Las expectativas elevadas que quedaron luego de uno de los veranos más movidos que se recuerden en la historia reciente de los Boston Celtics llegaban a su punto más alto cuando los Orgullos Verdes daban inicio a la temporada regular contra los Cleveland Cavaliers en el Quicken Loans Arena.

 

Sin embargo, con apenas cinco minutos y quince segundos disputados, Gordon Hayward sufrió una catastrófica lesión que terminó siendo fractura de tobillo y tibia en la pierna izquierda, acabando de esta forma con su temporada y limitando ampliamente las aspiraciones de los Celtics en la campaña que recién empieza.

Los Celtics Post-Hayward

Con lo desnaturalizado que resultaron los primeros minutos tras la lesión para ambos equipos, los Cavaliers volvieron al partido poco a poco mientras los Celtics parecían sumidos en aquella jugada y se fueron abajo a la primera mitad por 16 y poca esperanza de cara a la segunda parte. LeBron James y compañía, léase Jae Crowder, apabullaron la defensiva de Boston que, entre lo poco que se podía analizar, tuvieron a Jayson Tatum sufriendo sus primeros minutos como profesional y a un Marcus Smart paupérrimo con pésimos porcentajes de cancha.

Stevens lo hace de nuevo

A pesar de la pésima primera mitad, los Celtics salieron con una energía completamente renovada del vestuario en el que vaya a saber uno que les dijo Brad Stevens de cara a la segunda mitad y generando desde Jaylen Brown, Jayson Tatum y Marcus Smart -aunque parezca una crónica del 2020- volvieron al partido en un tercer cuarto que resultó a su favor 33-18 y de la nada, Boston se había metido en partido cuando todos los dábamos por muertos, liderados por los 10 puntos de Tatum en el parcial.

Los Celtics siguieron batallando en el último cuarto y con Kyrie Irving en su territorio favorito, llegaron a dominar el marcador por dos o tres puntos por un largo periodo. Hasta que como siempre, LeBron James hizo lo que quiso, desde taponar a Rozier hasta llevar a la escuela a Brown para darle la victoria a su equipo en la última jugada del encuentro con una gran marca sobre Irving en el último tiro por 102-99.

La segunda mitad, aún así, dejo muy buenas sensaciones de las jóvenes promesas del equipo que le devolvieron el alma a los Celtics para regresar al partido. Jaylen Brown tuvo su carreer-high en puntos con 25 y junto a sus 6 rebotes lideró a Boston en el debut de temporada, además Kyrie tuvo 22 y 10 asistencias con la compañía del novato Jayson Tatum que anotó 14 tantos y atrapó 10 rebotes.