Los aficionados de Boston siguen sin ver a su equipo ganar. Los Celtics, en otro partido horrible desde muchos puntos de vista, cayeron ante los Washington Wizards en un encuentro en el que siempre estuvieron por detrás.
2-3, y esta crónica la escribo con el mismo ánimo con el que los chicos de Udoka salieron ayer a jugar. No es casualidad que el propio entrenador, y dos de los pocos jugadores que rindieron decentemente ayer, Dennis Schröder y Al Horford, criticasen la actitud de la plantilla tras finalizar el partido. Lo curioso es que no se quedaron con la apatía dentro de la cacha, sino con una mala preparación previa.
Es decepcionante seguir viendo los mismos males que asolaban al equipo el año pasado (algo de lo que hablamos en el último Café Sin Rick grabado justo antes de la derrota de ayer). Y no, no estoy referiéndome a fallos defensivos o mala ejecución del ataque, hablo de actitud.
El esfuerzo no se negocia. La frase más repetida por este grupo de jugadores desde que el mundo es mundo. Es curioso que, cuando repites algo una y otra vez, termina perdiendo el significado.
Nos hemos hartado de escuchar excusas sobre este tema, y seguimos sin ver soluciones. Udoka dará con la tecla defensiva tarde o temprano, pero si los jugadores no le ponen ganas, por mucha pizarra y sesión de vídeo que hagas, te van a pasar por encima. Es la cruda realidad de la mejor liga del mundo. No puedes defender solo un cuarto por partido.
El único cambio a este respecto que podemos ver, es que el entrenador no se corta un pelo ante la prensa, diciendo claramente que los jugadores no están haciendo las cosas bien. Sin florituras ni intentos de suavizar las cosas. Ayer incluso, tras un partido horrible, Udoka no dudó en criticar a Jaylen Brown, expresando que no entiende sus altibajos, y cómo puede jugar un partido de All-Star un día, y al siguiente parecer un cádaver andante (la frase exacta no fue esa, pero es mi interpretación. Tras comerme este partido, me podéis perdonar no ser del todo «profesional»).
Del encuentro no voy a hablar mucho porque no merece la pena. Más de lo mismo en defensa, con errores por todos lados y un Harrell que parecía Shaq. En ataque, Tatum sigue pasando una mala racha desde el triple, perdió muchos balones pero, ni de lejos, fue el peor de los Celtics.
El partido de Jaylen fue un espanto, y lo peor es que suele tener varios de estos al año. No le salió nada en ataque, y cuando el alero no se encuentra cómodo en ese lado, baja los brazos y juega por jugar. Es desesperante, y en momentos así, se merece pasar un buen rato en el banquillo y que lo sustituya algún compañero que tenga la cabeza en el partido.
Buenos partidos de Schröder y Horford, que están en muy buena forma. También bien Jabari Parker desde el banquillo. Sin minutos para Payton Pritchard, y otro DNP para Aron Nesmith.
Josh Richardson juega pero no está, Grant Williams metió todos sus triples en los primeros partidos, y jugar con dos pívots debería de ser ya una broma del pasado.
Nos vemos la semana que viene, que me voy unos días de vacaciones y no quiero ver a los Celtics ni en pintura. Si queréis un análisis más sosegado de la situación del equipo, ayer hablamos una hora sobre el tema en el Café Sin Rick.