Cuando gran parte de tu plantilla pasa el tiempo en la enfermería, el tema principal de las noticias que rodean a la franquicia pasa a ser siempre el mismo: la recuperación. Mientras Brad Stevens sufría lo indecible para recomponer una rotación progresivamente más corta, muchos pensaban ya en el futuro ante la dificultad del camino que afrontaban los Celtics. En el banquillo de Boston se convirtió en tradición ver más jugadores en traje que vestidos de corto. La inminente llegada de los Playoffs se cernía sobre los verdes, y parecía que la única esperanza pasaba por una rebuscada vuelta de Gordon Hayward. Efectivamente, esa posibilidad era mera palabrería.

El milagroso retorno del alero nunca llegó a materializarse, mientras que sus jóvenes compañeros cerraban las bocas de media liga quedándose a una victoria de todas unas Finales de la NBA. Casi nada. Ante la explosión de los Tatum, Brown, Rozier y compañía, ya nadie parecía acordarse de las súplicas al cielo para que el ex de los Jazz superase una terrible lesión en un tiempo récord. Hayward hizo todo lo posible para acortar plazos, pero por lo que supimos más tarde no llegó ni siquiera a estar cerca de enfundarse la elástica de los verdes en postemporada.

El ex de la Universidad de Butler tuvo que pasar por quirófano una vez más ante las insistentes molestias en su maltrecho tobillo. La operación consistió en eliminar la placa y los tornillos implantados en dicha parte tras la primera intervención horas después de su desgarradora lesión. Hasta aquí, todos conocíamos esta realidad, pero nos faltaba conocer la perspectiva del jugador. En un post en su propia web, Gordon Hayward ha relatado todo lo relacionado con esta «recaída», a la par que ha comentado sus perspectivas para este verano y el comienzo de la próxima campaña.

Las molestias de Hayward

 

Pese a que el proceso de recuperación iba por la senda correcta y el alero completaba cada vez más ejercicios, algo no andaba bien. Hayward estaba progresando, no obstante, los dolores en la parte exterior de su tobillo no remitieron por completo. La incertidumbre, según el jugador, se trasladó incluso a los equipos médicos que lo habían tratado durante este proceso; tanto en Boston como en Indianapolis. El problema se reducía a dos opciones que revestían una gravedad bastante dispar entre ellas.

La primera de las posibilidades era la más esperanzadora de todas. El largo periodo de inactividad y la falta de ejercicio comparado al devenir normal de un atleta de élite podría haber dejado los músculos de la pierna algo atrofiados. La solución era fácil: seguir con la rehabilitación y fortalecer la zona afectada para recobrar el estado físico previo a la lesión. Desgraciadamente y tras una serie de pruebas, esta opción quedó descartada y el diagnóstico estaba claro.

El cuerpo, o más concretamente la pierna de Hayward estaban rechazando las piezas introducidas en la primera operación (placas y clavos), y esto le estaba provocando una incomodidad con la que le era imposible continuar con su rehabilitación. La reacción física del ex de los Jazz fue algo atípica, ya que en este tipo de intervenciones las piezas no requieren de su extracción; el caso de Hayward vino de nalgas desde el minuto 5 de la temporada.

El nuevo paso por el quirófano fue todo un éxito y, según el alero de los Celtics, precisará entre uno y dos meses para volver al punto en el que se encontraba antes de que las molestias florecieran. Y eso ya es mucho decir. Aunque todavía no había entrado en la dinámica completa del equipo y ni siquiera había podido participar en partidos 5 vs. 5 a cancha completa, parece que el ex de los Jazz ya se había probado en algún uno contra uno frente a Brandon Rush. Poco a poco, pero sin pausa.

 

Mirando al futuro

 

Gordon Hayward no solo ha hablado de la lesión y su proceso de recuperación. Boston no es un destino idílico para las vacaciones de verano, pero las exigencias del guión obligan a la familia a permanecer en Massachusetts. Los cumpleaños de sus dos hijas y la posibilidad de entrenar en el nuevo Auerbach Center serán sus principales preocupaciones, aunque también ha reconocido que le gustaría conocer algunos rincones de la ciudad que todavía no ha tenido oportunidad de conocer.

Siguiendo el camino de su generosidad en cancha, Hayward no se ha querido olvidar del gran trabajo de sus compañeros en el post. El ex de Butler ha elogiado los grandes resultados cosechados por la joven plantilla y además ha aprovechado para mandar un guiño a su nueva parroquia por su inquebrantable apoyo durante los Playoffs y especialmente las Finales de Conferencia.

Por si fuera poco, el alero ha querido ponernos los dientes largos ante el futuro por el que nos relamemos a diario. Aparte de unas ganas locas por volver a la cancha, la evolución de los jugadores jóvenes y el retorno de Kyrie Irving harán de los Celtics un arma muy difícil de neutralizar. Como dice Hayward, el esquema se convertirá en un «elige tu veneno» para las defensas rivales. Por favor, Gordon, no nos hagas más difícil la espera.

 

Fuente: Gordon Hayward.