Semana confusa para unos Boston Celtics que, tras perder dos partidos que fueron bastante peor de lo que pinta el marcador, contra Grizzlies y Bucks, supieron reponerse a la DEADline con victorias ante los propios Bucks y los Thunder de Wilt Chamberlain.
Antes de meternos en harina, os recuerdo que ayer hemos grabado nuevo episodio del Podcast Despacho Celtics. Podéis encontrarlo en Ivoox, ITunes y Spotify.
Tres horas de discusión sobre los últimos movimiento de Danny Ainge, que preceden a un debate sobre el trabajo del GM de los Celtics. Además, entramos a fondo en todos los posibles escenarios que podremos ver de aquí en adelante tras los traspasos realizados.
La línea
Suelo ser bastante positivo por aquí, dentro de lo que cabe, pero a día de hoy, solo veo oscuridad. Y es que tras hacer totalmente lo contrario a lo que había dicho, Ainge se ha puesto las cosas muy difíciles para el medio y largo plazo.
Es cierto que es probable que veamos cierta mejora del equipo de aquí al final de temporada. Se ha añadido una pieza muy interesante en Evan Fournier, y Moritz Wagner y Luke Kornet, son dos expirings que van a tener que «matarse» cada vez que salgan para ganarse un hueco en la liga. Dos puntos débiles, anotación y energía, se han cubierto de manera aprobable.
El problema recae en que, seguramente, estemos ante un alivio pasajero que simplemente tape heridas que vayan a sangrar más luego. El hecho de usar gran parte de la TPE de Hayward en un expiring, puede atar de manos y pies a los Celtics de aquí a varios años.
Como explicamos en el podcast, el equipo se encuentra en una situación salarial muy precaria. Sin talento, o resultados, que justifiquen pagar mucho lujo, Ainge necesitaba encontrar un activo más seguro de cara al futuro. ¿Lo ideal?, haber encontrado una salida para Tristan Thompson, y un jugador con varios años de contrato que cubriese alguna de las necesidades claras que tienen los Celtics. Por ejemplo, el ahora excompañero de Fournier, Terrence Ross. ¿El problema?, que obviamente no hubiese costado solo dos segundas rondas.
La realidad es que el equipo de Boston no tiene prácticamente espacio para firmar a nadie en verano (salvo los 11 millones que quedan de la TPE, aunque son difíciles de usar), y esa herramienta que generó el traspaso de Hayward era la última baza para añadir una pieza importante.
Ahora, en la recta final del año, Danny Ainge tiene que ir decidiendo qué hacer con Fournier, un jugador que viene de su mejor año, y que cumple 29 en unos meses. ¿Va a pagarle lo que pida?, ¿ha conseguido un acuerdo previo modesto que favorezca a los Celtics?, ¿va a dejarlo ir sin más?, ¿su idea es conseguir otra TPE en verano?
Todas estas preguntas intentamos contestarlas en el podcast, pero, desgraciadamente, creo que estamos más perdidos que el propio Ainge. Sinceramente, veo este movimiento como un coletazo de alguien desesperado al que no le han salido los planes iniciales, y que busca poner un filtro bonito a una foto que, desde que la hiciste, sabes que no ha salido bien.
Si el GM decide renovarle, y no es por un precio bajo, los Celtics estarán atados a un destino que, necesariamente, va a llevar a Marcus Smart o Kemba Walker a otra franquicia. Sino lo renueva, o pierde la TPE, o consigue otra más pequeña, con la que alargar un poco más una ventana cada vez más cerrada.
Es cierto; es cierto que el verano todavía está ahí, y que Ainge podría hacer ciertas cosas que mejorasen el panorama del equipo. Buscar algún tipo de solución a este pozo económico en el que se ha metido, pero lo veo muy complicado. Por ejemplo, ya están saliendo rumores sobre una posible persecución de media liga a Bradley Beal.
En conclusión, en esta deadline tan importante, Ainge ha hecho la única cosa que era peor que no hacer nada. Espero equivocarme, pero creo ha cruzado una línea roja, y no va a poder dar marcha atrás.
El presente
A 29 de marzo de 2021, sin más preocupaciones que el baloncesto, tengo que decir que los Celtics están jugando mejor. Desde la vuelta del Allstar, con muchos altibajos, se venía viendo cierta progresión actitudinal que hacía falta, pero desde hace unas semanas, algo que ha acentuado la deadline, los Celtics están jugando a otra cosa.
Las cosas claras, seguimos sin defender a nadie y es algo que no tiene pinta de cambiar, pero marzo ha sido un buen mes para la ofensiva de Boston. Con uno de los mejores Off-rating de la liga, y también en los puestos más altos en cuanto a efectividad, parece que los de Stevens están dando con una tecla que no habían podido encontrar.
Jugando más desde la distribución en el poste alto, y buscando canastas fáciles con cortes y más movimiento sin balón, los jugadores están encontrando fluidez en el juego, pudiendo aumentar el ritmo, y siendo más efectivos a la hora de buscar tiros. Siendo el 19º de la liga en triples intentados por partido con 34.2, en sus últimos 5 partidos llevan una media de 44, y aunque sea una cifra muy alta, la tendencia parece ser la de buscar más este tipo de tiros, sobre todo en jugadores como Jaylen Brown (39% en T3).
Con un récord de 23-23, el equipo se enfrenta a 7 partidos seguidos en casa, con público por primera vez desde hace más de un año. Un periodo definitorio para unos Celtics que, si quieren hacer algo esta temporada, tienen que salir con buen sabor de boca del TD Garden tras estas dos semanas. No queda otra, no hay más excusas.