Un par de semanas atrás un usuario (bastante cabrón) de twitter empezó a sacar comentarios míos de hace un año en los que «analizaba» el traspaso que acabó con Kyrie Irving en Boston a cambio de Jae Crowder, Ante Zizic, un pick e Isaiah Thomas. Leídos un año después quedan claras dos cosas: que Danny Ainge es mucho mejor General Manager y que Kyrie Irving no me caía nada bien. Para ser justos, tampoco lo hace ahora. Es un chico más joven, más alto, más atractivo, con muchísimo más talento y encima se crió en un entorno con unas condiciones socioeconómicas mucho mejores que las mías ¿cómo narices voy a empatizar con él? Además, tiene ese punto de estrellita que no suele gustar al aficionado: eso que te hace querer salir de un equipo aspirante a todo solo porque no soportas la sombra de alguien que ¡oh, sorpresa! es mejor que tú en lo que mejor se te da en esta vida. No olvidemos que él no pidió salir a los Boston Celtics, sino que acabó en un equipo competitivo de la misma manera que podía haber acabado en New York.

 

Supongo que es por todo esto que las declaraciones de Kyrie Irving el pasado martes me sentaron tan mal; porque la verdad es que su contenido no pudo ser más lógico y previsible.

 

Kyrie Irving no quiere jugar con LeBron James

¿En serio? ¿Me estás diciendo que Kyrie Irving no quiere que volver a compartir equipo con el jugador del que salió huyendo hace apenas un año? No me puedo creer lo que me estás diciendo, ¿cómo iba a sospechar que alguien que estaba dispuesto a jugar en un desierto geográfico y deportivo como Phoenix antes que aspirar a todo al lado del mejor jugador de este siglo iba a mosquearse ante la posibilidad de que este se una al que ahora es su equipo? Un shock.

Vayamos por partes: LeBron James no va a jugar el próximo octubre en los Boston Celtics. Sí, quizás es la mejor opción para él de poder batir tanto ahora como en el futuro a los Golden State Warriors, así como lo más cerca que van a estar los Orgullosos Verdes de optar a un anillo antes de que acabe esta década. Y sí, su llegada es tan fácil como hacer un sign and trade por un Gordon Hayward que no solo juega en la misma posición de james sino que lo hace con un estilo similar (pero peor) y por el mismo dinero al que aspiraría LeBron. Alguno pensará que ya hay que tener el corazón frío y el alma podrida para traspasar a un jugador que no hace aún ni un año eligió abandonar su casa para unirse a tus filas y que apenas a podido jugar más que cinco minutos a causa de una horrible lesión… pero estamos hablando de Danny Ainge, el hombre que traspasó a Isaiah Thomas un mes y medio después de que este arriesgase su carrera y salud (física y emocional) para que el equipo superase una simple ronda de Playoffs. Si LeBron James te dice que quiere sentarse en tu mesa en Navidad, tú le buscas una silla aunque en ella esté sentada tu padre.

Tú entiendes esto, yo entiendo esto y ¿sabes quién más lo hace? Kyrie Irving. Él mejor que nadie entiende que si un equipo tiene una opción de hacerse con LeBron, la va a coger. Lo que también sabe es que el año que viene es agente libre y eso nos lleva al siguiente punto.

 

Kyrie Irving no quiere firmar una extensión con los Boston Celtics

Solo por el punto anterior no tendría sentido que Kyrie Irving estuviese dispuesto a firmar una extensión con los Boston Celtics este verano. Ya ganó un anillo con LeBron James, con quien formó la mejor pareja deportiva en la historia del estado de Ohio hasta que llegó a un punto en el que no soportaba el día a día a su lado. Aunque viviéramos en un universo donde las condiciones económicas no importasen lo más mínimo, sería bastante estúpido por parte de Kyrie Irving decir que va a firmar una extensión con los Boston Celtics la misma semana que se está rumoreando que el alero tendría a esta franquicia entre sus opciones.

Pero es que sí que vivimos en un universo donde las condiciones económicas importan. 107 millones a cobrar a lo largo de cuatro temporadas es la mayor cantidad de dinero que conseguiría Kyrie Irving en caso de firmar una extensión de contrato este verano, unos ochenta millones de dólares menos de los que cobraría de renovar con los Boston Celtics el verano de 2019. Y eso es exactamente lo que dijo el jugador: «contractual y financieramente, simplemente no tiene sentido firmar una extensión ahora«. Ochenta millones es demasiado dinero al que renunciar cuando eres una súper estrella de la NBA, esta clase de extensiones suelen ser firmadas por jugadores de nivel medio/alto que salen de una muy buena temporada pero que no están seguros de tener el caché suficiente como para que su equipo le ofrezca un contrato máximo llegado el día. Esto no es un problema para Kyrie Irving, el jugador es plenamente consciente de que va a ser uno de los principales objetivos para todo equipo con dinero el próximo verano. La ventaja para Boston es que nadie va a poder pagarle más dinero que ellos; además, si todo va bien, pocas franquicias van a poder ofrecer un mejor entorno deportivo.

