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Parece un chiste interno entre los hinchas de los Boston Celtics. Los fatídicos terceros cuartos en la era de Brad Stevens. Pero se le quita todo los chistoso cuando deja de suceder en el vigésimo tercer partido de la temporada regular y pasa a ser dramático en los dos primeros partidos de las finales de conferencia.


La primera mitad que jugaron los Celtics contra los Miami Heat en el segundo juego de la serie fue brillante. Movimiento de balón, neutralizando a los tiradores -Duncan Robinson parece exceder esa categoría-  y controlando el tempo del encuentro. La ventaja llegó a ser de 17 y parecía que todo iba encaminado a nivelar la serie a un juego por lado.

Los Boston Celtics: un equipo profesional que no sabe atacar una zona

Erik Spoelstra es un genio. Y en una de sus movidas, parece haberse reservado la zona para el momento más desesperado que tuviera.

Y defendiendo así, para luego proceder a extenderla a cancha completa en 2-2-1, anuló por completo a unos famélicos Celtics que, además de no encontrar respuestas desde el banco, tampoco tuvo un jugador que entendiera lo que debía hacer para acabar con el invento de los de Florida.

Pero no sucedió y aunque al final, Jaylen Brown tuvo el tiro para empatar el juego, Miami se llevó el segundo partido de la serie sin problemas por 106-101.

Goran Dragic fue el asesino designado con 25 puntos y un último cuarto de oro. Bam Adebayo lo secundó con 21 tantos, 10 rebotes y 4 asistencias. Más el intratable de Jimmy Butler que con un robo y salvando la pelota, le puso el listón muy alto a Boston.

Al finalizar el partido, todo parece indicar que hubo discusiones fuertes en el vestuario de los Celtics encabezadas por Marcus Smart y, para agravar los rumores, el viernes no entrenarán en la burbuja de Orlando.

Los Celtics están en jaque. 


 

Foto: Celtics.com