Semana navideña para unos Boston Celtics que bajan un puesto en el apretado Este tras ganar a Raptors y Cavaliers, y perder contra los de Toronto en casa. Habiendo visto ambas caras de la moneda, los de Brad Stevens llegan a final de año con buenas sensaciones, pero con patinazos excesivamente graves. Serán estas fechas de dicha y felicidad…
Jaylen Brown, el sobrepagado
En la NBA, cual dogma, siempre se ha dicho que un jugador tras firmar un gran contrato se deja llevar. Esto viene de la mano de ese espectacular «año de contrato» que se suele marcar previamente. En el caso de Brown, esa preparación de contrato se dio desde el banquillo, en un rol limitado, y con muy pocos frutos, y tras engañar a Danny Ainge para recibir una millonada en su extensión, Jaylen no ha defraudado, y no se está mereciendo lo que cobra. ¡Vaya robo!
Y es que estamos hablando de un ladrón en toda regla. Un experto en el arte de privar a los demás de lo que legitimamente les pertenece. Este astuto malandrín, capaz de obtener con su labia y buenas maneras beneficios en situaciones en las que otros simplemente se tropezarían con su propia sombra, ha conseguido engatusar a uno de los hombres supuestamente más inteligentes de la escena, bien conocido por su compostura en el arte negociador, y ciertamente alguien del que no te imaginarías que saliese perdiendo un trato. Danny Ainge lo ha vuelto hacer.
El General Manager de los Boston Celtics, de nuevo, y como ya pasase con Marcus Smart, ha conseguido que un contrato de 115 millones parezca una miseria viendo los resultados. Jaylen Brown, que en su día luchó por conseguir lo más cercano al máximo de 170 millones, se terminó conformando con unos 107 más incentivos, en lo que la mayoría calificaron como uno de los mayores errores de la gerencia del equipo. Bien, se equivocaron. El alero está jugando a un nivel All-Star siendo, junto a Kemba (y esto son palabras mayores), el mejor y más consistente de los Celtics. Esta semana ha firmado dos partidos de 30 puntos, promediando más de un 50% en triples en 19 intentos, y está temporada está anotando 20 por partido, con un 40% en triples y más del 50% en tiros de campo.
¿Se merece lo que cobra?. No. Porque un ladrón de guante blanco (juega mucho al golf), y sonrisa de diablillo, lo ha conseguido de nuevo. Ya sabemos que esta podrida sociedad identificaría como delincuente a uno antes que a otro, pero amigos, las pruebas son irrefutables, hay manchas de guacamole en ese contrato.
El amigo de los árbitros
Si te apellidas Theis, juegas de verde y tus brazos son más largos que un día sin pan, ten cuidado, podrían estar pitándote una falta en este mismo instante. Y ya sabemos que nos quejamos mucho del arbitraje, que somos unos pesados, llorones, bla, bla, bla… ¡no!, estamos tratando un tema serio. El trato que recibe Daniel Theis por parte del cuerpo arbitral de la NBA es uno de los peores que he visto en años, y «convivo» con argentinos, se quejan de todo, se quejan tanto que llega un punto en el que sus lamentos son como ruido blanco, no los adviertes, lo pasas por alto, pero en este asunto su descontento tiene justificación, y cualquiera que vea los partidos se ha tenido que dar cuenta.
Obviamente el trabajo del alemán de los Celtics es complicado. Un cinco bajito, no muy fuerte, que tiene que pelearse contra jugadores normalmente más grandes y es el encargado de las labores más oscuras: un bloqueo para que usted haga la bandeja sin problemas, un rebote ofensivo para olvidarnos de la piedra que te has tirado, ¿no pasas el bloqueo? ya me quedo yo con el base, así hasta el infinito. Y esa labor conlleva sus riesgos, y las faltas son normales, pero es que Theis respira y le pitan técnica.
Hasta sus compañeros están intentando arreglar su problema, siendo Kanter el que ha ofrecido la primera solución:
«Le he dicho que hable con ellos antes de los partidos, una charla cordial», comentaba el turco. «Tienes que hablar con ellos, llamarlos por su nombre, no tío o cosas así. Les das la mano, les preguntas si está todo bien, les llamas por su nombre y te empiezas a ganar su respeto».
Ya sabes, Daniel, como diría Patrick Rothfuss, conocer el nombre de alguien te otorga mucho poder sobre él, así que ponte las pilas y empieza a memorizar.
The home of the free
Terminamos comentando una buena noticia, y es que Enes Kanter pudo salir de los Estados Unidos en dirección a Canadá para enfrentarse a los Raptors el día de Navidad. Para muchos puede ser algo rutinario, pero debido a los enfrentamientos del turco con el gobierno de su país (podéis leer un breve resumen sobre el tema aquí), el jugador había rechazado salirse de las fronteras de Estados Unidos por miedo a un arresto,o a posibles represalias por su activismo en favor de los derechos humanos.
El propio Kanter comentaba emocionado que, debido a su lucha, lleva años sin poder ver a su familia, con miedo a viajar, y recibiendo constantes amenazas de compatriotas por su posición contraria al mandatario turco, Erdogan.
Gracias a las buenas intenciones del gobierno de Canadá, que aseguró su protección y afirmó que no iba a cumplir las peticiones del gobierno turco, el jugador, por fin, pudo salir del país para hacer su trabajo y reforzar su mensaje.
Los Boston Celtics, terceros del Este, terminarán el año jugando contra los Hornets el martes, y abrirán el 2020 contra los Hawks en el TD Garden. Un servidor les desea a todos muy feliz fin de año, y un prospero año nuevo.