Me siento algo repetitivo últimamente, pero no sé muy bien qué decir. Los Celtics, en otro partido que pintaba a desastre del año, y ya van unos cuantos, consiguieron remontar 32 puntos a unos Spurs que endosaron 77 en la primera parte.
De la mano de un Jayson Tatum que igualó a Larry Bird como máximo anotador histórico de los Celtics en un partido, con 60 puntos (que tenían que haber sido 61, pero los árbitros eran fans del pájaro), los de Brad Stevens, de alguna manera, le dieron la vuelta a un partido que, sinceramente, estaba poniendo el broche a una temporada nefasta.
No vamos a quedarnos mucho rato en esos dos primeros cuartos de cuyo nombre no quiero acordarme. Simplemente, decir que los Celtics salieron con esa apatía que ya es habitual, sin defender absolutamente nada, y con solo Tatum acertado en ataque.
Entiendo que es momento de celebrar la victoria, pero tras tanta palabrería sobre la actitud, y lo que tenía que cambiar, ha sido muy, pero que muy decepcionante ver lo que hicieron en esa primera mitad. No aprenden. Y lo que hoy terminó en remontada histórica, podría haber sido perfectamente una paliza para el recuerdo. O una de las muchas remontadas que mueren justo antes de llegar a la orilla.
Si los jugadores no entienden que tienen que salir con urgencia desde el principio, la postemporada va a quedarse más corta que un triple de Smart.
Pero, y por suerte, algo cambió en el descanso. Los Celtics salieron con la actitud que hacía falta desde el inicio, y poco a poco, con energía, aprovechando el trance de Tatum y el buen momento de jugadores como Nesmith, fueron rebajando la desventaja.
El partido del rookie vuelve a dejarnos con la boca abierta. Está siendo capaz de trasladar toda esa intensidad al juego, sin pasarse de vueltas. Consiguió mantener vivo al equipo con varios rebotes ofensivos muy claves, acierto en el triple y una excelente defensa. Le ha quitado el puesto merecidamente a Romeo Langford, y tenerle en este estado de forma a estas alturas, es una sorpresa que nadie se podía imaginar.
Describir la exhibición de Jayson Tatum es complicado con palabras. Voy a quedarme con una segunda parte, incluida prórroga, en la que anota 34 puntos en 23 minutos. San Antonio, en ese tiempo, anotó 47. 21 puntos fueron en el último cuarto, y 10 en el tiempo extra. Una auténtica locura.
Se jugaron tres partidos ayer en el TD Garden. En el primero los Spurs ganaron de 32, en el segundo los Celtics remontaron esos 32, y los minutos finales fueron el partido de verdad. Todo llegó muy apretado, no podía ser de otra forma, hasta el triple de Jaylen Brown desde la esquina que rompe el encuentro.
Brown estaba haciendo un partido muy malo, sin poder anotar y cometiendo pérdidas muy tontas y torpes. Que una canasta suya diese la victoria a los Celtics, es la guinda en el pastel de una victoria igual de rara que la temporada. Sigo sin entender nada.