Desde aquella pareja interior formada por Kevin Garnett y Kendrick Perkins, los Boston Celtics no se han llevado bien con la zona pintada. Los Kelly Olynyk, Tyler Zeller y Jared Sullingers de turno, si bien no eran completamente desastrosos, nos han enseñado a no confiar en los más altos que vistan la camiseta del equipo de Boston. Es cierto que unas cuantas temporadas viendo a Al Horford y Aron Baynes aportaron cierta luz, pero el agujero es tan grande que no nos va a costar mucho volver a esa vieja costumbre, tan familiar como fría, de preocuparnos cada vez que la pelota naranja tenga la maldita intención de acercarse al aro.

Vale, igual peco de excesivamente pesimista y os aseguro que esa era mi intención. No os voy a engañar, y ya lo habréis escuchado si tenéis la decencia de pasaros por nuestros Podcasts: tenemos un problema. El talento medio del juego interior de los Celtics no es para nada bajo, sobre todo comparándolo con muchos de sus predecesores, pero sus capacidades son tan particulares, y coinciden tan poco en el mismo individuo, que Brad Stevens se encuentra ante un auténtico quebradero de cabeza.

Cuando uno es bueno reboteando y en ataque, en defensa no da pie con bola. Si otro es atlético e intimida, está verde y en ataque juegas con 4. Uno hace de todo regular, pero tiene las rodillas de papel, y si buscas a alguien con peso para parar a los más grandes, se lo van a comer los más pequeños. Entran un francés, un alemán, un estadounidense y un turco en tu pintura y…, necesito una tila.


 

Enes Kanter

 

El turco, más que posible titular, ya ha demostrado con creces en la liga lo que puede aportar a los Celtics. Presencia interior dominante en los rebotes, capacidad para anotar al poste y una nada desdeñable buena actitud en el vestuario. No es un mal combo, sobre todo en un apartado en el que el equipo ha flaqueado durante muchos años, pero se queda corto.

Es cierto que sus últimos Playoffs han podido marcar una pauta rescatable, mi compañero Andrés lo ha analizado, pero no lo puedes pedir peras al olmo, y la defensa interior de Kanter, tarde o temprano, se convertirá en un problema.

¿Compensarán sus virtudes a sus defectos?, ¿será viable juntarlo con Kemba Walker?, ¿conseguirá un triple decente? Muchas dudas respecto a la supuestamente mejor opción para Brad Stevens.

 

Kanter Celtics

 

Daniel Theis

 

Tras un segundo año bastante peor que el primero, el alemán se coloca como el tapado dentro de la rotación interior de los Celtics. Siempre que lo respete el físico, creo que es el jugador más completo del grupo, el que puede aportar un poco de cada cosa que pide Stevens, y si bien no es excelente en ninguna, el hecho de no restar en varios apartados puede ser la clave para que el sistema funcione.

Intensidad defensiva y en el rebote, envergadura, tiro decente, bueno en el pick and roll y cierta capacidad para cambiar y retener a los exteriores rivales. Si Theis está sano, y juega a un nivel similar al de su primer año, no me extrañaría que se ganase la titularidad a la larga. Es cierto que sufriría sobremanera contra centers corpulentos, pero hay que elegir el veneno.

 

 

Robert Williams

 

El sophomore, de manera similar a la de Theis, se encuentra en una posición interesante para conseguir hacerse un hueco este año. No tiene todo lo que busca Brad, en ataque flojea, pero si este verano ha mejorado su defensa, y puede explotar su físico sin cometer errores tontos, seguramente sea la mejor opción defensiva del equipo.

 

Vincent Poirier

 

Faltaba el francés para completar el chiste. El ex del Baskonia llega este año con lo que entiendo que es una promesa de minutos (él mismo dijo que no vendría a sujetar banquillo), y tras un mundial bastante bueno, con menos minutos de los que seguramente merecía. Un jugador joven, que ha mejorado mucho cada año, y que debería cubrir parcialmente el hueco que ha dejado Baynes.

«Me gusta hacer el trabajo sucio», dijo en el pasado Media Day de los Celtics, y de momento poco más podemos pedirle. Rocoso, grande y atlético, su presencia interior puede llegar a intimidar, pero sus fundamentos defensivos todavía no están pulidos del todo. En ataque aportaría algo similar a lo que puede hacer Time Lord, pero con una capacidad de pase muy explotable en el sistema de Stevens.

En costado propio, si bien su físico sería el mejor preparado para pelearse contra los pívots más dominantes, la defensa al poste no es su mejor faceta, y tenerlo en pista supondría un peligro constante en los cambios de marcaje (algo que con Baynes no pasaba).

 

Poirier Celtics

 

 

En definitiva: los tenemos así de grandes. Tanto por altura, como por atrevernos a jugar con ellos. Que Embiid nos pille confesados.