El año pasado cerrábamos la temporada con la esperanza a flor de piel. Muchas sensaciones positivas generadas desde situaciones negativas imprevistas, como la lesión de Gordon Hayward y Kyrie Irving, pero con el paso al frente de los Jays, la aparición de Terry Rozier y las finales de conferencia inesperadas. Este año ha sido todo lo contrario, los Boston Celtics han vivido una pesadilla constante, ciclotímica y frustrante… como la personalidad misma de su líder.
Si hace 12 meses estábamos sorprendidos y rescatábamos las dotes de un Kyrie Irving presente en todo momento, declarando con coherencia, apoyando a los jóvenes cuando debía hacerlo, dándole una mano al entrenador desde el lugar de la experiencia, este curso ha tirado todo por la borda y deja a todos mirando el devenir con más dudas que Jaylen Brown tirando libres.
Buscando culpables en los Boston Celtics
Pareciera que recorrimos todo el curso, desde la pretemporada hasta hoy, esperando algo que ya se sabía que no funcionaba. El problema principal hemos sido todos nosotros, por creer en que en algún momento el milagro se iba a producir, pero estaba claro que solo eran esperanzas infundadas.
La dinámica fue siempre la misma: desconexiones en cancha, una ofensiva que no encontraba identidad, jugadores que no sabían su rol, nula química deportiva, apatía, etc. Tras varios partidos de esta manera, venía un resurgir esperanzador, que se esfumaba tan veloz como había aparecido.
“Esto los Boston Celtics en diciembre lo arreglan”. “Las pruebas de Brad Stevens este año se retrasaron”. “Después del All Star definitivamente aparecerá el equipo”. “La gira por el Oeste es la última chance”. “Son los Playoffs, no hay vuelta atrás… ahora sí”. Me atrevo a decir que fueron todas, o la gran mayoría, mentiras o falsas ilusiones que nos decíamos a nosotros mismos para tratar de no ver la cruel realidad. El equipo era eso, ni más ni menos.
Los primeros responsables son los jugadores, y en esto no se pueden esconder, dado que son los que salen a la cancha a jugar los partidos, desde la cabeza y líder de grupo como es Kyrie Irving, hasta el rookie Robert Williams. Todos y cada uno deben hacerse cargo del fracaso de no haber podido encontrar una dinámica grupal positiva durante 91 partidos.
Solo ellos sabrán internamente lo que ocurrió, pero la cuestión de roles y egos fue un tema que estuvo latente durante el transcurso de la competencia, y por más que lo quieran negar, existió: “Soy el que más tuvo que sacrificar y relegar este año”, dijo Rozier al finalizar el quinto partido, entre frustración y no entender que esto se trata de dejar los egos a un lado en pro de un equipo.
«Creo que nadie estaba preparado este año en términos de cómo iba a ser el circo:las rotaciones, los medios de comunicación, todo, y como equilibrar todo eso». «No sabía cómo iba a ser, así que definitivamente he aprendido mucho y mi enfoque será diferente de aquí en adelante. No creo que alguien estuviera preparado para lo que trajo esta temporada «.
Las palabras de Jaylen Brown hablan por si solas, nadie supo manejar la situación, pero principalmente ha sido su líder quien más ha flaqueado en este sentido. Sean Grande comentaba en The Bill Simmons podcast:
«La temporada tuvo un antes y un después de que Kyrie en NY dijera lo que dijo, a partir de ese momento el ambiente cambió para siempre». «No sé si Kyrie podrá reparar el daño que hizo, quizás si el primero de julio dice: «Es mi culpa, intentémoslo de vuelta». «Pero no lo sé, la gente en la ciudad está muy enojada».
El “Yoismo” fue lo único que escuchamos por parte de Kyrie Irving durante gran parte del año, incluso en la última serie siguió con esta tónica. El gran desafío de liderar a la franquicia más laureada de la historia le quedó tan grande como chico vio el aro frente a Bledsoe. Si, ese Bledsoe que había sido ridiculizado por Rozier 12 meses atrás.
Lo peor de todo fue el daño que ha hecho su comportamiento ciclotímico. Pasó de: “Voy a firmar la renovación con la franquicia”, a “quiero ser agente libre”, a “voy a hacer lo mejor para mi y mi familia”, sin pensar que esos aires de diva lo único que hacían eran perjudicar la química del equipo.
Kyrie Irving equivocó los caminos de liderazgo y voy a partir una lanza por él teniendo en cuenta que es su primera experiencia siendo el principal foco. Los Boston Celtics no son mejores sin Kyrie, pero tampoco ha hecho mejores a sus compañeros y he ahí el gran problema de este curso. Contagió sus múltiples estados de ánimo y perjudicó las dinámicas internas, pero, es joven y puede aprender y por eso todavía guardo esperanzas en que sea parte de la curva de aprendizaje.
