Tras seis temporadas, Brad Stevens se ha vuelto un especialista en las giras por el Oeste con tres o más partidos. Rompiendo una racha de casi dos años sin ganar en tierras del Pacífico, dejó detrás el karma inteconferencia para volverlo una de sus marcas de referencia.
En este breve resumen traeremos un recordatorio no sólo de records de victorias y derrotas, sino de las curiosidades de varias victorias que han sido y serán recordadas en la bitácora deportiva del entrenador como signature victories.
Brad Stevens colonizando nuevos territorios
Doc Rivers dejó un campeonato en Massachussets y muy buenos recuerdos, pero antes de retirarse también legó a su sucesor una marca negativa en enfrentamientos ante rivales de la otra conferencia, que sería prolongada por el primer año fatídico de Brad Stevens a cargo de los Boston Celtics.
La última victoria del actual entrenador de los Clippers en dichas condiciones fue frente a los Utah Jazz (25 de febrero de 2013). Por aquel entonces Gordon Hayward era jugador de los de Salt Lake City y Paul Pierce hacía lo que The Truth sabe hacer y ganaba el partido en tiempo suplementario con 26 puntos y 7 rebotes.
Tuvieron que pasar casi dos años para que los Boston Celtics vuelvan a probar las mieles de la victoria el 22 de enero de 2015, esta vez con Brad Stevens en el banquillo y con Evan Turner sentenciando a los Portland Trail Blazers.
Vamos a detenernos un poco aquí, porque no es un triunfo más, no solo que cortaba una de las rachas negativas más largas de la franquicia, sino que a partir de dicho partido la era del coach cambia para siempre.
En un año que Danny Ainge había hecho lo imposible para llevarse los mejores porcentajes en la lotería del Draft, (más de 10 traspasos involucrando a 22 jugadores) no pudo luchar contra su propio caballo de Troya, ya que en esos trades vinieron personalidades que no tenían en su diccionario la palabra perder (Jae Crowder, Isaiah Thomas, Jonas Jerebko etc.).
Tras el partido en Portland, los Boston Celtics (hasta ese instante con record de 13-26 y alejado de los puestos de postemporada) realizarían uno de los sprints más recordados de la historia de la franquicia en la lucha por acceder a playoffs a caballo del recién incorporado Isaiah Thomas.
Con el calendario en contra y la mayor cantidad de back to backs en los últimos 20 partidos los de Brad Stevens iban a probar el sabor de las batallas a siete partidos.
Con el calendario en contra y la mayor cantidad de back to backs en los últimos 20 partidos los de Brad Stevens iban a probar el sabor de las batallas a siete partidos.
Al año siguiente y con una plantilla más estable, los orgullosos verdes volvieron a pisar fuerte en el Oeste, sobre todo cuando lograron quitarle el invicto de local a los Golden State Warriors con un duelo de película entre Stephen Curry e Isaiah Thomas.
Para poner en relieve la importancia de dicho partido, los Warriors no habían conocido la derrota en su estadio en temporada regular desde hacía más de un año (28-1-2015 vs Bulls).
En la era Kerr, los Celtics son el rival que más daño le han hecho durante la primera parte del año, una sana costumbre que por suerte sigue vigente, como ya veremos más adelante.
La temporada 2015-16 fue la primera del ex técnico de Butler con record positivo y segundo consecutivo ingresando a playoffs, aunque lamentablemente quedando nuevamente afuera en primera ronda.
Habíamos hablado de signatures victories, al año siguiente los Warriors vuelven a caer en las garras de los orgullosos verdes en una gira que terminó con salgo positivo de 5-4.
Si hay que destacar alguna victoria, además de la de Oakland, tendríamos que traer una en particular que se me viene la memoria en un reducto muy hostil para los Celtics como es Memphis. Isaiah Thomas comenzaría su carrera meteórica hacia el estrellato y su apelativo de “King in the fourth” marcando una de noche notable con 44 pts y 7 triples y victoria en tiempo suplementario luego de ir por detrás todo el partido.
Ya sin Thomas en el equipo y con más bajas de las deseadas los de Brad Stevens serían un rodillo en su viaje a tierras del Oeste, con un record de 4-0 en su última incursión y dos triunfos notables en Portland y Utah.
Para contextualizar la situación los Boston Celtics habían perdido a Gordon Hayward ni bien empezada la temporada y antes de iniciar la última gira por el Oeste les llegaba la noticia de que Kyrie Irving se perdería el resto del año por la intervención en su rodilla, sumado a eso Daniel Theis corría la misma suerte que el base.
El viaje comenzaba en Portland donde le arrebatarían una victoria a los encumbrados Blazers de Lillard que venían teniendo un año espectacular y se posicionaban como uno de los grandes retadores de la postemporada (después se pincharon).
Luego de dos victorias consecutivas ante rivales menores como Kings y Suns los de Massachusetts debían cerrar la gira en Salt Lake city con unos Jazz que venían con una racha positiva de 10 partidos y la posibilidad de prácticamente asegurarse el pasaje a postemporada.
A las bajas que nombramos anteriormente le sumamos la de Al Horford y la titularidad de Yabusele, el panorama no era muy alentador y no se esperaba un resultado positivo, pero otra vez la resiliencia de los Celtics salió a la luz para que de la mano de Jayson Tatum y Jaylen Brown los de Brad Stevens cerraran el viaje con un 4-0.
Esta gira, en palabras de Jayson Tatum, fue la prueba para ellos como grupo de que podían pelear de igual a igual con cualquier equipo y el punto inicial para una carrera por playoffs que los llevaría hasta un séptimo partido de finales de conferencia vs los CAVS de LeBron James.
Así llegamos a la temporada actual y otra vez la dinámica se vuelve a repetir, porque en un año en que las cosas no han salido como se esperaban, otra vez una gira por el Oeste vuelve traer buenas sensaciones de cara a lo que queda y a la postemporada que se avecina.
Tras la derrota frente a Houston en el TD Garden y el viaje hacia Oakland con toda la carga emocional que significaba vuelve a meter un poco de esperanza en el corazón del aficionado de los Boston Celtics, porque más allá de victoria lógica como la de Lakers (lo siento, LeBron) había que imponerse en cancha de los Warriors una vez más y afrontar un back to back frente a uno de los equipos revelación.
No podía ser perfecto, porque estos Celtics modelo 2019 no lo son… el sabor agridulce tras la última derrota frente a Clippers ahí está, pero nos dan esperanzas (una vez más) de que, como hemos visto en este artículo, el viaje al Pacifico sea el puntapié inicial para algo importante.