John Wilkes Booth, Lee Harvey Oswald (si nos lo creemos), Ted Bundy o Charles Manson. Grandes criminales que perdurarán por siempre en la memoria de los Estados Unidos. Ya sea por asesinar Presidentes o por una serie de actos atroces, estos nombres quedarán en el libro negro del país. Todos ellos pueden ser vistos como la maldad personificada, aunque no le llegan a la suela de los zapatos al sujeto que atormenta Boston en el último par de meses. Todavía no se le ha apresado, pero al menos ya conocemos el nombre del culpable. El infame Terry Rozier.

Este rufián está dinamitando el presente de los Celtics sin ningún tipo de remordimiento. No tiene corazón ni ningún órgano que se le parezca. Desgraciadamente, ahora nos estamos dando cuenta de algo que lleva sucediendo durante demasiado tiempo. ¿La cadera de Isaiah Thomas? Rozier. ¿Las lesiones de Kevin Garnett y Kendrick Perkins que, quizás, apartaron a Boston de algún otro título? El «tren». Incluso se especula con que fue el que incitó a Reggie Lewis seguir jugando pese a las advertencias del médico y el último que habló con Len Bias. «La última y para casa», le dijo el desgraciado.

¿Se podía haber conformado con eso? Qué va. Su maldad no tiene límites. Cuenta la leyenda que aconsejó a los Red Sox traspasar a Babe Ruth a los Yankees (con Robert Williams todo es posible) e incluso que jugó con la camiseta de Eli Manning en las dos Superbowls que los Giants ganaron a los Patriots. Hasta recomendó a Jason Kidd hacerse entrenador y es el representante de Jeff Green. ¡A la hoguera!

Vale, puede que algunos de los acontecimientos descritos anteriormente no lleven su firma cuando te fijas detenidamente. No obstante, habría que investigarlo dados los comentarios que se han podido ver en redes en las últimas semanas. Si los Celtics no van primeros de la Conferencia Este con el mejor récord de la NBA es porque Terry Rozier lleva su camiseta. O eso parece.

Todos los males de la franquicia de Massachusetts llevan su sello inconfundible. Tampoco se va a analizar ni un poquito más. Es el cabeza de turco del equipo. Y no, no voy a defender al bueno de «El Tren» por lo que está haciendo hasta el momento. Cuando uno no juega bien, no se puede negar lo evidente. Rozier está siendo uno de los problemas en el mal rendimiento de los Celtics en esta campaña, pero, aunque a alguno le pueda sorprender, no es el único.

Apenas dos o tres jugadores de la plantilla pueden salvarse de una quema que debería ser mucho más generalizada. El base suplente no puede ser el culpable solitario que ha contado con la colaboración de Jaylen Brown o un Gordon Hayward al que aún hay que respetarle la coartada. Si los resultados no llegan, no es cuestión exclusiva de tres jugadores que forman parte de la segunda unidad.

Hay mucho más detrás de esta «crisis». La irregularidad de ciertos jugadores que deberían ser clave, el estado físico, las generalizadas faltas de tensión en defensa y su correspondencia en bloqueos ofensivos bastante notable, un técnico que no acaba de dar la tecla con la rotación y los roles. Con un poquito de allí y un poquito de allá, el puzzle de los problemas tiene una edad recomendada de 3-6 años.

Y por supuesto que hay que señalar a ciertos nombres propios; Rozier entre ellos con letras bien grandes. Una cosa no quita a la otra. La queja viene porque se está simplificando la materia en cuestión en demasía. Traspasar a «El Tren» parece el camino lógico a tomar, e incluso puede que solucione gran parte de la papeleta al aligerar el «excesivo talento» (nunca pensé en escribir estas dos palabras de manera negativa), pero no es la única causa.

 

Sobrecarga en el sistema de los Celtics

Terry Rozier Boston Celtics

Las declaraciones de Terry Rozier aventuran su más que probable salida.

Como ya pasara hace un par de semanas en esta magnífica sección, el tema del talento vuelve a saltar a la palestra. El vigente protagonista de esta sección ha hecho unas declaraciones que podían haber quedado en algo sin importancia, pero conociendo la materia en cuestión, puede significar mucho más.

Visto desde el prisma de aquel que todos presumimos que va a hacer las maletas a no mucho tardar, la frase parece indicar que ese «exceso de talento» antes comentado es un problema. ¿Y quién es el candidato casi único y principal para aligerar peso? A buen entendedor, pocas palabras bastan. Ya tenemos al primer gran nominado en la casa de los Celtics.

Si termina abandonando la disciplina de Boston, Rozier dejará un espacio para que otros encuentren el contacto con la pelota que demandan. Seguro que es una de los soluciones que antes le pasan por la cabeza a Danny Ainge, no obstante, eso no significa que los Celtics vayan a encadenar 25 triunfos consecutivos en cuanto Woj o Charania anuncien el traspaso. Cambie o no la plantilla, los que permanezcan bajo el ala de Brad Stevens tienen mucho que arreglar.

 

La curva de la felicidad

En los últimos tiempos y con el avance de las nuevas tecnologías, los deportistas cada vez están mejor preparados físicamente gracias al conocimiento en materias como nutrición y entrenamiento y equipos totalmente dedicados a ellos. Esto es lo que Nikola Jokic estaba leyendo tumbado en su sofá mientras devoraba su tercer donut y se buscaba pelotillas en el ombligo.

El jugador serbio es la contraposición a una dinámica en la que los jugadores parecen auténticas bestias. En la NBA, los cuerpos parecen esculpidos por el mejor de los artistas. El de Jokic es el sueño húmedo del payaso de McDonald’s. Y ojo, también le cuesta su trabajo. Mantener esa barriga modélica no es baladí como pudo comprobar Enes Kanter zampándose un puñado de hamburguesas y teniendo que ausentarse del entrenamiento al día siguiente. Aficionado.

El «ternusco» balcánico sorprendió con su perfil hercúleo en una fotografía que ha dado la vuelta al mundo. Muchos se preguntan cómo alguien en semejante condición física puede estar firmando exhibición tras exhibición y está entre los candidatos a MVP. Bajo esos kilos de más, se esconde un inmenso talento que ni los «michelines» pueden frenar. La estrella de los Nuggets podría tener el cuerpo de LeBron James, pero ha preferido ser feliz a su manera. Nikola Jokic es un referente.