Gordon Hayward, segunda espada de los de Massachusetts, tiene las mayores excusas en cuanto a no haber podido retornar en el mejor estado de entrenamiento posible, siendo que la lesión ha sido gravísima, que la química con sus compañeros no se sabía cómo iría, etc, etc. Tras este verano ya no habrá más justificativos que apañen la apatía que mostró en determinados momentos y que, con atenuantes, han preocupado a todos.
Cuando el plantel se reduzca por cuestiones contractuales naturales, se verá como quedan las piezas para el próximo año, pero la lección tiene que haber sido aprendida por TODOS.
«Es bueno para todos nosotros «. “Ciertos momentos de adversidad es buena para ti. Moldea el carácter y te hace más sabio de cara al futuro. Esto nos va a beneficiar a todos. Como he dicho, vives y aprendes «.
Marcus Smart dejaba estas palabras al retirarse del último contacto con la prensa. Todos esperamos que sea como dice, los mayores responsables son los jugadores veteranos y con peso específico, por eso no me meteré con los Jays, ni con el propio Smart, pero para Kyrie hay un faro en donde moldearse y guiarse: se llama Al Horford.
Brad Stevens y el mea culpa
Después de su primer año en la liga, dónde ganó tan solo 25 partidos y reconoció que por momentos dudó en si realmente este era su lugar, Brad Stevens había acariciado las mieles del éxito y el reconocimiento de todos como uno de los mejores coach de la NBA. En el año en que mejor material humano disponible tenía fracasó estrepitosamente.
Creo en Brad como nadie, pero este año no ha podido manejar ese vestuario. Dio mucha soga cuando tendria que haber sido un poco más exigente con apegarse a los planes de juego y la ejecución. https://t.co/45EBYy8YMz
— Andrés Villar (@avillar9) 9 de mayo de 2019
Las cosas ya no pintaban bien en pretemporada. La inserción de Hayward en la alineación titular fue un fracaso, la formación baja mataba a Horford, y los Jays no encontraban su sitio. Otra vez, los cambios se demoraron, cuando al fin lo hizo, duró tan solo un par de semanas para volver a la dinámica de la irregularidad, esta vez, en la segunda unidad.
Los tiempos muertos tarde y la insistencia en cosas que no funcionaban son cuestiones perdonables, porque sabemos que Stevens al final de cuentas termina siempre ajustando, por eso no me quiero quedar en esto. El fracaso más grande del entrenador fue en la gestión grupal y en no haber podido inculcar una línea de juego en la que los jugadores puedan descansar en los momentos en que el aro se cerraba.
Cuando Kyrie no pudo liderar al grupo, Stevens tendría que haber roto un poco su libro de dejar hacer a los jugadores para guiar a todos hacia el camino de la ejecución, del plan en conjunto, el que mostraba la mejor cara de los Boston Celtics.
«Fue frustrante, para (Brad) también. No fue fácil para él, ya sabes». “Tiene que pasar por esas pruebas y tribulaciones también. «Él es un entrenador joven, es un gran entrenador, esta situación solo lo va a mejorar aún más «.
Como dijimos anteriormente, Stevens no deja de ser la primera vez que pasa por esta situación y como Smart, confiamos en que muestre un aprendizaje de todo esto.
Danny Ainge y la boca del lobo
El General Manager está pasando por un momento delicado de salud y no es casualidad, por más que haya querido ocultarlo en esa máscara de “todo está bien” mientras se prendía fuego el chiringuito.
Jackie MacMullan lo decía en el podcast de Simmons: “este equipo no transmite seguridad de ningún tipo y le preguntas a Ainge y te responde que todo está maravilloso, ¡come on dude”!! La apuesta del directivo a jugársela 100% con este plantel salió mal y ahora perderá activos como Marcus Morris o Terry Rozier, sin ningún tipo de contrapartida.
Se apostó por esto y salió mal, ahora la pregunta más grande es saber qué va a hacer este verano, porque hay más dudas que certezas y la situación, aunque financieramente algo complicada, sigue siendo positiva si tomamos en cuenta los activos de la franquicia.
La renovación de Kyrie va a ser prioritaria desde las oficinas del Auerbach Center. Conservar al base es estratégicamente correcto desde muchos aspectos, o para formar un núcleo confiando en el jugador o porque lo quieras vender como activo al mejor estilo Blake Griffin.
El dinero se va a ofrecer, la pregunta es si Kyrie lo aceptará o se irá. A partir de ese momento, se verá a que apunta la directiva, porque el Draft obliga a los Boston Celtics a moverse (4 primeras rondas) porque Horford puede salirse de contrato y varias cuestiones más que analizará Jonatan en próximos días.
Lo concreto es que pocas cosas han sido positivas este año, eso quedará para mi próximo artículo, por ahora solo quería descargarme de alguna manera. Besitos, besitos Chau Chau.
Fuentes:
Declaraciones jugadores Masslive
Declaraciones Sean Grande y Jackie MacMullan: The Bill Simmons Podcast