Luego de la bestialidad de Kyrie Irving el pasado martes navideño contra los Philadelphia 76ers que terminó en agónica victoria en el Garden, los Boston Celtics volvieron a salir a la carretera para medirse, en esta ocasión, con los Houston Rockets de James Harden que, luego de estar un poco apagado para sus agresivos estándares anotadores, terminó encajando otra noche de ensueño con 45 puntos y 6 asistencias para dominar a los Celtics por 127-113.

Luego de tener un buen segundo cuarto y con un Kyrie Irving en su salsa, Boston tuvo la chance de ir por el partido en la segunda mitad, pero inexplicablemente cuando el barbado de los locales tomaba descanso, los Celtics dejaron pasar la chance y a partir de ahí, todo fueron intentos sin resultado de volver al partido que ya estaba bajo control de los Rockets. Harden regresó del banquillo con la chispa prendida y se encargó de acabar con las aspiraciones de los de Stevens, que sigue sin encontrarle la vuelta al funcionamiento de la segunda unidad.

Kyrie Irving anotó 23 puntos, con 11 asistencias y 5 rebotes, siendo el guía de los Celtics otra vez. Desde la banca llegó el apoyo de un Jaylen Brown que empieza a ser el jugador que puede llegar a ser, estuvo mucho más enfocado al aro con 18 puntos y 5 rebotes. La mala noche fue para Jayson Tatum y Gordon Hayward, que se combinaron para anotar apenas 13 puntos en un partido muy por debajo de lo que ambos pueden – y deben – dar. El próximo partido de los Boston Celtics será el sábado, cuando sigan en de gira por la Conferencia Oeste, esta vez visitando a los Memphis Grizzlies de Marc Gasol y Mike Conley.

 

Foto: Celtics.com