El TD Garden se preparó para una batalla entre dos de los mejores entrenadores de la NBA. Los Boston Celtics salieron a la cancha con Kyrie Irving, Marcus Smart, Jayson Tatum, Al Horford y Aron Baynes ante la ausencia de Jaylen Brown (ojo) y Marcus Morris (rodilla) para enfrentar a los Dallas Mavericks de Rick Carlisle que iniciaron con Dennis Smith Jr, Wesley Matthews, Harrison Barnes, Maxi Kleber y Dirk Nowitzki.

Como toda la vida, el partido contra los Mavs fue más cerrado de lo que en el papel debería serlo. La primera mitad fue un martirio para los Celtics, que no encontraban el aro y la visita estaba en su salsa, con José Juan Barea activo desde la banca, Nowitzki letal en ataque y hasta Maxi Kleber aportando en el costado defensivo. Para Boston, los tiros no caían y a pesar de los 12 puntos de Irving junto a los 10 de Tatum, la ventaja al descanso era para los visitantes por 57-47.

Las cosas empezaron a cambiar en el tercer cuarto, cuando los Celtics, a partir del eje ofensivo que es Al Horford y sus 17 puntos, 8 rebotes y 7 asistencias, lograron cerrar la brecha a tres puntos de cara al último parcial. Al dominicano, se le sumó el novato con 17 puntos y 9 rebotes, dando fluidez al ataque y vías para anotar que en el primer tiempo parecían desaparecidas.

El cierre del partido fue otra vez dominado por los Boston Celtics, que ganaron el último cuarto por diez puntos a raíz de un intratable Kyrie Irving que anotó 23 puntos y fue el máximo anotador para los locales, con el gran partido de Tatum que aportó 17 puntos y 10 rebotes sumando un nuevo doble-doble en su campaña de novato. Además, los de Stevens dominaron el apartado rebotero por 53-45 y las asistencias por 25-19, factores que resultaron decisivos para una remontada exitosa luego de un lento despertar en la primera mitad, que mantienen a Boston arriba en la tabla de posiciones con la victoria 97-90 y el cierre de la serie de temporada contra los Dallas Mavericks.

 

 

Foto: Twitter @Celtics