Nueva descalabre de los Celtics, esta vez ante unos Thunder que venían de 14 derrotas seguidas, en otro partido pobre del equipo de Brad Stevens. 119-115 que no refleja la poca actitud mostrada por unos jugadores que, en el momento más definitorio de la temporada, no están sabiendo responder.
Desde el inicio del partido, salvo un parcial del tercer cuarto, los Thunder consiguieron ganar el centro de la pista como y cuando quisieron. Los Celtics no opusieron resistencia alguna ante las continuas penetraciones de sus rivales, que o bien conseguían una bandeja, o bien doblaban la pelota y anotaban triples abiertos.
No hay mucho más que contar. La defensa brilló otra vez por su ausencia, permitiendo que OKC moviese el balón a su antojo y conviertiendo el partido en un concurso de ver quién mete más. Spoiler, los Celtics no metieron más.
Solamente Payton Pritchard, con 28 puntos y 40 % en triples, y Jaylen Brown con 39 puntos, 11 rebotes y 50 % en tiros de campo, mantuvieron el tipo de un equipo que tiró 11/49 en triples en total. Los Thunder no mostraron mucha oposición en defensa, pero los Celtics no supieron aprovechar las ventajas.
Por momentos, con Payton y Kornet en pista, el equipo jugó mejor y pudo remontar el partido. En ese tercer cuarto, bajaron el culo e impidieron las penetraciones por el centro de la defensa, pudiendo correr y conseguir puntos fáciles. 20-6 de parcial y un partido que, como el de hace unas semanas, parecía que se decantaba para los de Boston.
No fue así. En el último cuarto permitieron 36 puntos y no pudieron llegar a esas cotas ofensivas. Una última intentona a la desesperada casi nos lleva a la prórroga, pero de nuevo se quedaron cortos.
Cuando más hacía falta, y tras el rídiculo contra los Hornets el domingo, los jugadores volvieron a decepcionar ante uno de los peores equipos de la liga. La cuarta plaza cada vez está más lejos, y las esperanzas tras la nueva racha empiezan a diluirse como azúcar en leche caliente.
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