Unos 1.800 kilómetros separan el TD Garden del Wisconsin Entertainment and Sports Center. Sobre dos horas de vuelo que sirven para que los jugadores desconecten y para que los entrenadores le den una vuelta al planteamiento. En la serie de Playoffs que enfrenta a los Boston Celtics y a los Milwaukee Bucks, hemos podido observar que ambos equipos tienen dos caras, una delante de su público y otra fuera, y pese a cumplirse varias de las claves que adelantamos, vamos a intentar exponer ciertos datos que expliquen el devenir de este enfrentamiento, a ver si conseguimos entender qué ha cambiado desde el 15 de abril.
Terry Rozier vs Eric Bledsoe, el Drew Gate se nos ha atragantado
El base titular de los Boston Celtics empezó como un tiro. En los dos primeros partidos, ambos jugados en Boston, el tercero de su nombre brilló haciendo que los aficionados olvidásemos a ese tal Kyrie Irving. Jugando 39 minutos de media (con un prórroga de por medio), Rozier anotó el 48% de sus tiros de campo (intentando 16 por partido), con un 7/14 en triples, para terminar promediando 23 puntos, a los que añadió 5.5 asistencias.
Tras el «Drew Gate», y ya en Wisconsin, el #12 ha visto como su rendimiento se desploma, en parte arrastrado por el equipo, pero con un descenso muy preocupante de sus porcentajes. En las dos derrotas que sufrieron los Celtics, Tito ha promediado 33 minutos, intentando 9 tiros por partido con un mal 27% en tiros de campo. Del total de tiros, 15 fueron triples, y solo logró anotar 3, para terminar promediando 9.5 puntos. Eso sí, repartió 8.5 asistencias.
En el último partido disputado, el Game 5 que se volvieron a llevar los locales en Boston, Rozier ha maquillado algo sus números, encestando el 40% de sus tiros, aunque solo anotó 2 de los 6 triples intentados.
Por el otro lado tenemos a un Eric Bledsoe que no se presentó a los dos primeros partidos de la serie. Tras volver a casa con dos derrotas y rebautizado, el base de los Bucks volvió a encontrarse tras promediar un 35% en tiros de campo en Boston. Ya en faena, Bledose ha subido sus porcentajes al 49.5%, encontrando su sustento en tiros de media distancia tras bloqueos y alguna que otra penetración en la que aprovecha un missmatch.
Los Celtics necesitan que Rozier vuelva a desprender la confianza que mostró en los primeros partidos, ya que cuentan con muy pocas armas que consigan anotar con facilidad. Si bien va a ser complicado volver a ver como sus números superan la veintena de puntos, es importante que el base consiga encestar los tiros abiertos que están generando sus compañeros, aunque solo sea para evitar que los Bucks consigan un rebote sencillo y una ocasión para correr.
¡Que nadie se baje del tren todavía!
Me parto los cojones. pic.twitter.com/KjeFEa3FDj
— El Despacho (@DespachoCeltics) 25 de abril de 2018
A Marcus Morris se le ha pasado el guiso
En España tenemos una expresión popular, la cual tiene origen en la «Letrilla Satírica III» de Francisco de Quevedo, que dice: «Juan Palomo, yo me lo guiso, yo me lo como«. Se suele usar tanto de forma negativa, para hablar de egoísmo, como de forma positiva, para hablar de la autosuficiencia.
Marcus Morris es un Juan Palomo de manual, y en los dos primeros partidos de Playoffs jugados en Boston el guiso le estaba quedando cojonudo. Promediando 32.5 minutos, 15.5 tiros de campo (anotando el 47.5%), con un 5 de 10 en triples, para una media de 19.5 puntos a los que aliñó con 6 rebotes por partido, no dejó ni un poco del preciado manjar que estaba cocinando. El gemelo era un martillo que salía como refresco y no dejaba a nadie indiferente. Se aprovechó muy cruelmente del desastre defensivo que es Jabari Parker, y supo encontrar sus tiros «cómodos» de la manera especial en la que solo él lo hace. Pero su preciado plato no soportó el cambio de estadio.
Una vez llegados a Wisconsin, Marcus Morris comenzó a bajar sus promedios de manera alarmante. Con un mal tercer partido (como el del resto del equipo), Morris no ha conseguido volver a encontrarse en la serie. Ha pasado de rozar los 20 a casi no llegar a 10 puntos por partido, anotando solamente el 27% de sus tiros fuera de casa, perdiendo balones y dejando el guiso con un sabor bastante amargo.
Stevens decidió bajar la alineación en el Game 5, algo de lo que hablaremos más adelante, pero optó por guardarse a Morris en el banquillo, sabiendo que necesita de su plus anotador para que la segunda unidad no se hunda. Si bien en este último partido ha conseguido elevar sus porcentajes, los Celtics necesitan la mejor versión de este cocinero para poder soportar las hambrunas de las primeras rotaciones, y será clave que vuelva a encontrar ese punto justo de sal en el que se desenvuelve como pez en el agua.
