Hacerse un nombre en la NBA es ya de por sí un hito al alcance de muy pocos jugadores y/o entrenadores en los años de historia del campeonato. Conseguirlo con unas estadísticas tan discretas como 7.5 puntos por partido y 4.3 asistencias es, directamente, improbable. Bueno, pensándolo bien, quizás acumular 12 anillos de campeón de la NBA puedan ayudar a elevar la candidatura. KC Jones es una leyenda del baloncesto por pleno derecho.
El ex jugador y ex entrenador de los Boston Celtics nos ha dejado a los 88 años de edad (un mes después del fallecimiento de Tommy Heinsohn), y qué mejor homenaje que recordar una trayectoria al alcance de muy pocos. Lejos del estatus de leyenda y de las listas históricas, el currículum de K.C. Jones es impoluto. Ocho anillos como jugador, aunque el gran público le recordará por dirigir a esos Celtics de finales de los 80 donde sumó otros dos títulos. En su carrera en el baloncesto, Jones ha ganado en todos y cada uno de los registros posibles; es uno de los pocos que han logrado una triple corona (Campeonato NCAA, oro olímpico y título NBA), y siguió con ese éxito como técnico.
K.C. Jones nació un 25 de mayo de 1932 en Taylor, Texas, aunque su talento baloncestístico le llevó a la soleada California. Tras su carrera en el instituto, K.C. Jones obtuvo una beca para jugar para la Universidad de San Francisco en uno de los puntos más importantes de su carrera, ya que allí se juntaría por primera vez con no otro que Bill Russell. En ese momento comenzó una asociación legendaria. Juntos lograron la increíble marca de 56 victorias consecutivas en la NCAA, lo que les llevó a levantar el título en 1955 y 1956, aunque Jones no jugara en la fase final del campeonato debido al fin de su contrato universitario.
Jones y Russell se reunieron de nuevo en el equipo olímpico americano de 1956 en Melbourne; la elección de dos figuras claves en los últimos campeonatos NCAA era obvia. Russell capitaneó al combinado nacional hacia el oro, venciendo en la final a la Unión Soviética por una diferencia de más de 30 puntos. KC Jones y Bill Russell ya escribían páginas doradas en el baloncesto, pero todavía les aguardaba mucho más.
Ambos jugadores se presentaron al Draft de 1956, pero en posiciones muy diferentes. Russell fue elegido en la segunda posición por los St. Louis Hawks, aunque recaló Boston por medio de traspaso. Red Auerbach ya tenía al jugador que ansiaba, pero quería más, y en la segunda ronda escogió a Jones. El jugador no sería Celtic hasta dos años después, ya que se alistó en el ejército. Además, Jones también captó la atención de la NFL en sus años de instituto, por lo que Los Angeles Rams lo seleccionaron en las últimas posiciones del Draft. Solo jugó algunos partidos de pretemporada con los Rams en defensa, y tras una lesión, decidió dedicarse únicamente al baloncesto.
El comienzo del amor entre KC Jones y los Celtics
Jones no contaba mucho en sus primeros pasos con los Celtics, ya que el ‘backcourt’ estaba ocupado por el legendario Bob Cousy y Bill Sharman. En 1959, y con K.C. en el equipo, Boston logra su segundo título en la NBA, comenzando así una magnífica trayectoria de ocho campeonatos consecutivos. Cinco temporadas después, Cousy anunció su retirada, y llegó el momento de Jones para demostrar que podía ser titular. A esto ayudó la llegada de Sam Jones, que se complementaba perfectamente con K.C.. Uno gran defensor, el otro buen tirador y anotador. Empezaba otra etapa en el ‘backcourt’ de los Celtics, y KC Jones se hacía con el mando del equipo.
«Jugué para Red Auerbach. Veía lo que hacía y lo escuchaba. Cousy era el quarterback de nuestro equipo, y también lo observaba. Era un hombre de banquillo y odiaba serlo, pero mientras estaba allí observaba y aprendía. Cuando llegó mi momento de entrar en pista estaba en el cielo»
K.C. Jones se convirtió en el líder del equipo a base de defensa y asistencias. En su época de jugador tuvo que lidiar con figuras de la talla de Jerry West u Oscar Robertson, a los que desquiciaba. Tras varias temporadas de éxito y títulos, Jones decidió retirarse en 1967, justo el año en el que los Philadelphia 76ers acabaron con la hegemonía de los Celtics. Su dorsal, el 25, cuelga en el techo del Garden junto al de muchos de sus compañeros en esa etapa gloriosa.
Tras su retirada, KC Jones dio el paso lógico y comenzó a disfrutar de sus primeras aventuras como entrenador. Dirigió a la universidad de Brandeis tres temporadas, para más tarde marcharse a los Lakers como asistente de Bill Sharman en 1971. En su primer año en Los Angeles, ganaron el anillo; el noveno en la carrera de Jones. Su primera oportunidad como entrenador jefe en la antigua ABA llegó con los San Diego Conquistadors, y en 1973 llegó a la NBA con los Washington Bullets, a los que llevó a la final en 1975, aunque fueron derrotados por los Golden State Warriors.
Jones pasó seis nuevas temporadas como asistente, primero en los Milwaukee Bucks y más tarde en los Boston Celtics de Bill Fitch en 1978. Fue en esta etapa donde Jones se hizo con su décimo anillo en 1981, el primero del ‘Big Three’ de Bird, McHale y Parish ante los Houston Rockets. Fitch abandonó su cargo en 1983, y K.C. fue nombrado entrenador jefe del equipo.
Los Celtics se convirtieron en un equipo temible en la década de los 80, y en la campaña 83/84 consiguieron una marca en la temporada regular de 62-20, culminada con el título en el séptimo partido ante Los Angeles Lakers, en la rivalidad baloncestística más grande de la historia. Boston volvería a hacerse con el título en 1986, frente a los Houston Rockets dirigidos por Bill Fitch. El alumno vencía al maestro, y Jones volvía a la cima.
En 1987, Jones ocupó el cargo de vicepresidente de la franquicia, para más tarde marcharse a los Seattle Supersonics, primero como asistente y luego como entrenador jefe, y a Detroit Pistons y de nuevo a los Celtics como asistente en 1996. Además, en 1989 entró en el ‘Hall of Fame’, último paso que le restaba para una carrera de leyenda.
El balance de su trayectoria es majestuoso, 12 anillos (11 con los Celtics y 1 con los Lakers), dos títulos de la NCAA, y un oro olímpico, para completar la ‘Triple Corona’ que le acredita como uno de las figuras más exitosas de la historia del baloncesto. Sin duda, pese a no ser el mejor en el apartado estadístico, el número 25 de K.C. Jones es uno de los más importantes que ondea en el techo del Garden, y hablando de los Celtics eso es decir mucho.