Este último miércoles viene con más retraso de la cuenta por una buena razón. Una fecha tan señalada en el calendario de la temporada regular en la NBA como el cierre del mercado de traspasos tenía que tener su correspondiente seguimiento en esta sección. El trade deadline no ha podido llegar en mejor momento. Todo con tal de no hablar de la terrible papeleta de los Boston Celtics en la última semana. La otra opción era un artículo sobre los peinados y tatuajes del equipo, así que bienvenido sea.

Antes de entrar en harina con este repaso, cabe decir que por lo general han sido unos días tranquilos en las oficinas centrales de la liga. Muy pocos movimientos, o lo que es lo mismo, muy pocas alertas de Adrian Wojnarowski o Shams Charania saltando a la pantalla de nuestro móvil y provocando pequeños ataques de corazón. Precisamente, una de las franquicias que no han hecho sudar a los ‘Garganta Profunda’ de la NBA han sido los Celtics. O sí.

El equipo dirigido en los despachos por Danny Ainge y su alargada sombra ha estado presente en tres escenarios muy dispares y que apenas han tenido repercusión. Qué mejor para ilustrar esta apacible semana en Boston que señalar que la única transacción completada consistió en empaquetar el contrato de Jabari Bird rumbo a Atlanta.

Presumiblemente, los Celtics metieron el hocico en otras dos esferas en las que realmente no tenían ningún margen de maniobra. En un caso porque la normativa lo prohibía, y en otro, por unos lazos personales inquebrantables. La bestia dormía en el trade deadline, o dicho de otra manera, Ainge esperaba con los pies encima de la mesa mientras prepara su diabólico plan.

Por partes. Por enésima vez en el último mes, toca hablar de Anthony Davis. El todavía jugador de los Pelicans (aunque le pese profundamente) fue sin duda el gran protagonista del mercado aunque finalmente tenga que vestir la misma camiseta hasta verano. Los Lakers llamaron a la puerta hasta el final con ofertas en las que, salvo LeBron James y los dorsales retirados a Magic Johnson y Jerry West, todo estaba encima de la mesa. New Orleans no mordió el anzuelo y el particular culebrón tendrá una secuela allá por julio.

Indirectamente, los Celtics fueron los grandes ganadores de esta inoperancia porque en verano sí podrán vender su alma para firmar a un Davis que, según las nada orquestadas filtraciones, preferiría jugar a la petanca antes que en Boston. La papeleta para un Ainge en cuya cabeza no pasa otra cosa que ir con todo es complicada por la crudeza de la apuesta. Sin la seguridad de una futura renovación, Boston puede echar por tierra en un instante todo lo que ha conseguido hasta ahora. Como para no pensarlo.

La otra figura que asomaba en el Trade Deadline de los Celtics era la de un Terry Rozier con el que hubo muchísimo menos ruido del esperado. El base seguirá bajo las órdenes de Brad Stevens hasta final de campaña y necesitará recuperar su mejor nivel si los verdes quieren optar a algo en Playoffs.

Sabíamos que algunos equipos habían preguntado por la situación de ‘El Tren’, no obstante, en los últimos latidos del mercado de traspasos no ha transcendido ninguna intentona interesante que apartara a Rozier de la disciplina de los Celtics. Esta permanencia es aún más importante dado los problemas físicos que lleva arrastrando Kyrie Irving a lo largo del año.

 

El Este se emplea a fondo en el Trade Deadline

En lo que al resto de la liga respecta, el cierre de mercado de traspasos fue por lo general bastante tranquilo. Todo el mundo del baloncesto miraba a Los Angeles y New Orleans mientras, por otro lado, se negociaban movimientos con jugadores importantes. Quizás, lo más cantado era la salida de Marc Gasol, aunque pocos podían prever el destino.

El pívot español será uno de los nuevos pilares de unos Toronto Raptors que han subido la apuesta para comerse la Conferencia Este. La plantilla del conjunto canadiense es de esas que asustan y, visto el nivel de un rival directo como los Celtics, tiene una candidatura muy firme para hacerse con el cetro que dejó en el aire LeBron James. Desafortunadamente para los intereses de Boston, los Raptors no son los únicos que se han reforzado bien.

Philadelphia sorprendió a propios y extraños con un traspaso que nadie vio venir. De estar cuajando un año digno de All-Star en los Clippers, Tobias Harris pasa a engrosar las filas de los 76ers. El quinteto titular del cuadro dirigido por Brett Brown no suena nada mal: Simmons-Redick-Butler-Harris-Embiid.

Boston podía presumir de tener cogida la medida de Philly, pero con esta última firma se acaban de hacer con los servicios de un jugador habitual en eso de jugar al 200% ante los Celtics. Harris ha sido una pesadilla que embestía con mayor fuerza cuando el capote era verde. Esperemos que en Playoffs se diluya el efecto.

Hablando de los Sixers, la historia de Markelle Fultz parece haber encontrado una nueva localización. El que no hace tanto era una de las grandes promesas del baloncesto mundial ha hecho sus maletas rumbo a Orlando. Puede que, en una franquicia lejana a los focos como los Magic, el base pueda volver a encontrar su identidad perdida y vuelva a ser jugador profesional. Muchos recordaremos a Danny Ainge por el traspaso con los Nets, pero tampoco podemos despreciar esto:

Para cerrar el carrusel de movimientos, cabe destacar la llegada de Nikola Mirotic a Milwaukee en un traspaso a tres bandas que, entre otras cosas, lleva a Thon ‘Cuatro de Copas’ Maker a Detroit y Stanley Johnson a NOLA. Un tirador más que aceptable a las órdenes de Giannis Antetokounmpo para unos Bucks que tampoco pierden la cara al trono del Este. También fue sonada, aunque solo fuera por las formas, la firma de Harrison Barnes con los Sacramento Kings. Los Mavericks han desecho completamente el equipo para dar el mando a Luka Doncic.

 

En el fondo, este Trade Deadline parece un mero aperitivo para un verano que se anticipa emocionante en la NBA. La cantidad de agentes libres que pueden cambiar de aires tiene la capacidad de revertir el panorama actual de la competición y aupar franquicias más dedicadas al ridículo que a la posibilidad de optar a algo. Y sí, estoy hablando de los New York Knicks.