Ni siquiera ha finalizado esta temporada (si para los Celtics), pero en Boston ya ha habido ruido y movimientos de cara a lo que será la temporada 21/22 de la NBA.
Brad Stevens se ha movido de manera (a mi criterio) asertiva, atendiendo dos de las principales necesidades del equipo. La confirmación de Ime Udoka como el próximo head coach y el (necesario) traspaso del contrato de Kemba Walker a Oklahoma. Esto último, decantará en un efecto dominó que seguramente tendrá implicancias tanto a corto como a largo plazo para los Celtics.
En esta ocasión, me propondré a armar una hoja de ruta de dos partes (no necesariamente cronológica) sobre los puntos que tendrá que tener en cuenta tanto Brad Stevens como Mike Zarren a la hora de confabular la plantilla para la próxima temporada (sin dejar de lado el futuro cercano). No será simplemente un armado de equipo con contratos, ya que hay otros factores indispensables a tener en cuenta.
En esta primer parte me centraré en (lo que yo creo) son dos movimientos fundamentales para saber qué camino tomarán los Celtics de cara al futuro. De manera que se desenvuelvan en estos temas, nos darán cierta información sobre qué idea tiene en la cabeza la dirigencia del equipo de Massachusetts. Comenzaremos con un viejo conocido de la casa:
Los Celtics y el eterno impuesto al lujo
Muchas veces hemos debatido sobre el bendito impuesto al lujo, y las implicancias que este tiene en los armados de los diferentes equipos en la NBA. No volveré a detallar todo, pero si haré hincapié en lo más importante: es fundamental no pagar lujo al menos una vez en las próximas tres temporadas. El motivo es sencillo, se debe evitar el cargo extra de repeat tax team para que los impuestos no sean tan duros. De esta manera, los dueños de los Celtics podrán destinar ese dinero extra cuando sea necesario y no antes de tiempo.
Me voy a quedar con esto último ya que puede surgir la pregunta: ¿por qué no es necesario pagar lujo esta temporada?
La respuesta a esto surge de los actuales contratos de los Celtics, y sus respectivos vencimientos. Mientras que los Jays están dentro de sus renovaciones (con Tatum usando el 21,8% del total de los salarios y Brown el 20,8%) también lo está el de Smart. El contrato de este último, junto con el de Robert Williams, finaliza luego de la próxima temporada (después analizaremos tema extensiones) por lo que su valor contable para el cap está muy por debajo (Smart cobrando 14.3 millones y TimeLord 3.6)
En un futuro (en caso de que ambos sigan con el equipo) tendrán salarios mayores, por lo que se hace más fácil bajar del impuesto al lujo durante la temporada venidera, ya que su impacto salarial es mucho menor, permitiéndole a Stevens un margen de maniobra mayor.
La importancia de la renovación de Fournier
Un punto fundamental es el monto por el cual se intentará retener a Evan Fournier. El francés demostró por momentos ser muy importante en el juego colectivo del equipo, y es una pieza que puede ayudar mucho a las aspiraciones de los Celtics. El trade de Kemba por Horford fue principalmente por esto. La diferencia entre el contrato de ambos para la 21/22 es de 9,1 millones que seguramente se destinen para ampliar la cantidad de dinero que se ofrezca al ex Orlando.
Este movimiento puede decantar en un efecto dominó. A corto plazo, vas a tener que desprenderte de TT. A largo plazo, la flexibilidad que conseguís con el contrato de Horford vs el de Kemba, te va a facilitar jugar en futuras agencias libres.
— Jonatan Perez (@AJonatanPerez) June 18, 2021
Lo que hay que tener en cuenta es el tipo de contrato que se le ofrece. Por un lado es importante saber qué valor estimado tiene (algo ya de por sí muy difícil de realizar) pero a la vez, su duración. Y es que es fundamental tener un ojo puesto en la agencia libre del 23/24.
Agentes libres de la talla de Kevin Durant, Nicola Jokic, Joel Embiid, James Harden, Bradley Beal, Lebron James, Jimmy Butler, entre otros, estarán en las miras de todos los equipos. Es por este motivo que buscar una renovación a corto plazo quizás sea una buena opción. El problema de este tipo de contratos cortos, es que por lo general al jugador se lo debe sobre pagar, para compensar la falta de años con dinero extra. Eso termina conspirando en contra del punto anterior en donde mencionaba la importancia de no pagar el impuesto al lujo esta temporada.
