No se puede negar, Jaylen Brown llamó la atención incluso antes de llegar a la NBA. Su historia de vida vinculada a la competencia deportiva y a la curiosidad académica y social, funcionó como repelús para varias franquicias. Ainge no dudó y en medio de silbidos apostó por el de Marietta , que año a año le entrega mejora sostenida y un camino inevitable a la cima de la liga.

Jaylen Brown y el trabajo como amigo

 

Su arribo a los Celtics estuvo plagado de polémica. Top tres de su camada durante mucho tiempo, había caído en los días previos al Draft casi fuera del top ten. Su año en Berkeley en un equipo que no iba bien con sus cualidades lo hizo caer en la consideración de varios General Manager, que incluso dudaban de su ética de trabajo y desconfiaban de sus intereses extra deportivos.

 

 

Cuando uno ve su scouting report puede ir borrando paso a paso todas las cosas que se le marcaban como debilidades o que debía mejorar: drible, tiro, lectura, feel… año a año Jaylen Brown fue mejorando en cada uno de esos aspectos, como si estuviese tachando la lista de deseos.

Solo en el punto final del excelente reporte de Mike Schmitz, está el siguiente paso que debe recorrer, las distracciones defensivas en colectivo y la desconexión de su marcador cuando está defendiendo sin pelota.

Si tomamos en cuenta que con todos los apartados anteriores el jugador mostró una mejora sustancial, podemos estar seguros de que logrará erradicar su último punto flaco para convertirse en un jugador All NBA.

Jaylen Brown y sus decisiones con pelota

 

En su primer año en la liga, el ex California Golden Bears, cumplió con un rol de defensa y tiro desde las esquinas. En su segundo, mejoró el tiro de media y larga distancia y su impacto anotador, pasando de los 6.6 pts a los 14.5. Con la tercer temporada, llegó la madurez, atravesó una lesión en la mano y fue el único que dio la cara en un equipo falto de química y con falta de oportunidades. El año pasado su drible, uno de los talones de Aquiles y los tiros libres, pasaron a ser un tema de discusión del pasado y este año, ha sumado poder organizativo y visión desde generador con pelota.

Si había dudas del compromiso profesional, o que algo podría distraerlo de su trabajo fuera de temporada, ha quedado en el olvido. Jaylen Brown es un profesional de primera línea, pocos se atrevían a pronosticar esta curva exponencial de crecimiento en su juego.

Los porcentajes de campo y la eficiencia se están volviendo una marca registrada. Al día de hoy, el #7 es uno de los goleadores del torneo (junto a su compañero Jayson Tatum) con números escalofriantes: 53% de campo, 42% en triples, 26 pts de promedio con: 3.5 asistencias (máxima en su carrera) y 1.8 robos y 6.3 rebotes por juego.

 

 

Más allá de esto, vamos a meternos de lleno en la última faceta de juego que mejoró de manera notoria: su visión de campo y capacidad de generar para otros como ballhandler (tanto en pick and roll como en lectura de ventajas).

Esta temporada con la ausencia de Kemba Walker por lesión, tanto Jayson Tatum, como Jaylen Brown son los encargados de iniciar la mayoría de las ofensivas. El primero se está encargando mayormente en estacionado, mientras que el segundo lo está haciendo en jugadas secundarias o de ofensiva temprana.

El de Marietta necesitaba mejorar su drible para poder empezar a crear juego para él y sus compañeros. La temporada pasada vimos como esto fue corregido de manera notoria, y ahora está aprovechando esta cualidad para tomar decisiones en el pick and roll desde el lugar de portabalón.

Su entendimiento de juego y la lectura del posicionamiento de sus compañeros destacan si tomamos en cuenta que nunca había abrazado este rol.

Jaylen Brown está demostrando que está dentro de sus posibilidades manejar los tiempos del pick, tener paciencia para que se desarrolle la jugada y tomar la decisión correcta a la hora de pasar o ser él quien ataque el aro desde el drible o con tiro de media distancia.

Esto es tan así, que lo vimos incluso ocupando un lugar en el centro de la defensa cuando el equipo rival se planta en zona. Stevens confía en que el jugador pueda leer si es conveniente atacar por cuenta propia o asistir a algún compañero en zona de tres puntos o cortes de línea de fondo.

 

 

Su capacidad atlética de elite está siendo bien aprovechada a la hora de sellar a su defensor por la espalda en el pick and roll y sobre todo, cambiar de tiempos para dejar que la jugada se desarrolle. Esto es una muestra de madurez muy grande en un jugador que flaqueaba a la hora de tomar decisiones o entender que pasaba en la jugada.

El read and react se vale de ese entendimiento, si no pregúntenle a los Golden State Warriors cuando es Wiggins el que tiene que comprender que tiene delante de sus narices.

Esta nueva faceta en el juego de Jaylen Brown es un cheque en blanco para dar un salto exponencial al juego ofensivo de los celtics a la hora del regreso de Kemba Walker, quien puede ocupar una posición sin pelota para convertirse en amenaza concreta al desequilibrio del 7.

La temporada pasada hemos presenciado el primer paso de comprensión cuando comenzó a leer el colapso defensivo que creaba para alimentar a los tiradores (véase la última jugada que termina en triple de Prichard).

El siguiente escalón evolutivo pasa por implicar a Jayson Tatum en los picks, pero para ello, se necesita de una tercera espada que genere temor desde el perímetro. La vuelta de Kemba Walker tendría que ser la pieza que falta para lograr este tipo de jugadas, que si se logran concretar, serán un verdadero dolor de cabeza para los rivales.

Jaylen Brown sigue mejorando, es una garantía de evolución y uno de los pilares de estos Boston Celtics. Si tomamos en cuenta su derrotero profesional, podemos estar seguros que en un futuro puede llegar a destacar incluso hasta de power forward.