Semana de vuelta a casa para unos Boston Celtics que pasaron del calor de California al frío de Massachusetts, terapia que no parece haber servido para mejorar sus males. Derrota con paliza incluida ante los Clippers, y dos rácanas victorias ante Kings y Hawks, que dejan unas sensaciones grises en un equipo que tiene mucho que mejorar de cara a la fase final de la temporada.


El camino más corto no es siempre el mejor

 

Comentaba hace unos días Brad Stevens que los Boston Celtics toman muchos «atajos» a la hora de realizar su trabajo. El técnico dejó entrever su preocupación de cara a Playoffs, y varios jugadores han salido a la palestra criticando los fallos de comunicación, especialmente en defensa, que sufre el equipo.

Seguramente sea demasiado tarde para corregir algunas cosas, y puede que otras se maquillen con una preparación dedicada a ganar solamente a un rival en una serie a siete partidos, pero este equipo nos tiene acostumbrados a brillar por su buena defensa, y este año ha dejado mucho que desear.

En el último Podcast analizamos todos los puntos negativos que debían corregirse, pero aquí me voy a centrar en dos agujeros defensivos que me llaman más la atención: la transición defensiva y los despistes tras cambios de marca.

 

En el vídeo anterior, en la primera jugada, podemos ver como tras pocos pases los Clippers consiguen un tiro abierto muy fácil. En esa acción, Brown y Rozier no se entienden, se ocupan ambos del mismo jugador y Danilo Gallinari se queda solo para un triple frontal. Irving intenta corregir sin mucho éxito y el alero anota sin dificultad.

El error de la segunda jugada es más sencillo de ver, y mucho más difícil de cometer. Tras un pick central Al Horford sale a cubrir a Lou Williams sin mucha agresividad, mientras que Ivica Zubac corta hacia a canasta sin que el jugador que está en el lado débil haga la ayuda. El dominicano, tras un febrero muy bueno, ha vuelto a decaer y los Celtics notan su baja forma defensiva. Brad Stevens ya ha comentado que lo harán descansar varios partidos para que repose esa maltrecha rodilla izquierda.

 

 

Contra los Kings vimos más de lo mismo. Transiciones en la que uno o varios de los jugadores se pierden o cambios tras bloqueos que dejan desventajas en la pintura sin ningún tipo de ayuda.

En la cuarta jugada, por ejemplo, podemos ver como Jaylen Brown pierde de vista en una transición a su par, Marvin Bagley III, lo que provoca una canasta muy fácil. O en la quinta, en la que nadie cubre a Fox y entra en la pintura como un cuquillo en mantequilla caliente… ¡Fox on the run!

La última jugada del vídeo ejemplifica otro de los problemas, la falta de concentración. Los Celtics necesitan estar metidos en el partido cada minuto. Jaylen sigue a un Buddy Hield enchufado que busca un triple desde la esquina, pero parece que se cansa a mitad de trayecto y lo «suelta» un segundo. Ese despiste cuesta a los Celtics un tiro liberado.

 

El único héroe en este lío

 

Los Boston Celtics ganaban por 25 puntos a unos Atlanta Hawks que empezaban a buscar un sitio para almorzar tras el partido. Con tal ventaja, Brad Stevens decide al final del tercer cuarto introducir un grupo compuesto solo de suplentes, y la «apuesta» le salió fatal.

Los Celtics vieron su ventaja reducida a cero a falta de poco más de 4 minutos por jugarse, pero había un jugador en pista que no estaba dispuesto a dejar escapar esa victoria. Marcus Smart, en uno de esos finales a los que nos tiene malacostumbrados, salvó el papelón que estaba haciendo su equipo con una serie de jugadas que no se pueden definir sino como «winning plays«.

Tres robos en los instantes decisivos, para irse con cinco en total, que pusieron a los Celtics once puntos arriba y sellaron la victoria.

 

 

«Es uno de los mejores defensores de la liga», decía Trae Young. «Su agresividad, es muy competitivo, muy duro, listo. Es un muy buen defensor».

 

«Mis compañeros siempre me dicen que todo empieza por mí, que les pongo en marcha», decía Marcus Smart. «Sienta bien respecto a mi habilidad para cambiar los partidos desde la defensa, es algo único y crucial sobre mí. Además eso ayuda al equipo, así que tengo que ser capaz de hacerlo todas las noches».

 

Si Kyrie Irving no estuviese haciendo una de sus mejores y más completas temporadas, no sería una locura afirmar que el escolta de Texas está siendo el jugador más constante de la plantilla. Líder en «Steal %» (una estimación de las posesiones del rival que terminan en robo del jugador), 6º en robos por partido con 1.8 y 4º en robos totales con 124. Además, a este impacto habitual en el costado defensivo, hay que añadir su mejora en el triple, que tras un bache ha vuelto a niveles nunca vistos en el jugador (37% esta temporada cuando la pasada se quedó en un 30%).

 

«Jugamos muchos partidos que son apretados y que terminamos perdiendo, o muchos partidos en los que ganas al final, y él siempre hace esa jugada en la que le quita de las manos el balón al rival. Se hace con una pelota que no debería poder ni tocar, una pelota que muy poca gente puede tocar», decía Brad Stevens. «Confiamos en él para que haga eso, es lo que le hace único, hacer esas jugadas que otras personas no pueden».

 

Los Celtics ganaron a los Hawks en un partido que demuestra que pueden salir de esos baches, que son capaces de levantarse y hacerse con la victoria, igual que en el partido de esta semana contra los Kings. El equipo, al igual que Smart, no gana bonito, no gana fácil y no gana de la manera más ortodoxa, pero gana.

 

«Es un instinto. No mucha gente lo tiene, y la poca que lo tiene es tremenda haciendo eso», explicaba Marcus Smart. «Definitivamente es algo instintivo, y es algo que yo tengo».

Echando currículum

 

Los Boston Celtics siguen teniendo una plaza libre en su plantilla, y si bien nada indica que estén buscando con prisas alguien para completarla, puede que un jugador quiere ahorrarles el trabajo. Thomas Robinson, pick 5 del Draft 2012 por los Sacramento Kings, tras su paso por la liga china, ha firmado por los Maine Red Claws para intentar convencer a la gerencia de los Celtics de que es el hombre indicado para ese empleo.

El ala-pívot, que ha pasado sin pena ni gloria por varios equipos de la NBA, tuvo un buen papel en el Khimki ruso, y llega a la G-League con la intención de usarla de trampolín en un nuevo asalto hacia la mejor liga del mundo.

Desde Boston no parece que exista un interés mutuo, aunque es cierto que el jugador ya participó en entrenamientos otros años en situaciones similares. Los Celtics han tenido ciertos problemas con su rotación interior debido a las lesiones, y un jugador como Robinson podría servir para dar descanso a gente como a Al Horford, que pasa por un mal momento físico.