Supongo que nadie esté muy sorprendido. Los Boston Celtics siguen perdiendo en 2022, continúan haciéndolo de la misma manera, y ningún signo de mejora se ha visto pese a todas las declaraciones realizadas tras cada bochornosa nueva derrota.

Ayer, contra los Knicks, volvimos a ver el típico colapso en la segunda parte. La realidad es que los Celtics no estaban jugando tan bien, simplemente les entraron los tiros. El último buen partido que recuerdo fue contra los Suns, donde jugaron muy bien colectivamente y fue un partido sin sustos ni sobresaltos.

En la parrafada llena de bilis de esta semana, la diana principal va a ser Ime Udoka. El entrenador novato sigue sin demostrar nada de mejora y, para desgracia de los Celtics, parece que lo suyo es mucha palabrería y pocos hechos. Desde el inicio he defendido que teníamos que tener paciencia con él, pero hay situaciones que no tienen ningún tipo de sentido, y están totalmente en sus manos.

Cualquiera que me siga en redes sociales, o escuche nuestros programas, sabrá que no soy fan de Dennis Schröder. Entiendo que tiene una relación extremadamente buena con el boxscore, que por alguna razón parece que está jugando bien, pero sinceramente, analizando sus partidos he llegado a la conclusión de que es tóxico para el equipo.

Sin meterme en exceso en sus numerosos problemas defensivos, simplemente lo definiré como «agujero terrible de colosales dimensiones catastróficas lleno de neuronas ineptas sin capacidad alguna de entender un sistema defensivo«, creo que sus cualidades ofensivas no compensan todo lo que perjudica a los Celtics.

Es el jugador que es. Muy bueno atacando el aro, muy malo tirando, un acaparador de pelota, malo en defensa, que organiza más bien poco y que no está interesado en ningún tipo de jugada en la que no tenga el balón en las manos.

Saber aprovechar sus virtudes, y esconder sus defectos, es tarea del entrenador. Ime Udoka no está sabiendo hacerlo.

Por alguna razón, sigue intentando juntar a Smart y Schröder en los minutos finales de todos los partidos y, casualmente, a los Celtics no les está sentando nada bien.

Obviamente hay más factores que influyen en estos terribles últimos minutos, como que uno de ambos Jays desaparezca, pero justamente ayer fue el ejemplo perfecto de que, bien rodeado, Jayson Tatum podría haber cerrado el partido.

El #0 jugó un muy buen encuentro, con tino desde el tiro, pero lo más importante: tomando buenas decisiones. Ayer, contra los Knicks, Tatum dio un paso adelante a niveles organizativos, pero sus compañeros no respondieron. El único tirador que tenía a su alrededor era Jaylen Brown, que solo tiró una vez en el último cuarto. Smart y Schröder consiguieron buenas oportunidades, pero pese a que Marcus lanzó el 40% desde el triple, y Dennis al 50%, cuando «las papas quemaban«, no se obtuvo el resultado.

Udoka intentó explicar en rueda de prensa las razones de juntar a dos bases sin tiro con Jayson Tatum, cuando le estás dando la pelota a este último. No quedó muy claro. Dijo que buscaban jugadas iniciadas por este, en las que le volviese a llegar a él la pelota, pero eso nunca pasó. También intentó escudarse en que, al buscar alineaciones más defensivas, se pierde amenaza exterior, algo totalmente incompresible con Schröder en cancha.

Para jugar a lo que se jugó, y entendiendo que Schröder tiene mejor manejo de pelota y es más útil en ese supuesto esquema, lo ideal hubiese sido darle a Josh Richardson el puesto del alemán. Además de ser infinitamente mejor defensor, está tirando al 39% de tres este año. Igual que Tatum buscó a Fournier (tremendo partido se cascó el hijo de mil hermosas mujeres, habiendo metido la cantidad de o puntos en su encuentro anterior), los Knicks buscaron a Schröder todo el partido, y buena parte de su remontada fue aprovechando sus debilidades en defensa.

No entiendo a Udoka. No entiendo su cabezonería con el doble pívot (sobre todo con Horford en este estado de forma, siendo incapaz de meter dos triples seguidos). No entiendo el pacto satánico que tiene con Schröder para hacerlo jugar en esos minutos. No entiendo cómo no puede ver que la dupla Smart-Schröder no funciona. No entiendo que Grant Williams (pese a su mala racha desde el triple) y Josh Richardson, jugasen 0 minutos del último cuarto. NO LO ENTIENDO.

Y está bien que sea novato, y que haya muchas cosas que tenga que aprender por el camino. Pero no, no es justificable que cualquiera pueda ver esto y él no se dé cuenta. Mi mente necesita buscarle una explicación paranoica, y pensar que Schröder le tiene amenazado de algún tipo de manera. No quiero pensar que esté tan absolutamente ciego.

Y quiero dejar claro que esto no quiere convertirse en una caza de brujas contra el alemán. Es el jugador que es, repito, y la culpa de estar usándolo mal no es suya, es de Udoka. Sabías lo que fichabas, no te quejes si hace lo que ha hecho siempre. Por algo nadie le quiso pagar el verano pasado.

Por último, en lo que ya creo, como dije antes, que es una nueva muestra de que estamos ante un entrenador «ladrador y poco mordedor«, Udoka explicó que los Celtics necesitan un líder que calme las cosas cuando se ponen tensas, que los lleve al sistema y pueda cerrar partidos. Bien. ¿Y si predicas con el ejemplo?

Lo que no podemos es aguantar una eterna queja hacia tus jugadores cuando tú mismo no demuestras aprender de tus errores. ¿Quieres liderazgo en los finales apretados?, vale, lidera también desde el banquillo, usa la pizarra, no les dejes hacer lo que hacen siempre cuando han demostrado que no saben tomar buenas decisiones. No juntes un quinteto claramente disfuncional a muchos niveles, cuando por fin tienes a toda la plantilla sana. Basta de excusas, ponte a trabajar.

 

 


 

Voy a terminar con dos cosas positivas. De verdad que el partido de Jayson Tatum debería generarnos algo de esperanza. Jugó realmente bien. Le toca a Brad Stevens rodearle correctamente.

Robert Williams va a ser un jugador superlativo, lo tengo claro. Su renovación nos va a parecer extremadamente barata en un año. Sinceramente, deberíamos pensar en él como una pieza a largo plazo, sin meterlo en traspasos salvo que alguno sea irrechazable.

 

Feliz año, y a seguir sufriendo.