La temática no podía ser otra en la semana en la que el eterno Stan Lee nos ha dejado. Esto sería un particular homenaje, aunque desgraciadamente, en este caso la referencia es negativa. «Todo gran poder conlleva una gran responsabilidad«, le decía el Tío Ben a un Peter Parker que trepaba sus primeros muros convertido en Spiderman. Pues bien, los Boston Celtics tienen mucho poder, pero de momento no están respondiendo a las exigencias.

Más allá del discreto récord de los chicos de Brad Stevens hasta la fecha (7-6), lo que realmente preocupa es la dinámica. Y no precisamente por novedosa. En este inicio de temporada, el equipo de Massachusetts ha vuelto por sus fueros en una curiosa costumbre. ¿Para qué ganar cómodamente si se pueden remontar 20 puntos en el último cuarto?

Aunque el regusto que dejan estos triunfos in extremis es sin duda delicioso, la épica —de ahí su nombre— no es un hábito demasiado saludable incluso para los Celtics por varias razones:

  1. La mayoría de las veces, no sale.
  2. El despliegue físico es mayor intentando dar la vuelta a un resultado adverso.
  3. Si no anotas tiros abiertos va a ser complicado.
  4. No todos los equipos son los Phoenix Suns.

En la última semana de baloncesto protagonizado por los Celtics, hemos visto a los de verde registrando la astronómica cifra de 35 puntos al descanso en Arizona ante Devin Booker y compañía (desventaja de 20 tantos) o 37 en Portland (17 abajo). En el primer caso, la heroica llegó a buen puerto gracias Kyrie Irving y un triple de Marcus Morris, mientras en el segundo los Celtics volvieron a registrar el resultado favorito de la gira. Derrota y para casa.

Estas situaciones de partido demuestran una alarmante falta de concentración y ganas que más tarde obligan al equipo a un sobreesfuerzo que puede acabar siendo traicionero a medida que la temporada avanza. La actitud de los Celtics de no dar un encuentro por perdido es encomiable, no obstante, eso no quita para que tirar un cuarto como norma general sea algo que tener en cuenta. Cuando las remontadas se cumplen todos son héroes, pero cuando esto no ocurre los problemas crecen.

 

El liderato en los Celtics

 

El reciente batacazo en el primer gran viaje de Boston en la campaña ha dejado dudas dentro de la cancha, pero también fuera de ella. A raíz de la derrota en el último duelo ante los Blazers, Kyrie Irving habló ante la prensa y aludió a la falta de un líder veterano en la plantilla para llevar la voz cantante en el vestuario. Quizás no es la mejor declaración cuando llevas tiempo diciendo ser precisamente esa cabeza visible de los Celtics.

Aunque la cosa, de momento, no ha ido a mayores y no alcanza los niveles de tensión que respiran en Oakland (ya llegaremos a eso), parece que uno de los jugadores sí se hizo notar en Portland intentando aleccionar a sus compañeros como solo él sabe. Efectivamente, Marcus Smart volvió a ponerse el traje de jefe de la banda y en lo que seguro que fue una sucesión de «You know» y «fucking«, apeló al orgullo y la actitud del resto del equipo. Poético, sin duda.

 

Problemas en el paraíso

 

Si pensaban que iba a dejar pasar una bronca, parece que todavía no me conocen. La tranquilidad en esa balsa de aceite conocida como Golden State Warriors parece haber llegado a un abrupto final en un caso que ocupa el 99% de todas las noticias de la NBA. Durante el encuentro entre los actuales campeones y los Clippers, Kevin Durant y Draymond Green tuvieron un intercambio de impresiones.

 

 

Partido empatado, posesión para llevarse el triunfo del Staples, Green agarra la pelota sin mirar a ningún compañero y acaba perdiendo la bola sin llegar ni siquiera a lanzar. Como se puede ver en las imágenes, KD no se tomó esa decisión unilateral por parte de su compañero nada bien. La bronca en el banquillo con intermediación de (¡ojo!) DeMarcus Cousins fue el inicio de una discusión aún mayor en la que Green volvió a hacer gala de su gigante bocaza.

Aunque la mayoría de los detalles de la riña aún no han transcendido, parece que la cosa debió ser bastante seria cuando el propio equipo tiene que sacar la libreta de multas. Los Warriors sancionaron de empleo y sueldo a Green para su siguiente partido frente a los Atlanta Hawks; una decisión no demasiado común que implica la importancia del asunto.

Como si la continuidad de Durant en Golden State tras sus recientes rumores de marcha tras esta temporada no fueran suficientes, este último capítulo parece haber dinamitado cualquier esperanza de renovación según apuntan varios medios norteamericanos. La frase que farfulla KD después del encontronazo es bastante ilustrativa.

Ahora toca sentarse y esperar a las consecuencias del jaleo que seguro incluirán algunos de los siguientes escenarios e hipótesis:

  1. Kevin Durant y Draymond Green son inseparables en el vestuario; casi hermanos.
  2. KD ya tenía clara su marcha y tiene un contrato con los Knicks desde que acabó el instituto.
  3. Los Warriors deberían traspasar a Green por dos segundas rondas y fillers.
  4. Tweets desde la cuenta oficial de Durant hablando de él mismo en tercera persona y exculpándose de todo.
  5. Durant a los Lakers.

 

Esperen y vean.

 

Jimmy Butler se sale con la suya

 

Tras un par de meses de arduo trabajo sin apenas descanso, al fin lo ha conseguido. Jimmy Butler ya no es jugador de los Timberwolves tras oficializarse su traspaso a los 76ers a cambio de Dario Saric, Robert Covington y las pertinentes elecciones de Draft. El culebrón llega a su fin hasta que el nuevo miembro de la franquicia de Philly la tome con el pobre Markelle Fultz.

Sin que sirva de precedente, es de justicia alabar lo que finalmente ha sacado Tom Thibodeau de todo este embrollo. Saric es un jugón con mayúsculas bastante infravalorado en la NBA, y Covington es un complemento más que interesante que supondrá un gran alivio en dos puntos débiles como la defensa y el triple. Minnesota ha encontrado oro debajo del lodo.

Lo verdaderamente interesante pasa por Philadelphia. Los Sixers han sumado a un jugador de indudable nivel All-Star cuando no está enfadado con el mundo, pero que quizás no se ajusta a las necesidades del cuadro dirigido por Brett Brown. Ya se está especulando con negociaciones con Kyle Korver. Veremos cómo funciona la gran apuesta del equipo del proceso y hasta cuando tarda en estallar el polvorín Butler.

 

Buena mala pata

 

Por último, hay que hacer mención a una de las imágenes más dramáticas de la última semana. La escalofriante lesión de Caris LeVert conmocionó a todo el universo NBA con una escena que el aficionado de los Celtics reconoce muy bien tras lo acontecido con Gordon Hayward. La posición de su pie y las reacciones de sus compañeros y rivales en pista hicieron temer lo peor, aunque afortunadamente acabó teniendo mejor suerte que el alero de Boston.

El jugador de los Brooklyn Nets «solo» ha sufrido una dislocación de tobillo y no tendrá que pasar por quirófano teóricamente. Además, parece que si la recuperación sigue los pasos recomendados, LeVert podría volver antes de que termine la presente campaña. Buenas noticias para un hombre en auge en el campeonato.