por este motivo los Celtics eligen correr y no esperar al estacionado para ponerse a buscar ventajas.
Kemba Walker es un jugador que se alimenta del pick and roll. Top 10 en la liga en cantidad de posiciones para este tipo de jugadas y top cuatro en frecuencia. Entenderemos con esto que donde puede sacar ventaja de un pick central, lo va a realizar y no va mirar el lado débil de la defensa ni aunque esté Rihanna haciéndole ojitos.
El goleador de los Celtics y el jugador con mayor cantidad de intentos al aro es Jayson Tatum; déjenme romperles la ilusión, pero el de San Louis no se caracteriza por ser el abanderado del juego sin pelota: octavo en frecuencia con 18% de las posiciones, 5 por partido, igualado con Lebron James en la cuarta posición en aclarados.
A esta altura ya comenzarán a entender por donde van los tiros. Sus mejores anotadores son de un perfil que no invita al compartir la pelota con sus compañeros, sobre todo porque no está en su ADN, para colmo, sus compañeros no ayudan con la eficacia en tiros liberados desde el perímetro.
¿Cómo inciden los bases de los Celtics en la poca movilidad?
Otro de los factores que inciden en la poca circulación del balón en ofensiva tiene que ver con la característica de sus bases. Kemba Walker, Jeff Teague y Payton Pritchard son proclives al drible continuo. En el caso de estos dos últimos, en exceso.
Es común ver a Teague y Pritchard picar la pelota en busca de ventajas esperando que sus compañeros corten mientras ellos acometen con el balón la zona pintada. Esto muchas veces no ocurre, volviendo la situación ofensiva en un recorrido de los bases por todo el sector de ataque sin encontrar opciones, y terminando en tiros malos o pérdidas del esférico.
El caso de Teague es notorio, son contadas las veces que corre un sistema ofensivo y se limita al pick and roll o la búsqueda de un miss match de velocidad que le posibilite atacar el aro. La falta de entrenamientos puede ser un motivo, pero no esperemos que el veteranos cambie sus mañas a esta altura.
En los últimos juegos el ex Atlanta pudo anotar y ganar viajes a la línea con frecuencia, lo que es muy positivo para un conjunto que carece de oportunidades de anotar en este tipo de situaciones, y que en el pasado, sobre todo con los de Georgia, solía apostar más a la búsqueda de ventajas desde playbook del entrenador.
El read and react en este sentido no ayuda mucho, porque termina por hacer lo fácil, que es generar el desequilibrio por cuenta propia para alimentar a un compañero o definir por mano propia.
La pregunta salta a la vista: ¿Stevens no tiene jugadas diseñadas para obtener una mejor lectura de ventajas? Sí que las tiene, pero los bases como Teague o Pritchard (en menor medida) prefieren apostar por la generación individual.
La filosofía del entrenador se puede observar mejor cuando hay en cancha jugadores como Marcus Smart, ante la ausencia de este, son contadas las situaciones en que vemos correrse un sistema establecido.
En la victoria frente a los Wizards se observó esto de manera evidente, salvo en salidas de tiempos muertos o en jugadas de inicio de cuarto, en las demás situaciones se apostó por la lectura individual del portabalón.
Ante la acumulación de cansancio y la falta de entrenamientos es muy difícil cambiar los estilos de juego. El parate del All Star le dará a el entrenador la posibilidad de contar con su personal para ajustar los sistemas y ver como se prepara la segunda mitad de la temporada.
No se esperan grandes modificaciones, pero apuesto mi escaso salario a que veremos correr en lo que resta de la temporada mayor cantidad de jugadas en estacionado que permitan obtener ocasiones favorables para la mejor lectura de las mismas.
El motion offense quedó guardado en el cajón de los recuerdos, queda claro que las características de los jugadores no son las mejores para este estilo de juego. El gran desafío es ejecutar en ataque estacionado jugadas específicas para obtener lecturas más claras y evidentes y así facilitar mejor el read and react.
El despertar ofensivo de Daniel Theis
Vamos a cerrar el artículo con una mirada positiva y esta tiene que ver con el gran año del alemán.
Después de un comienzo dubitativo en el cual tuvo que adaptarse a su compañero de front court, Daniel Theis está siendo de los jugadores más regulares y positivos de la plantilla.
Siempre importante en el apartado defensivo, supo comprender su rol cuando comparte la pista con Tristan Thompson y sacar ventajas de las situaciones que genera el ex de Cavs en ofensiva jugando en parejas para lograr beneficio mutuo.
Además, su eficacia de cara al aro está siendo de las mejores en su escasa trayectoria NBA y sus compañeros se lo retribuyen en confianza. Una muestra de esto, fue su gran juego frente a los capitalinos, donde tomó tiros importantes en situaciones calientes para mantener a su equipo en juego.
En un plantel en que la calidad escasea, tener la solvencia y regularidad del alemán es un aliciente para los Celtics.