Agencia libre. Ese hermoso periodo del año en la que los rumores se disparan hasta el cielo y los aficionados ven como sus sueños tienen una vida más corta que la de una abeja. Para los Boston Celtics solía ser una época más, sin muchos sobresaltos porque la forma de construir equipos de campeonato era vía traspaso y poco más. Sin embargo, con el gran trabajo de la Gerencia en la etapa Post-Big Three, las cosas han cambiado.

Luego del drama que trajo consigo Kevin Durant el año pasado, con la visita a los Hamptons y fichando a Al Horford la noche anterior a la facilista polémica decisión del alero, nos ubicamos en una nueva situación en la que eventualmente, varios agentes libres importantes estarían interesados en unirse al equipo dirigido por Brad Stevens.

Y si hay uno de esos jugadores que llama la atención en este verano, es Gordon Hayward, que termina su contrato con los Utah Jazz y está por firmar el contrato más importante de su carrera. A pesar de que los aficionados verdes llevamos más de un año fantaseando con su llegada a Massachusetts, ¿Qué tan posible es que Hayward llegue a los Celtics?

Factor clave: el dinero:

En primer lugar, vamos a uno de los factores que –nos guste o no- son decisivos en estos casos: el dinero. Para los Celtics, fue una gran noticia que Hayward no estuviera seleccionado en ninguno de los tres mejores equipos de la temporada por la NBA, ya que reduce significativamente la cantidad de dinero que podían pagarle los Jazz a diferencia de los otros equipos y entonces, esto se reduce a una decisión deportiva.

Gordon Hayward en los Celtics

Diferencia económica entre firmar en Utah o firmar en cualquier otro equipo.

Con dos millones de diferencia en los próximos cinco años, teniendo en cuenta que salga de su contrato en el 2020 para firmar uno más grande como supone Kevin O´Connor en su artículo para The Ringer, el alero no estaría resignando mucho dinero si decide dejar Utah este verano, lo cual hace un poco más factible su salida.

Ahora bien, en el ámbito deportivo es dónde considero que se encuentra el dilema verdadero para Hayward. Todos sabemos lo bien que Danny Ainge y Brad Stevens han manejado la reconstrucción en Boston, dejando una gran imagen al resto de la Liga y evolucionando año tras año hasta contar con el primer pick del draft y ser el primer plantado de la Conferencia del Este el mismo año.

¿Con qué cuenta en Utah?

Gordon Hayward Agencia Libre

Este año fue la confirmación de que Utah ha hecho lo propio en el oeste, con jugadores subvalorados como George Hill, Boris Diaw, Joe Ingles y demás, quedaron quintos en una complicada conferencia con el mismo récord que Los Ángeles Clippers. Quin Snyder se ganó el respeto de la NBA con un equipo que mueve la pelota y defiende duro sin problemas, estando entre los olvidados de la tripleta para el Premio al Entrenador del Año, entre otros, con Brad Stevens.

En la postemporada, los Jazz demostraron mucha tenacidad derrotando a los Clippers en siete juegos con múltiples victorias en el Staples Center y claro, un Hayward fenomenal a lo largo de toda la serie. Pero como a todos los equipos en el 2017, llegaron los Warriors con una escoba y les pasaron por encima sin despeinarse.

Gordon promedió esta temporada 21,9 puntos, 5,4 rebotes y 3,5 asistencias por juego en los 73 partidos disputados en la fase regular. En la postemporada, elevó sus números a los 24,1 puntos, 6,1 rebotes y 3,4 asistencias en los 11 encuentros que jugaron unos Jazz que dependen en gran parte del  jugador nacido en Indianápolis.

Seguramente, contando con una base joven, Utah pueda seguir creciendo temporada tras temporada pero la pregunta es hasta dónde y en qué punto pueden llegar a competir con la bestia de cuatro cabezas que juega en la Bahía. Por tanto, en el camino han aparecido varios contendores para hacerse con los servicios del #20 y todo parece indicar que la decisión se debatirá entre los Jazz, los Celtics y los Heat.

Factor Stevens:

Hayward y Stevens en los Celtics

Ahora bien, el Factor X que podría inclinar la balanza a favor de los Orgullosos Verdes es su largamente conocida historia con Brad Stevens quién no solamente lo entrenó en Butler, sino que fue el primero en ofrecerle una beca por baloncesto y se empeñó en que escogiera este deporte por sobre el tenis, en el que también tenía muy buenos resultados y lo jugaba en compañía de su hermana, Heather.

Midiendo 1,80 cm en su primer año de universitario, Hayward no veía muy realista la opción de jugar en el alto nivel del baloncesto y fue Brad Stevens el que insistió y logró llevarlo a Butler, donde los entrenamientos a las 6:30 am le permitirían al jugador enfocarse también en su carrera de Ingeniería en Computación.

Así mismo, su falta de centímetros en su temprana edad permitió que su padre Gordon Scott Hayward lo formara como un eventual base y desarrollara la visión de juego, toma de decisiones y fundamentos que hoy lo hacen uno de los mejores aleros de la NBA. Algo que alabó Brad Stevens en su momento asegurando que:

 “Era un chico que podía saltar y clavarla después de un movimiento para cambiar de dirección, desde cualquiera de los dos pies por igual, y eso es inusual», dijo Stevens.» Y siempre hizo el juego de baloncesto adecuado. Su toma de decisiones no se vio afectada por la situación”.

Los que lo conocen, aseguran que la relación entre Hayward y Stevens siempre fue muy especial porque fue el entrenador quien siempre confió en él y en que iba a llegar a la máxima escena del baloncesto mundial. Incluso, luego de haberse comprometido con Butler, el jugador recibió múltiples ofertas de grandes universidades como la mítica Indiana, pero el rechazó cualquier acercamiento y dice no arrepentirse de ello.

En cuanto al baloncesto se refiere, el ajuste de Hayward se asemeja mucho al de Horford: no necesita ninguna adaptación. Su capacidad de hacer la jugada correcta siempre en el sistema de read and react de Stevens, versatilidad para jugar en múltiples posiciones y no acaparar tanto balón en uno de los equipos que más mueve el útil en la liga lo hacen un complemento perfecto para los de verde. Gordon entiende el juego y eso es exactamente lo que necesitan los Celtics para seguir avanzando en su rápida reconstrucción.

En la última visita de los Jazz a Boston, los aficionados le demostraron mucho cariño y deseo de que se uniera a la franquicia más veces campeona de la NBA y los rumores se han incrementado cada día más, con Isaiah Thomas y Al Horford siguiéndolo en las redes sociales o su esposa Robyn publicando una foto de su hija con una camisa con un trébol verde.

Todas especulaciones que en julio tendrán final cuando el jugador escoja, para mí, entre seguir en Utah o reunirse de nuevo con Brad para buscar ganar campeonatos en el lugar más indicado para ello.

 

Fuentes: Foto Nil Alemany, Sports Illustrated