Terrible semana para unos Boston Celtics que parece han tocado fondo. Derrotas ante Jazz, Pistons y Wizards, y victoria ante los Raptors.
Algo de luz y problemas que vienen de lejos
Los Celtics llegaban de una larga gira por el Oeste, que terminó con una derrota ante el equipo más en forma de la liga, y el primer partido en casa nos llenó el pecho de esperanza.
Contra los Raptors de Nurse, los Celtics mostraron una cara completamente inaudita en ataque, en defensa más de lo mismo, moviendo el balón, buscando las esquinas después de atacar la media distancia (algo que pedimos justamente en el último semanal), y los secundarios respondieron con una tremenda actuación desde el triple. Es cierto que era totalmente injusto pedir que se mantuviese tal nivel de acierto exterior, pero que la idea de juego durase más de un partido hubiese estado bien, para variar.
Realmente se ve a los jugadores cansados, a algunos totalmente fundidos (veáse a Jayson Tatum contra Wizards), y sin ganas de querer esforzarse para intentar jugar a un estilo de baloncesto que requiere de mentes despiertas y piernas ágiles. En los últimos partidos parece que se estén dejando llevar, intentando jugar a lo «fácil» y ver si les llega para conseguir la victoria y poder irse a casa.
Dentro de lo razonable, es normal. Tras cinco partidos en siete días, viniendo de una gira larga y viendo lo que queda de calendario (8 partidos por jugar en los próximos 13 días, con un back to back en casa), es lógico que se intenten regular, que se les note cansados y que alguna que otra noche, simplemente, estén por estar.
Si es de recibo explicar esto, también lo es volver a remarcar algo que se dijo, y muchas veces, antes de empezar la temporada: los Celtics son un equipo corto de talento.
Sabíamos que el plantel había mermado, que sus pilares son dos aleros de 24 y 22 años, que las soluciones en la agencia libre venían como un parche ante una situación salarial muy justa, y que el resto de integrantes de la plantilla, estaba formado por una panda de chavalitos que llevaban la inconsistencia como bandera. Sinceramente, mis pronósticos eran peores, visto lo visto.
¿De quién es culpa? Obviamente, en cuestiones de configuración de roster, todas las miradas tienen que dirigirse a Danny Ainge. Él es el máximo responsable, y sus buenas y malas decisiones, han llevado a los Celtics a su situación actual. Es cierto que su uso de los picks de primera ronda tiene que estar siempre en cuestión, salvando ciertos milagros de nombre Payton y de apellido Pritchard, su reticencia a incluir rondas en posibles traspasos (los cuales intuyo que seguramente no ocurrieron más por los jugadores llamados Jaylen o Marcus que se pedirían de contrario, que por un pick 20), tiene como consecuencia una plantilla muy joven, cuya inconsistencia viene de la mano del desarrollo de jugadores a los que, seguramente, todavía no se les puede pedir que asuman tanta responsabilidad.
Los ejemplos son claros. Los Williams tienen semanas en las que parecen titulares veteranos de la liga, y otras en las que parecen recién llegados. Ojeleye unos días parece Ray Allen, y en otros su mecánica de tiro varia más que la de un hermano Ball borracho. Nesmith muestra signos de mejora, pero no mete un tiro ni aunque le regalen un tractor amarillo. Romeo Langford se pasa la vida lesionado, y otros como Carsen Edwards y Tremont Waters, muestran ciertos destellos, pero claramente no están para ganarse minutos consistentes.
Por otro lado, los parches de «última hora» para intentar mantener al equipo en el top del Este, e incluyo a Kemba Walker porque entiendo que no era el plan A (la primera opción siempre fue el Irving-Hayward-Horford), han salido regular. El propio base, pese a su primera temporada All-Star, viene renqueando con lesiones de rodilla que le impiden mostrar su mejor nivel, además de tener que adaptarse a un nuevo rol muy distinto al que venía haciendo. Tristan Thompson cada día está mejor, y creo que nadie pensaba que Jeff Teague iba a mostrar tan pésimo nivel.
Se han ido de manera consecutiva, y sin dejar nada (TPE a parte), Irving, Horford y Hayward, más otros jugadores que están demostrando que fueron un acierto, como Terry Rozier, pero que no encajaban con el equipo en aquel entonces. Una pérdida de talento brutal, una sangría tremenda que no se ha podido parchear por motivos salariales. Cualquier traspaso grande, y por grande me refiero a alguno que incluya estrellas, hubiese requerido desprenderse de uno de los Jays, y es algo que Ainge no está dispuesto a hacer, y sinceramente, lo entiendo.
Comprendo que prefieras agarrarte a lo seguro e intentar construir alrededor de Tatum y Brown, pero obviamente todo lo que ha ido pasando, tanto la mala suerte como las malas decisiones, han ido ahorcando a un General Manager que, por primera vez en mucho tiempo, debería empezar a notar su asiento algo caliente. No estoy pidiendo su despido inmediato, obviamente, pero lo que está claro es que los Celtics necesitan que Danny Ainge haga algo, y pronto.
Las opciones no están claras, y el uso de la TPE, históricamente, no es algo que resulte sencillo. Las declaraciones de Ainge, por lo menos, indican un cambio en su estrategia frente a la llegada de la deadline. La urgencia de sus palabras, admitiendo la necesidad de moverse e, incluso, especificando los deseos de la franquicia, resultan llamativos visto sus declaraciones de los últimos años. Es necesario suplir el hueco dejado por un Gordon Hayward al que muchos de sus detractores el año pasado deberían estar echando de menos.
Unos Celtics faltos de ideas
En cuanto al juego, se debe repartir la responsabilidad entre jugadores y cuerpo técnico, obviamente. Brad Stevens y sus colegas no tienen la culpa de tener que experimentar cada dos días con nuevas alineaciones debido a las bajas, pero si que pueden tener responsabilidad por no intentar cambios más drásticos o seguir usando determinadas estrategias que no funcionan.
Tampoco creo que el cuerpo técnico tenga la culpa de que sus jugadores se pierdan en defensa (sobre todo teniendo en cuenta que no están pudiendo entrenar), o de que se decida no mover la pelota, se fallen pases fáciles o se cometan pérdidas tontas. No creo que sea justo pedir que Stevens les eche una bronca a sus jugadores, al más puro estilo Laso, para motivarlos. Lo primero porque no encaja con su personalidad, y lo segundo porque estamos ante profesionales con una edad, que no deberían de necesitar que les griten para saber que tienen que salir con ganas a jugar un partido.
Me cuesta mucho, viendo todas las circunstancias alrededor del equipo este año, pensar en el cuerpo técnico como responsable total del estado actual del equipo.
En definitiva, y si has llegado aquí lo siento por la parrafada y gracias por quedarte, entiendo que la situación de los Celtics no es ideal, aunque previsible, y que el equipo necesita cambios, ya sea de fichas o de estrategia, para volver a ser un equipo competitivo. Las opciones son limitadas, la situación externa no ayuda y el calendario no va a ser indulgente, esperemos que jugar en casa ayude (los Celtics son el equipo que menos partidos ha disputado en su cancha), y que para finales de este febrero tan largo, pueda escribir que las cosas están mejor.