Éramos pocos y parió la abuela
Hoy me ha dado por el refranero español, que es muy rico y variado. “Éramos pocos y parió la abuela” es una expresión que se emplea en aquellas situaciones en las que ocurre algo malo y las cosas empeoran de manera inesperada. En otro sentido, también se utiliza para indicar cuando hay muchas personas en un lugar y llegan más de manera imprevista.
Teníamos poco trabajo con ocuparnos en estos Playoffs de Antetokounmpo, Middleton, Bledsoe, Brogdon y compañía, que tuvieron que aparecer dos jugadores desparecidos en Boston, Maker y Parker, para complicar más la serie.
Jabari Parker no pudo jugar en los dos primeros partidos. Cada vez que el jugador salía a pista, los hombres de Stevens lo atacaban sin piedad, dejando a la luz un agujero enorme en la defensa de los Bucks con el que Prunty no podía lidiar.
Al llegar a casa todo cambió, y tras promediar unos escasos 12 minutos en sus dos primeras apariciones, en los que anotó 1 de los 7 tiros que intentó, Parker ha pasado a jugar 29, en los que ha intentando un total de 37 tiros anotando más de la mitad ellos. El número 2 del Draft 2014 ha encontrado su hueco como revulsivo de una segunda unidad apática, peleando todos los rebotes y anotando aprovechando despistes de la defensa de los Celtics.
Thon Maker, tras no jugar en el primer partido, y tras aparecer un minuto en el segundo, ha visto su promedio aumentar hasta la friolera de 26 minutos de media, gracias a la lesión de su compañero John Henson, que le ha venido de perlas a su equipo.
Con una supuesta charla con Kevin Garnett de por medio (denle el número 5 a Semi Ojeleye, se ha acabado el dilema), Maker saltó al tercer partido de Playoffs con una energía brutal que destruyó por completo a unos Celtics que se estrellaron una y otra vez contra el espigado sursudanstraliano. El jugador promedió 5 tapones en ambos partidos de local, encestando 3-4 triples en el game 3, y 2-5 en el cuarto, aportando más de lo que los Celtics podían soportar.
El quinto partido fue otra historia, su toque desde fuera despareció (0-3), y no consiguió ningún tapón, ya que los locales supieron contrarrestar sus ganas con inteligencia, sacando el balón hacia fuera antes de que pudiese apagar sus luces.
Los Celtics destinan muchos recursos en contener a Antetokounmpo, y es normal que secundarios tengan oportunidades como las que han tenido estos dos. Se suele decir que este tipo de jugadores pierde efectividad fuera de casa, así que es probable que tengamos que soportar alguna que otra actuación destacada realizada por alguien poco habitual.
Los pilares de cada equipo
Si bien hemos visto que algunos actores secundarios han salido intermitentemente para aupar a su equipo a la victoria, son cuatro los jugadores que han sostenido durante estos Playoffs a sus compañeros, manteniendo un nivel medio bastante alto, y con partidos para enmarcar.
Por parte de los Celtics, Al Horford y Jaylen Brown, han sido las luces que brillaban hasta en los momentos más oscuros.
Horford promedia 18 puntos, 8.6 rebotes, 3.2 asistencias y 1.5 tapones durante una serie en la que ha tenido que absorber más protagonismo del que está acostumbrado. Aún con el bajón general de Wisconsin, el dominicano ha demostrado que es la base sobre la que giran las esperanzas de los Celtics, y Brad Stevens ha sabido colocarlo en una posición en la que ayude a su equipo a ganar.
Jaylen Brown lleva dos años en la liga, y en esto Playoffs está haciendo cosas con las que muchos veteranos llevan soñando años. Promediando 22 puntos, 5.4 rebotes y un 44% en tiros de tres, el sophomore ha remado contracorriente durante gran parte de la serie para mantener a su equipo a flote, consiguiendo canastas imposibles en momentos muy importantes.
Por parte de los Bucks, son obviamente Antetokounmpo y Middleton los que más importancia están teniendo para el éxito de su equipo.
El griego ha estado muy bien defendido durante toda la serie, y pese a ser el foco central de la defensa contraria, ha sabido ceder tiros a sus compañeros, encontrando fácilmente a jugadores abiertos para canastas sencillas. Con promedios de 25.4 puntos, 8.8 rebotes, 7 asistencias, convirtiendo un 60 % de los 16 tiros por partido que intenta, es cierto que ha bajado en muchos registros respecto a la temporada regular, pero se ha sabido adaptar aumentando su eficiencia y su número de asistencias. Es un bicho.
El caso de Middleton es especial, ya que tengo que medir mucho mis palabras para no insultarle cada dos líneas. El escolta está cuajando una serie brutal, promediando 25 puntos por partido, con un 57% en tiros de campo y un 60% en triples. No es que viniese de hacer una mala temporada, con medias de 20 puntos, con un 47% en tiros de campo y un 36% en tiros de tres, pero es que su actuación en estos playoffs roza lo mesiánico.
