El verano es una época curiosa para los seguidores de la NBA. Durante las primeras semanas tras la fiebre del Draft, agradeces enormemente las horas de sueño, amistades y relaciones de pareja recuperadas tras ocho meses de pésimo mantenimiento, pero pasados unos días ya empiezas a notar ese picorcito que solo encuentra alivio durante las primeras horas del mercado de traspasos. Tras eso: el desierto, dos meses en los que no se mueve absolutamente nada y en los que solo puedes llenar las horas elucubrando cómo jugará tu equipo, qué opciones tendrá en post-temporada y cuántos partidos podrá robar a los Golden State Warriors en unas supuestas Finales. Nosotros, hartos ya de tanta especulación, hemos decidido que es mejor recapacitar en cómo los Boston Celtics han llegado hasta donde están, y recordar para ello la gestación, parto y resultados ofrecidos por el que consideramos que ha sido el mejor traspaso del Siglo XXI: el trade entre los Boston Celtics y los Brooklyn Nets de junio de 2013.

 

Los antecedentes

El verano de los 2013 los Brooklyn Nets eran un prometedor equipo de la Conferencia Este que había acabado la temporada regular en cuarta posición pero que había sucumbido en siete partidos frente a los Chicago Bulls en la primera ronda de Playoffs. Comprados en mayo de 2010 por un magnate ruso de nombre Mikhail Prokhorov por 200 millones de dólares, la 2012-2013 fue la primera temporada que jugaban en su nueva casa, New York. Con una evidente intención por parte de la NBA de nutrir a sus dos mercados más fuertes con dos franquicias a cada uno, el movimiento era sensacional desde el punto de vista del marketing: Costa Oeste vs Costa Este, California y Los Angeles contra New York, Clippers y Lakers contra Knicks y Nets, Kobe, Griffin, Carmelo y ¿Deron? Los Brooklyn Nets querían, no, necesitaban complementar su talentoso núcleo formado por Williams, Brook Lopez y Joe Johnson con el objetivo de montar un equipo aspirante a todo que justificase la apuesta hecha por su propietario de mover la franquicia desde la humilde y trabajadora New Jersey hasta el centro del universo hypster, Brooklyn.

Beyoncé y Jay Z ya estaban en las gradas (aunque solo fuera por esa temporada, ya saben: el postureo es tan frágil como el ego de Kevin Durant), ahora también las necesitaban en la pista.

Por su parte, los Boston Celtics del Big Three que habían llevado a cabo la mayor transformación de un equipo en un solo año en toda la historia de la NBA para alzarse con el anillo de 2008, venían de caer en primera ronda contra los New York Knicks en la que sería la única ronda de Playoffs ganada por estos en este siglo; y desde la salida de Ray Allen ni siquiera eran un Big Three. Envejecidos, con continuos problemas de lesiones y alguna que otra disputa interna, los Orgullosos Verdes estaban a años luz de ofrecer el nivel demostrado de Julio de 2007 a Junio de 2010. Danny Ainge lo sabía y, como comentamos en nuestro análisis del año pasado de la que ha sido la mejor reconstrucción de nuestras vidas, no quería tener el mismo arrepentimiento que Red Auerbach le había confesado tiempo atrás: «no haber traspasado a Larry Bird y Kevin McHale cuando aún tenían algo de valor«.

Un equipo en busca de estrellas con pedigrí por un lado, y una franquicia en busca de empezar de cero por el otro, que se encontrasen durante la noche del NBA Draft 2013 parecía inevitable.

 

Cómo se fraguó el crimen

Desde hace al menos tres temporadas, hay consenso en afirmar que los Boston Celtics ganaron el traspaso. Las únicas dudas surgen en la adjetivación, siendo «atraco» la más usada en general e «infame» la más dura. De lo que no hay duda es que dicha negociación se ha establecido como una de las mejores durante los últimos años y queda por ver hasta dónde llegan los verdes en el futuro para ver si es catalogado por encima, debajo o a la misma altura que el movimiento realizado por Auerbach en 1980. Pero en su día nada indicaba que nos íbamos a encontrar en la actual situación cinco años después.

Hace apenas unos meses pudimos saber por boca de uno de los co-propietarios más vocales de la franquicia, Wyc Grousbeck, cómo se llevó a cabo el mismo. El historiador relató en el podcast de Bill Simmons en The Ringer que todo comenzó con una oferta de dos primeras rondas por parte de los Brooklyn Nets y acabó con los ya conocidos tres picks y derecho a intercambiar un cuarto durante el NBA Draft de 2017. Muy recomendable escuchar al co-propietario de los Boston Celtics que llega a decir: «creo que los Nets estaban ansiosos por hacer un traspaso esa noche«.

 

Esta ansiedad por parte de Billy King y, sobre todo, Mikhail Prokhorov, podría explicar algo que ya se comentó a la mañana siguiente al NBA Draft 2013, cuando las aguas estaban ya más tranquilas: los Nets estaban sobrepagando. Es lógico que se den dos picks de primera ronda, uno por Paul Pierce y otro por Kevin Garnett, pero no más allá. En el mejor de los casos se podría entender la inclusión de un tercer como compensación por comerse el contrato de Gerald Wallace, pero el cuarto – o mejor dicho: el derecho a intercambiar las primeras rondas de 2017, es de muy difícil justificación.

