Tan solo era el segundo partido de una eliminatoria que todo el mundo daba como igualadísima, pero una victoria del cuadro visitante podía dejar la serie patas arriba. Después de ganar el primer encuentro de una manera clara y abultada, los Celtics tenían la posibilidad de poner el 2-0 ante los Bucks y volver a Boston con todo de cara.

Finalmente no fue así, aunque lo verdaderamente preocupante no fue el resultado (102-123) y sí las pésimas sensaciones de una segunda mitad infame. Milwaukee campó a sus anchas tras el paso por vestuarios obligatorio del descanso y todo lo que prometieron los dos primeros cuartos se fue por el sumidero. Khris Middleton puso las primeras piedras, Giannis Antetokounmpo se encargó de culminar la construcción y Eric Bledsoe pulió los detalles.

Este trío, que exceptuando al primer protagonista no dio la talla en el primer capítulo de la serie, fue clave para que los locales dieran un contundente puño encima de la mesa y acallar así a los más agoreros. Middleton (28 puntos y 7/10 en triples) mantuvo a los suyos cuando los Celtics mejor estaban y acabó siendo el factor diferencial para los Bucks.

Aquel —afortunado si es fan de Boston— que dejara de ver el encuentro tras la primera mitad se sorprenderá de lo lindo con la rotundidad del resultado final. Es difícil de comprender cómo un equipo que dominó en buena parte de ese periodo se puede desplomar de una forma tan pronunciada. Pero bueno, siempre hay que tener en cuenta los famosos terceros cuartos de los Celtics.

Todo parecía ir bien para los de Brad Stevens. El equipo estaba fino en ataque, la defensa dejaba huella aunque no era tan efectiva como en el primer partido, y Al Horford seguía paseando su tremenda clase por Milwaukee.

 

Boston limitaba a Giannis a la línea de tiros libres y elegía que los triples de Middleton fueran su veneno. Toda esa alegría era incompleta porque Kyrie Irving (4/18 tiros de campo) nunca llegó a hacer acto de presencia. Sin su estrella, los Celtics estaban rindiendo más de lo presumible. El hechizo se rompió aunque dejara algunos toques de magia con Marcus Morris y Jaylen Brown.

Después del descanso, los Bucks invirtieron los papeles y vieron a la presa despistada y mirando al vacío. Los chicos de Mike Budenholzer empezaron a enchufar mientras Boston solo podía amenazar tímidamente: «Eh, cuidado, que como vaya…». Nunca fueron; parcial de 39-18 en el tercer cuarto y a pensar en los horarios de los vuelos a Massachusetts.

Además del sospechoso habitual de Middleton, Antetokounmpo logró resarcirse con 29 puntos y 10 rebotes, mientras que Bledsoe sumó otros 21 tantos. Por parte de los Celtics, Al Horford volvió a ser el mejor con 15 puntos junto a los 17 de Morris. El tridente de Irving-Rozier-Hayward naufragó de lo lindo cuando su equipo lo necesitaba.

Boston llega a su feudo con la ventaja de campo en el bolsillo pero con la dinámica trastocada por esta última derrota, y los Bucks, pese a llegar con un triunfo caliente, tienen la urgencia de rascar algo en el TD Garden para que la eliminatoria no se escape más de la cuenta. Ambos equipos se han intercambiado golpes contundentes, ahora toca ver quién los ha encajado mejor.