Va siendo hora de quitarle el San Benito de «jugador más infravalorado de la NBA», porque cuando casi todos piensan eso, el título pierde sentido. Middleton está buscando el missmatch continuo, pero es que cuando los Celtics consiguen defenderle bien, el tío sigue metiendo canastas al borde de que se termine la posesión. Otro bicho.
El Proyecto Semi Ojeleye
10, 17, 23, 5 y 0. Esta es la serie de minutos que ha disputado Greg Monroe durante los cinco primeros partidos, y no creo que su situación mejore.
Todo parte de la lesión de John Henson, titular indiscutible, que forzó a a Prunty a probar cosas nuevas. En el quinteto inicial está comenzando con un Zeller que no ve mucha más pista, otorgando los minutos del lesionado a los ya mencionados Maker y Parker, bajando mucho las alineaciones cuando juega con el griego de cinco.
Esta dinámica ha forzado a Stevens a compensar con más small-ball, y cuando hablamos de jugar pequeño, Stevens no iguala, siempre sube la apuesta. En un giro de acontencimientos digno de cualquier película de domingo por la tarde, los Celtics partieron en el quinto partido con Semi Ojeleye de titular, un jugador que había promediado 11 minutos en el resto de la serie (jugando un solo minuto en el game 2), que terminó jugando 31, y nada fáciles.
La misión que se encomendó al proyecto Semi Ojeleye era simple pero difícil de ejecutar, tenía que defender a Giannis Antetokounmpo. Aún con Horford en pista, era el rookie el que debía encargarse del mejor jugador contrario, y lo hizo francamente bien. Se emparejaron 40 veces, y lo limitó (con ayuda del equipo) a solo 10 tiros de campo, 5 estrictamente contra él, de los que le anotó 3. Semi denegó muchos tiros al griego, que solo podía anotar desde posiciones poco efectivas que tampoco está buscando asiduamente.
Good minutes for Celtics rookie Semi Ojeleye last night. Some impressive possessions guarding Giannis and solid activity on the boards. Feel and shooting consistency still have room to grow but valuable piece in the playoffs because of his defensive chops. pic.twitter.com/4lh3SrjYbe
— Mike Schmitz (@Mike_Schmitz) 25 de abril de 2018
Veremos la estrategia que sigue Stevens para el sexto, ya que los rookies suelen bajar su rendimiento fuera de casa. Puede que un Baynes que ha visto bajar en 12 sus minutos vuelva a salir de inicio, aunque el proyecto Semi Ojeleye ha dado sus frutos. Es importante contar con jugadores versátiles que puedan parar a unos ciervos en estampida, y pese a que el australiano ha realizado una gran labor, sobre todo marcando a Antetokounmpo, está sufriendo contra los perimetrales.
Balones a papi
Esta es cortita, los Celtics son mejores cuando Horford lleva las riendas. Necesitan que el dominicano maneje los tiempos de estos Playoffs y produzca como base. En Wisconsin no se hizo esto, y tras volver a casa Stevens le volvió a dar los mandos al que sabe.
Cuando el resto está acertado, Horford no necesita tener tanto peso, en los primeros dos partidos no pasó de un 16% de uso. En el tercer partido aumentó a 28%, en el cuarto bajó al 15%, y subió hasta el 32% en el quinto.
Cuando las papas queman…
Marcus Smart, el Miguel Ángel del vertedero
Qué bonito apodo que le puso Javier R. Rodríguez al bueno de Marcus. Y es que volvió para el Game 5 de esta primera ronda de Playoffs, y cómo se le echaba de menos.
Cuando un jugador que se ha lesionado la mano tirándose al suelo, lo primero que hace es tirarse por un balón suelto y caer sobre esa mano lesionada, sabes que va a dar todo por el equipo.
MARCUS SMART, SIEMPRE EN MÍ EQUIPO. pic.twitter.com/qswsBhijJ5
— El Despacho (@DespachoCeltics) 29 de marzo de 2017
El base imprimió de tenacidad a una defensa falta de chispa, y volvió a surgir con esas jugadas imposibles que valen partidos. Los Playoffs son su territorio, y jugadores como Smart valen dinero, bastante dinero.
Es probable que la vuelta del #36 tuviese que ver algo con la «mala» carta de tiro de Middleton, aunque contra Smart se marcase un 5 de 9. Lo cierto es que el escolta de los Bucks bajó durante un partido al terreno de los mortales, y los Celtics lo agradecieron.
El día 26 de abril se enfrentarán ambos equipos en un sexto partido que puede finiquitar la serie. Con unos Celtics con energías renovadas, y unos Bucks que vuelven a un estadio en el que dieron la vuelta a la serie, veremos si hace falta volver al TD Garden.