Con tan pocas esperanzas como buenas energías, los Boston Celtics llegaban al Oracle Arena en la Bahía para visitar al monstruo de cuatro cabezas que tenía a Klay Thompson lesionado y con él, una baja sensible para los dirigidos por Steve Kerr.

Un gran primer cuarto, con buenos porcentajes de campo y buenas decisiones a nivel ofensivo, moviendo la pelota y encontrando los cambios defensivos que favorecían las intenciones verdes. Todo mejoró con el espectacular nivel de Gordon Hayward, que entró en la sintonía que todos queremos y desde ahí, los Celtics se pusieron al frente en una primera mitad que rozó la perfección con marcador a favor de 73-48.

A pesar de los múltiples intentos de remontada de los Warriors, que con un par de triples ya parecían estar en partido, Boston encadenó muchas rachas positivas que imposibilitó el objetivo de los locales. Hayward sumó 30 puntos, 7 rebotes y 4 asistencias. Kyrie sumó 19 con 11 asistencias, asegurando luego del partido que la idea es que todas las noches sean las mejores para un compañero diferente, en una mejor imagen de la que venía dejando en sus últimas declaraciones a la prensa.

El partido terminó con una dominante presentación, la derrota más dura que han sufrido los Warriors en toda la era Steve Kerr (33 puntos) con un marcador final de 128-95. Una balsámica victoria para los verdes que ahora visitaran a los Kings en la noche del miércoles y tienen descanso antes del duelo del sábado contra los nietos Lakers.

Foto: Celtics.com