Tres derrotas, contra Jazz, Cavaliers y Kings, y una victoria al final de la semana para unos Boston Celtics que no consiguen levantar cabeza. Se acercan días movidos, que suelen terminar en nada, pero los rumores empiezan a cargar el aire alrededor de la franquicia. ¿Se moverá Danny Ainge?
Recuerdos de Vietnam
No me gusta ser pesimista, pero tras los partidos contra Cavs y Kings, las declaraciones y el ambiente alrededor del equipo me recordaron una época reciente que quería borrar de mi mente.
Y es que, con los jugadores hablando de no divertirse jugando al baloncesto, no podía pensar en otra cosa que en los Celtics de Irving. Porque seamos claros, ese equipo se llevaba bien fuera de la cancha, como el de este año, pero la falta de química dentro era evidente.
Obviamente el talento es mil veces menor, pero está claro que hay ciertos problemas de entendimiento que no está claro que se puedan solucionar con ciertos cambios. Las sensaciones no eran malas tras los primeros partidos después del parón. Los Celtics parecía que habían recuperado algo de intensidad, perdían contra los mejores de la liga, con razón, pero mostraban otra cara.
Llegaron partidos contra equipos supuestamente peores, y volvieron a caer en los vicios de siempre. Esta plantilla juega habitualmente como sino tuviese que demostrar nada. Juega como si tuviese el talento para permitirse no darlo todo todas las noches. Juega como un equipo grande con talento de equipo mediocre. Por eso pierden tanto.
Estamos acostumbrados, en la era Brad Stevens, a que equipos con poco talento sean capaces de producir por encima de sus posibilidades. Pero esas plantillas estaban cohesionadas hasta el extremo, unidas por un objetivo común. Jugaban con esa chispa que te hace dar más de lo que creías poder dar, simplemente por demostrar que puedes hacerlo.
Los Boston Celtics de este año no tienen identidad. No sé a qué juegan. No puedo deciros sus puntos fuertes. Nada. Otros equipos de Stevens con menos talento que los contenders, llegaban a lo más alto con defensa y dureza. Estaban conectados, todos a una. A día de hoy no están ni cerca de eso.
Será 2021. No me gusta dar excusas, pero es complicado analizar de manera objetiva un año como este. La temporada está siendo muy rara, obviamente la configuración de plantilla es deficiente y, en palabras de Marcus Smart, los jugadores han pasado por problemas personales que han afectado al rendimiento en pista. Se nos olvida que son humanos.
Es normal que no rindas igual en tu trabajo después de vaciarte de energía en casa. Es normal que preocupaciones de fuera afecten a tu juego. Son millonarios, ya lo sé, cobran mucho, ya lo sé, pero siguen siendo personas. Y están haciendo un curso muy malo, las cosas como son, pero hay que admitir que estas últimas temporadas no se pueden medir con la misma vara que las pre-COVID.
Sigo esperando algo de mejoría conforme se ganen algunos partidos. Al equipo le falta confianza, se nota que cuando las cosas salen en ataque todos están más centrados atrás. Se viene una semana muy complicada, con doble partido contra los Bucks, y puede que, para cuando me toque escribir el siguiente semanal, la temporada de los Celtics esté ya definida, para bien o para mal.
Baño turco
Entremos en materia, que todos tenemos ganas. Los rumores de la semana, de la mano de The Ringer y de The Athletic, son los siguientes:
Aaron Gordon y Evan Fournier.– Ambas páginas web coinciden en que los Celtics están interesados en el alero de los Magic. Parece que el precio son dos primera rondas y algún jugador joven, pero Gordon ya ha pedido el traspaso, acto que seguramente haga bajar su valor.
Parece que los Celtics ya han mantenido conversaciones con Orlando, aunque equipos como Minnesota Timberwolves, Portland Trail Blazers y Denver Nuggets también han preguntado.
El precio no parece descabellado por un jugador que encajaría bien y con contrato hasta verano de 2022. El tema salarial puede ser un problema, no queriendo los Celtics entrar en lujo este año, lo que supondría desprenderse de piezas como Marcus Smart o Tristan Thompson.
En el caso del francés, puede que la salida de Gordon precipite más movimientos por parte de los Magic, y Fournier, con su contrato expiring, podría interesar a Boston.
John Collins y Bogdan Bogdanovic.- Los Celtics habrían preguntado por ambos jugadores, según las informaciones. En su día, con el serbio en los Kings, Ainge ya se interesó por su situación, y Collins es uno de los caramelos más ansiados por media NBA.
Los Hawks parecen interesados en Marcus Smart, y aunque improbable, de nuevo, los problemas salariales de los Celtics les forzarían a dejar salir contratos altos para no pagar excesivo lujo.
Norman Powell.- Básicamente toda la liga está pendiente de lo que pueda pasar con el mejor jugador de los Raptors a díade hoy.
Danny Ainge, a mediados de semana, hizo unas declaraciones que más bien parecían un paraguas preventivo. Según sus respuestas a varias preguntas bien tiradas, lo más normal es que los Celtics no hagan nada en esta deadline, no queriendo el GM perder ningún activo de valor en una temporada que, entiendo, darían por perdida.
Sin falta de lógica, sabiendo que poco de lo que puedas traer va a llevarte al nivel de los mejores, creo que se pueden hacer movimientos pequeños que mejoren algo el fondo de armario, sin perjudicar el futuro a medio plazo de esos preciados activos que tanto valora Danny Ainge. El jueves saldremos de dudas.