Los Boston Celtics visitaban Atlanta para medirse con unos Hawks que llegaban de la mejor victoria de su temporada ante los Cleveland Cavaliers. Brad Stevens dispuso de Kyrie Irving, Jaylen Brown, Jayson Tatum, Al Horford y Aron Baynes mientras que los locales salieron con Dennis Schroeder, Kent Bazemore, Taureaun Prince, Mike Muscala y Dewayne Dedmon.

En el inicio del partido, ambos equipos estaban con un ritmo muy lento y las acciones no eran muy atractivas para el público. Sin embargo, los Celtics lograron establecer sensaciones positivas desde la creación de Al Horford (7 puntos, 4 rebotes, 3 asistencias) y el esfuerzo de Jaylen Brown, que cometió tres faltas en los primeros nueve minutos y se metió en problemas temprano en el partido. Con la entrada de la segunda unidad, Atlanta tomó el control del partido y Terry Rozier sumó al cierre del cuarto para dar ventaja de 26-25 a los Celtics.

En el segundo cuarto, las cosas siguieron parejas,con Boston y Atlanta intercambiando canastas a lo largo de los doce minutos, con los Celtics aprovechando del buen momento de Irving y los Hawks explotando el pick central constantemente. Lo más interesante fue el show de drible que puso Kyrie en el Philips Arena, sacándose de encima a todos los defensores que Atlanta le puso y anotando como tanto le luce, terminó con 16 puntos, 3 asistencias y 2 rebotes mientras los Celtics empataban en 52 al descanso.

Cuando las cosas se ponían feas en el último cuarto y Boston parecía quedarse sin respuestas ante las constantes formas de anotar que encontraba Atlanta. Sin embargo, luego de un tiempo muerto pedido por Stevens, Boston salió con una racha de 8-0 que los devolvió al juego, un gran movimiento de balón y Kyrie Irving muy participativo le dieron la ventaja por 82-75 ante los últimos doce minutos de juego.

A pesar de ponerse arriba por diez puntos temprano en el último cuarto, Boston bajó la intensidad y Atlanta, a base de Marco Belinelli y jugadores de reparto logró volver al juego y ponerse adelante con poco más de cinco minutos por jugar. Con el partido en juego y ambos equipos muy finos en el clutch, Kyrie Irving se volvió a cargar el equipo en sus hombros para cerrar el partido a favor de los Celtics, con un triple sobre la bocina y una flotadora desde el codo que inclinaron la balanza a su favor, a pesar de que los Hawks lo doblemarcaron para reducir su influencia en el juego.

De esta forma, Irving cerró el partido con su máxima de temporada de 35 puntos en apenas 22 lanzamientos al aro, 7 asistencias y 3 rebotes. La segunda voz para los Celtics fue el sorprendente Jayson Tatum, con 22 puntos y 8 rebotes, tomando tiros cuando nadie secundaba a Irving en el último cuarto. El resultado final fue de 110-107, sumando la novena consecutiva en el segundo partido del back-to-back y volviendo a Boston para medirse con Los Ángeles Lakers el miércoles 8 de noviembre.

 

Foto: Celtics.com