Kyrie Irving, jugador franquicia de los Boston Celtics, ha emprendido una cruzada contra su pasado a lo largo de esta semana. Durante los últimos dos años de su vida, todas las ruedas de prensa en las que ha estado presente el base han girado en torno a cuatro grandes cuestiones: su relación con LeBron James y por qué quiso alejarse de alguien que le garantiza estar cada mes de junio en el centro del mundo del deporte, si de verdad creía lo que dijo al soltar esa boutade sobre la forma del planeta Tierra, el estado de su rodilla lesionada en 2015 y, por último su futuro profesional.
Quedando zanjada la cuestión de su relación con LeBron James a lo largo de numerosas declaraciones y un muy interesante podcast con Bill Simmons, durante los últimos 10 días el jugador ha disputado dos partidos de pre-temporada donde ha quedado manifiestamente claro que su rodilla está al 100 %, pedido perdón por sus declaraciones durante el All-star de 2017 y declarado hace apenas unas horas que su intención no es otra que renovar con los Boston Celtics cuando acabe su contrato el próximo mes de junio.
Kyrie: “I plan on re-signing here next year.” pic.twitter.com/eR5J6rhYG4
— Marc D’Amico (@Marc_DAmico) 4 de octubre de 2018
Los Celtics esperaban la intención de renovar de Kyrie Irving pero algo pasó en septiembre
Según Adam Himelsbach, periodista del Boston Globe siempre bien informado sobre lo que pasa en el interior de la franquicia verde, Kyrie Irving ha estado hablando con los Boston Celtics durante los últimos días y les ha dejado clara su intención de comprometerse con ellos durante el próximo verano. Acorde a la misma fuente del Globe, el equipo tenía desde hace meses la sensación de que el jugador quería seguir pero no había habido ninguna conversación con él hasta esta semana. Fue el propio Irving el que solicitó una reunión en la que no solo expresó esta opinión a la franquicia (sorprendida tanto por el mensaje como por la franqueza con la que dijo querer aclarar «cómo se sentía con respecto al equipo y su futuro«) sino su intención de hacerla pública – dieron por supuesto que lo iba a hacer durante las entrevistas previas al acto y no micrófono en mano ante un pabellón repleto que estalló con el anuncio
Quizás lo más interesante de la historia contada por Himmelsbach es la sensación dentro de los Boston Celtics de que algo cambió en Kyrie Irving durante el mes de septiembre. El traslado desde las antiguas y ya desfasadas instalaciones de entrenamiento al puntero Auerbach Center, así como el nivel de los entrenamientos con un equipo completamente sano son las especulaciones más repetidas – pero que no dejan de ser eso: especulaciones. Realmente nadie sabe qué es lo que ha dispersado las posibles dudas que pudiese tener el jugador o lo que le ha impulsado a realizar esta declaración pública, pero ambas decisiones son celebradas por una franquicia que podrá afrontar su temporada con más aspiraciones de anillo desde 2010 con un nubarrón menos en el horizonte.
Hablemos de dinero… y de Terry Rozier
Más allá de unos rumores sobre los New York Knicks que deberían llevar al menos un año muertos y aquellas informaciones que hablaban del deseo de Kyrie Irving y Jimmy Butler de jugar juntos en el futuro, la auténtica razón que desató de nuevo esta ya extinta tormenta de rumores sobre el futuro de Kyrie fue una entrevista en la que declaró no estar interesado en extender su contrato este otoño. Firmando una renovación, Irving podría llegar a ganar 60 millones de dólares menos durante los próximos cinco años, cuando saliéndose de su contrato el próximo verano ($21,329,752 garantizados para la temporada 2019-20) podría optar a una retribución de unos 190 millones por los próximos cinco cursos.
Si Kyrie Irving acabase firmando el súper máximo, la flexibilidad económica antaño tan perseguida por Danny Ainge y Mike Zarren estaría más acabada que la carrera de Kevin Spacey. Los Boston Celtics tendrían en sus libros de cuentas tres contratos máximos, la elevada remuneración de Marcus Smart y a Jaylen Brown y Jayson Tatum llamando a la puerta en uno y dos años; respectivamente.
¿Saben quién acaba contrato el próximo verano y demostró hace dos meses ser un jugador capaz de dirigir un equipo en Playoffs? It´s scary.