Con 50 puntos de Jayson Tatum, los Boston Celtics dan la sorpresa y se llevan la primera victoria de la serie frente a Brooklyn Nets.

Tras remontar un mal inicio, los de Stevens no se dejaron amedrentar por Durant y compañía, poniendo el 2-1 a la espera del TD Garden más ruidoso de la temporada este domingo. Robert Williams III, siempre en duda por su lesión previa, se hizo otra nueva en el primer cuarto, y su futuro en la serie es, nunca mejor dicho, una incógnita.


 

No pintaba bien un partido que empezó 19-4 para los Nets. James Harden y Joe Harris hacían lo que les venía en gana, y nadie de Boston era capaz de pararlos. Pero tras un tiempo muerto de Brad Stevens, los Celtics salieron a pelear el partido, y consiguieron llevarse el cuarto 33-32.

 

 

Tatum y Smart lideraron la carga ofensiva, seguidos de un Tristan Thompson que se creció y jugó su mejor partido como celtic. Por parte de los visitantes, todo giraba en torno a un Kevin Durant imparable, al que solo quedaba aplaudir mientras anotaba una canasta bien defendida tras otra.

Con una defensa agresiva y pudiendo correr, los Celtics incapacitaron al resto de jugadores de los Nets, llevando su ventaja a los 5 puntos en el descanso.

 

 

Kyrie Irving, entre abucheos bien ruidosos que generaron mucha polémica previa al partido (no voy a tocar el tema, pero Jaylen Brown es un tipo muy inteligente y recomiendo que escuchéis su opinión), tuvo un mal partido en su vuelta a un TD Garden con público. En la primera parte solo tiró 5 veces, anotando una, para terminar con 16 puntos y un 35% en tiros de campo.

Pese a esto, Harden y Durant sí tuvieron buena noche, no dejando escaparse a los Celtics cada vez que estos intentaban cerrar el partido.

Cuando en el tercer cuarto se mascaba la tragedia, llegando los Nets a ponerse por delante, Jayson Tatum se puso la capa y mantuvo a los Celtics a flote, justo a tiempo para que llegase el de siempre, Marcus Smart, y anotase 3 triples seguidos, uno con falta, que dieron aire al equipo, que se iría al último cuarto con 12 de ventaja.

La parte final de este partido fue una lucha entre Tatum y Harden por ver quién las metía más fácilmente. Los Celtics consiguieron canastas importantes de las manos de Fournier y Kemba (el base claramente fue una lacra todo el partido, perdiendo balones e incapaz de anotar nada), y pese a un amago de susto protagonizado por un Irving que no dejó de pedir más y más abucheos a la grada, Tatum cerró el encuentro poniendo la guinda a su noche histórica.


 

Jayson Tatum brilló, y tuvo ayuda de otros titulares. Los Celtics defendieron, y suplentes como Romeo Langford o Grant Williams dieron un paso adelante. El domingo se volverán a encontrar en un TD Garden a casi máxima capacidad. ¿Podrán los Celtics poner el 2-2?