Finalmente, luego de muchas idas y vueltas, confirmaciones y desmentidas, especulaciones y demás, Gordon Hayward se convierte en jugador de los Boston Celtics con un acuerdo de cuatro años y 128 millones de dólares.

 

El cuatro de Julio será recordado como un día completamente invadido por el torbellino mediático de la era moderna, en el que la información vuela más rápido de lo que lo debería, y complica las cosas hasta puntos insospechados.

Gordon Hayward, según dichos de Adrian Wojnarowski, había descartado la oferta de Miami Heat bien entrada la noche del tres de julio, y tomado la decisión de unirse a los Boston Celtics en el transcurso del cuatro.

Discurría la tarde y las noticias en Twitter parecían ir decantando todo para que saliese a la luz, y no podría ser otro el medio que fuese a dar la noticia, The Players Tribune. Pero el caos comenzó cuando un tweet de Chris Haynes (ESPN) salió a la palestra afirmando:

La confirmación por parte de periodistas de la misma cadena como Zach Lowe, y de varios medios de renombre, daban por hecha la transacción, hasta que de otro sector de la misma ESPN se desmentía lo anteriormente dicho.

 

Lo que ocurrió en las siguientes horas fue un ir y venir de desmentidas y teorías de complot sobre lo que había ocurrido, en un sinsentido total que, para colmo, se juntó con el silencio del jugador, añadiendo mayor incertidumbre a todos los involucrados en la situación.


Cuando todo parecía indicar que se resolvería al día siguiente, The Players Tribune publicaba la decisión del jugador de abandonar Salt Lake City por Boston.

Un emocional Gordon Hayward agradecía a Utah Jazz por todo el trabajo volcado en él, pidiendo además disculpas por la situación vivida a lo largo del día (claramente es algo que el jugador quería evitar).

Las razones expuestas por el oriundo de Indiana para tomar la decisión de migrar estaban basadas en la posibilidad de unirse a un equipo con pretensiones en el presente y en el futuro.

Mucho se habló durante el transcurso de estos días de la capacidad analítica de Gordon Hayward para ponderar la situación, no solo del contexto global, si no del propio devenir en los próximos años tanto de él como de su familia.

 

La sorpresa fue a medias, porque la razón más trillada para cruzar el país hacia Massachusetts durante este tiempo había sido su relación con su antiguo entrenador (Brad Stevens). Muchos negaron que fuera determinante para la decisión final, pero por las palabras del mismo jugador, subestimamos la importancia del mismo.

Gordon Hayward remite su argumentación al otro momento en que estuvo ante una encrucijada como esta, después de perder la final del básquet universitario frente a Duke, y con la posibilidad de unirse a la NBA o volver a Butler en busca de revancha.

«Y ese trabajo pendiente que teníamos juntos, de vuelta en 2010, cuando dejé Butler por la NBA… en lo que me concierne, después de todos estos años, lo seguimos teniendo:

Tenemos que ganar un campeonato«.

Brad Stevens, entrenador, reclutador y primer maestro artesano de esta pieza hecha All Star, fue quien aconsejó al jugador para que tomara la decisión correcta. Algo que podría ser hasta trivial para algunos, no lo fue para Gordon Hayward que tomó la actitud de su entrenador como un gesto de confianza y gratitud.

Esa cualidad altruista que caracteriza a Brad Stevens, esa actitud de “las relaciones personales son las cosas más ricas de esta profesión”, son las que después de muchos años estuvieron latentes en la mente del jugador para tomar el camino que finalmente tomó.

Esa capacidad de amor completamente despojada de egoísmo se fortalece con el tiempo y perdura por siempre. Como bien marcaron los amigos de Herederos de PierceAfter all this time? … Always”.

 

 

 

Fuente: The Players Tribune