Sumado a que un par de equipos (los Knicks por ejemplo) cuentan con espacio salarial para la próxima temporada, y pueden representar un riesgo a la hora de ofrecerle a Fournier un monto mayor al que los Celtics estén dispuestos a darle. Es una situación difícil de afrontar para la gerencia del equipo.
Un contrato en torno a los 15/17 millones sería ideal desde el punto de vista dirigencial, pero sobre todo lo más importante es saber por cuantos años. Esto último va a dictaminar el camino que se va a elegir en Boston. Un compromiso de 2+1 (con opción de equipo) sería un escenario de ensueño para los Orgullosos Verdes. A pesar de ser un jugador complementario, el tipo de contrato que reciba el francés, será uno de los puntos de partida para saber de qué manera se moverá el equipo en los próximos años. Habrá que tener un ojo puesto en el 2 de Agosto, ese día los equipos pueden comenzar a negociar con los agentes libres.
Cada número y cantidad de años que se separen de estos valores que pongo arriba, serán en detrimento del equipo y habrá que ver cuán lejos están dispuesto a llegar tanto Stevens como los dueños, sabiendo que si se lo deja ir, no hay forma de incorporar a un jugador de esas características por el poco espacio salarial con el que cuentan los Celtics.
Dos extensiones bien diferentes
Por orden de importancia, la segunda tarea que Stevens y cía. deberán atender, serán dos potenciales extensiones contractuales, bien diferentes y con variantes entre sí. Estoy hablando de Marcus Smart y Robert Williams. Ambos son jugadores importantes para los Celtics, pero sus respectivos presentes hacen que las negociaciones por ellos sean bien diferentes.
Marcus Smart y su valor de mercado
Cuando se habla del base, siempre surge la duda en cuanto a la valía que tiene. No para el equipo (en donde sus habilidades y aporten son más que probados) sino para el resto de la liga. Actualmente estaría entrando en el último año de su contracto (en aquel momento firmó una extensión de 4×52, que terminó siendo un poco por debajo de lo que su entorno esperaba) por lo que se presume que quizás persiga un salario un poco más alto (14.3 millones para esta temporada). En caso de no llegar a buen puerto, será agente libre sin restricciones la próxima campaña.
Cuando se confirmó la contratación de Ime Udoka, se supo que Smart fue uno de los jugadores que dio el visto bueno, por lo que se prevé que los planes de la gerencia es que siga en futuro en Massachusetts. Es el jugador que más tiempo lleva en el equipo, y (como nos gusta proclamar) el corazón y alma de los Celtics. Su valor contractual es muy difícil de dictaminar porque estos puntos positivos son muy representativos para la franquicia, pero difícil de estimar si se pueden traspolar a otro equipo.
Si el plan es que el #36 se quede a largo plazo, lo ideal es que se lo tenga firmado con un contrato prolongado, que llegue pasada la temporada 25/26 (por lo que se debería firmar por 4 años a partir de la campaña 22/23) de esa manera, ayudará al equipo en el manejo del futuro cap. Simplificando las cosas: si se quiere que Smart se quede, que firme su futura extensión por muchos años, y que lo haga después que finalice su actual contrato.
¿Seguirá Robert Willimas en los Celtics?
El pívot de los Celtics viene de hacer su mejor temporada como profesional. Tan bueno fue su rendimiento que Stevens se vio obligado a usar alineaciones con dos internos para que Timelord tuviese minutos de juego constantes. Eso se reflejó en aumentos de puntos, rebotes, asistencias y tapones (todos máximos de carrera)
El problema para él siempre ha sido la salud. En sus tres años con el equipo, nunca ha podido jugar más de 55 partidos (playoff incluidos) en una temporada. Esto es crucial a la hora de plantear una posible extensión de contrato. Es cierto que tiene muchas de las herramientas que se buscan en un interno moderno, pero si su salud será un impedimento a largo plazo, su valor quizás sea menor.
Similar al caso de Smart, es difícil encontrar un salario acorde teniendo en cuenta que los factores talento/salud conspiran entre sí. Y sumado a esto, la dirigencia no ha dado señales que el ex Texas AM será el interno del futuro. Por todo esto, quizás los caminos no se encuentren tan fácilmente y no se llegue a buen puerto.
De ser así, el bueno de Roberto tendrá una temporada más garantizada para luego ser agente libre (con una oferta calificada de 5.4 millones de dólares)
Aquí finalizamos la primera parte de este análisis, en un par de días saldrá la segunda en donde vamos a empezar a darle más forma al potencial roster que puede terminar vistiendo la camiseta verde y blanca para la próxima temporada
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