Boston Celtics y Broklyn nets: el mejor traspaso en la NBA del Siglo XXI

Pero todo esto es, claro, desde el punto de vista de un aficionado neutral o de los Brooklyn Nets. Desde la perspectiva del aficionado a los Celtics, que en general estaba cabreado cuando no furiosos con el traspaso de los jugadores que habían traído a Boston el primer anillo en 20 años, estos picks no significaban gran cosa porque en el mejor de los casos iban a ser elecciones nunca en puestos de lotería – recordemos que la opinión general es que los Nets iban a ser aspirantes al título durante al menos dos o tres años.

Se llegó a pedir incluso la cabeza de Danny Ainge en algunos círculos – la prensa radiofónica deportiva de Boston es de las cosas más execrables de Estados Unidos junto a sus sistema sanitario, la segunda enmienda de su Constitución y Jared Leto. Nadie quería atravesar una reconstrucción, empezando por su entrenador, Doc Rivers, que salíó corriendo a California nada más enterarse del traspaso (muchas gracias por el anillo y la primera ronda que dejaste, y enhorabuena por la magnífica disonancia cognitiva de la que demuestras ser capaz).

 

El botín

Las tornas no tardarían en girarse, y no precisamente por el evidente declive de los campeones: Kevin Garnett tenía treinta y siete años y vio cómo su Player Efficiency Rating bajó de un 19,2 en su último año en Boston hasta un 13,3 en su primera temporada en Brooklyn, mientras que Paul Pierce, de treinta y seis años, ofrecería un rendimiento algo mejor que el de este (16 puntos y 2 asistencias por partido) así como el mejor momento de los Nets en Playoffs desde la salida de Jayson Kidd, en lo que sería la primera vez que acabó con las esperanzas de un verano fértil en Canadá.

Los amantes de la estadística avanzada podrían incluso argumentar que los Nets ganaron el traspaso: los jugadores traspasados a Brooklyn produjeron 6,6 win shares mientras que los que aterrizaron en Boston se quedaron en 5,8. Pero, como dijimos al principio de este artículo, los Nets no buscaban construir un Big Three sino rodear al que creían que ya lo era, el problema es que, como Kevin Garnett se cansó de repetir durante los años siguientes: Brook Lopez, Joe Johnson y, especialmente, Deron Williams, nunca tuvieron ese hambre competitivo que se necesita para ser campeón. Se filtraron a la prensa numerosas broncas durante los entrenamientos causadas por la falta de intensidad del base, así como por su ajetreada vida nocturna. Al final de esa temporada, en la que los Miami Heat de LeBron James les mandarían para casa en la segunda ronda, Paul Pierce se iría a los Washington Wizards mientras que Kevin Garnett sería traspasado de vuelta a MInnesota durante el transcurso de la segunda.

De vuelta a la Beantown, los Boston Celtics habían firmado su peor temporada en seis años, pero las luces mostradas durante un inicio de curso prometedor (llegarían a diciembre con un récord positivo de victorias), así como las buenas sensaciones transmitidas por su joven entrenador, Brad Stevens, hacía que los aficionados se mostrasen optimistas de cara al futuro. El NBA Draft 2014 llegaba muy hypeado y las opciones de hacerse con un par de buenos jugadores sobre los que empezar a construir algo eran bastante altas. Además, todas las noticias que llegaban desde Brooklyn eran para destacar aspectos negativos de la misma con lo que las opciones de que aquellos picks acabasen dando réditos eran bastante altas.

Finalmente, Marcus Smart y James Young serían los elegidos durante aquella noche de junio. El primero, obtenido mediante el pick propio de los Boston Celtics es el jugador que más tiempo lleva en la franquicia, una parte vital de un equipo aspirante a todo y acaba de ser renovado por cuatro años más. El segundo, primer «regalo» obtenido en el traspaso, es quizás la única mancha de un traspaso que ha puesto en manos de Brad Stevens, directa o indirectamente, a Isaiah Thomas, Jaylen Brown, Jayson Tatum y Kyrie Irving. Todo ello a la vez que lograba ganar el 66,3 % de los partidos, entrar cuatro años seguidos en Playoffs y disputar dos Finales de Conferencia de manera consecutiva.

Boston Celtics y Broklyn nets: el mejor traspaso en la NBA del Siglo XXI

Todos los traspasos realizados por Danny Ainge desde el inicio de esta reconstrucción hace ahora un lustro (Gráfico de Ryan Bernardoni para Celtics Hub)

Por su parte, los Brooklyn Nets han acumulado un récord de 69-177 (28 %) y por el camino su propietario ha vendido un 29 del 80 % de las acciones de la franquicia para quedarse con una mayoría apenas el 51 % y el General Manager durante aquella noche de junio de 2013, Billy King, fue despedido en 2016. Cabe destacar, eso sí, que desde su despido, los Nets han encontrado una manera de trabajar muy eficaz que les ha permitido tanto añadir talento sin desprenderse de sus primeras rondas como mantener una indispensable flexibilidad salarial. Es justo decir que a partir del próximo verano, en el que por primera vez desde 2015 podrán hacer efectivo su pick más alto, comienza una nueva era en Brooklyn.

 

El último dividendo

Pese a que todo ha acabado ya para los Nets, los Boston Celtics aún tienen un último activo derivado del traspaso protagonista de este artículo: el pick de los Sacramento Kings para el NBA Draft 2019. Con un equipo en plena reconstrucción que disputará una de las Conferencias más duras en la historia de la NBA, esta puede ser una divertida temporada para los aficionados de los Orgullosos Verdes, que volverán a estar pendientes de otro equipo que tankeará en su beneficio; pero esa es otra historia que dejaremos para final de verano.

Boston Celtics y Broklyn nets: el mejor traspaso en la NBA del Siglo XXI