Si no pasa nada extraordinario lo lógico es que el base acabe renovando en Boston el año que viene: entorno competitivo, las mejores condiciones económicas, el cuarto mercado más grande de la NBA a nivel global (o a nivel planal en su caso) y la oportunidad de jugar para uno de los mejores entrenadores de la NBA. ¿Hay opciones de que el jugador se acabe marchando de los Boston Celtics el próximo verano? Claro, pero muy pequeñas, tantas como de que LeBron acabe de verde.

 

Lo que Kyrie Irving también dijo pero de lo que nadie está hablando

De todo lo que dijo el jugador durante la rueda de prensa en la que presentaba su primera película a los medios de Boston (que es de lo que iba el asunto), lo más interesante para todo aquel que quiera leer entre líneas es que habla continuamente con la gerencia sobre los planes de la franquicia tanto a corto como a largo plazo. Hasta en dos ocasiones remarca Kyrie que tiene una comunicación constante con el equipo sobre hacia dónde se encamina el proyecto. Quizás me equivoque, pero en los dos días que llevo elaborando este artículo no he sido capaz de encontrar una sola declaración de Isaiah Thomas, lo más parecido a un jugador franquicia que han tenido los Boston Celtics desde la salida de Paul Pierce y Kevin Garnett, en la que dijese algo parecido.

Hasta que Jayson Tatum diga lo contrario, los Boston Celtics son el equipo de Kyrie Irving y Danny Ainge sabe esto. El General Manager es quizás el principal valedor y mayor fan del juego del base dentro de la organización. Desde su llegada el pasado verano, siempre que ha hablado sobre el #11 de los Boston Celtics, lo ha hecho en términos que hacen referencia una década del mismo vestido de verde. Además, parece increíble que tras cuatro años de duro entrenamiento aún no hayamos aprendido que NADIE SABE NADA de lo que está pasando en Boston; es más, parece alucinante que tras veinte años denigrando el periodismo deportivo alguien dé valor a las palabras de Stephen A. Smith, el encargado tanto de soltar el rumor de LeBron James interesado en los Celtics como en apoyar a Skyp Bayless (seguramente la muestra más execrable del Infotainment televisivo y twittero) en sus sandeces sobre por qué Danny Ainge debe traspasar a un Irving que el año que viene quiere jugar en los New York Knicks.

En conclusión, estás en tu derecho de cabrearte con la rueda de prensa de Kyrie Irving si este no te cae bien – como repito que es mi caso, o de asustarte ante tanto rumor sobre su salida. Pero en caso de que estés en este último grupo, déjame darte dos píldoras que quizás relajen un poco tus nervios:

  • Kyrie Irving estaba en una rueda de prensa para promocionar su primera película cuando realizó unas declaraciones que, pese a no decir realmente nada interesante ni fuera de lo común, sí que fueron lo suficientemente ambiguas como para que todo el mundo NBA lleve una semana hablando de él. Si una pequeña parte de ti no sospecha que todo esto ha sido una muy cuidada estrategia de márketing: ¡enhorabuena!, eres un viajero del tiempo y acabas de llegar del siglo XIV – tranquilo que ya hemos acabado con la Peste Negra. Eso sí, permíteme recordarte que estamos hablando de la misma persona que defendió durante un All-star weekend que la tierra es plana.
  • El jugador parece genuinamente emocionado de jugar al lado de Gordon Hayward. Pese a que habló muy bien de todos sus compañeros, resaltando en especial el talento de Terry Rozier, Jaylen Brown y, sobre todo, Jayson Tatum, además del carácter de Marcus Smart, cuando le cambia la cara es al hablar de Gordon Hayward. En 2014 intentó reclutar al alero para los Cleveland Cavaliers antes de la vuelta del hijo pródigo, y la buena conexión entre ambos quedó patente el día que fueron presentados, pero es que un año después Kyrie Irving cambia el gesto no cuando habla sobre la siguiente temporada sino sobre jugar con Gordon en octubre.

El verano es largo y nadie sabe qué puede pasar pero no sobrerreaccionemos a unas declaraciones ambiguas en un contexto en el que lo que se busca es promoción. Si algún día vemos a LeBron James en un Chipotle ya saldremos a la calle a quemar cosas.