Esta es la ¿sexta? temporada que escribo la previa de temporada de los Boston Celtics y es, sin lugar a dudas, la más rara a la que me he enfrentado hasta ahora.

Si los primeros años correspondieron a sendos años de reconstrucción, los siguientes a un underdog que peleaba por meterse en unas hipotéticas NBA Finals y el curso pasado lo afrontábamos como aspirantes a todo por primera vez en una década (ha), ¿qué son los Boston Celtics a día de hoy? ¿Un underdog en una Conferencia Este nuevamente debilitada? ¿Un nuevo paradigma de mediocridad a lo  Atlanta Hawks?

Los Boston Celtics son un equipo en manos de sus jugadores jóvenes. Con tres veteranos más que contrastados en la NBA, Kemba Walker, Gordon Hayward y Enes Kanter, será el nivel de los niños lo que marque si la aguja de la brújula verde apunta más hacia un equipo contender o a uno mediocre; carne de caer en primera o segunda ronda de Playoffs, dependiendo del cruce.

Si Jaylen Brown y, sobre todo, Jayson Tatum dan el salto que se espera de ello desde las gradas y oficinas del TD Garden, los Celtics serán uno de los equipos con más recursos en ambos lados de la cancha desde esta misma temporada pero, si por el contrario, siguen una maceración lenta y su techo nunca coincide con el de Kemba y Gordon, quedan muchos años de 48 victorias por delante.

 

Quinteto titular

Qué jugadores serán los cinco en comenzar la temporada fue un tema que debatimos largo y tendido durante nuestro último podcast, y la verdad es que de nuevo nos enfrentamos a un curso lleno de incertidumbres. Aún así, la mayoría nos decantamos por el siguiente cinco:

  • Kemba Walker
  • Jaylen Brown
  • Gordon Hayward
  • Jayson Tatum
  • Enes Kanter

Parece bastante seguro afirmar que Kemba Walker y Jayson Tatum son los únicos jugadores que seguro partirán de inicio durante todo el curso, con el resto de los hombres bailando entre aquellos que serán titulares o actuarán como sexto hombre dependiendo de su estado de forma (Gordon Hayward y Marcus Smart) y los que alternarán entre la pista y la banca dependiendo del emparejamiento (Jaylen Brown, Enes Kanter, Grant Williams, etc.).

Es evidente que la plantilla está descompensada, con una abundancia de aleros y una carencia casi insultante de jugadores interiores. Por cada jugador de dos metros capaz de lanzar, botar y pasar falta un interior que sepa cómo defender sin tropezarse.  Además, dentro de los ya citados aleros, queda por dilucidar si Brad Stevens se atreverá a usar a Gordon Hayward como point forward a tiempo completo y/o a Jaylen Brown en posiciones interiores, como ya hizo Gregg Popovich durante la pasada Copa Mundial de Baloncesto 2019.

 

Los niños

Todos los especialistas coinciden en la gran labor realizada por Danny Ainge y su equipo durante el pasado NBA Draft 2019. Tras varios años apostando (y perdiendo) picks de primera ronda en jugadores con más potencial que calidad, este año se decidió por dar la oportunidad a jugadores con menos campanillas en su futuro pero más baloncesto en su presente.

Grant Williams y Carsen Edwards han sido dos estrellas en la NCAA listos para aportar con los mayores desde el primer día, mucho han de torcerse las cosas para que ambos no tengan largas carreras en la NBA. Por su parte, Romeo Langford, el pick más alto de los Boston Celtics, si bien se acerca más a las elecciones que hemos dicho que han quedado en el pasado, también era una jugador que había que coger sí o sí en una posición #14. Si se ha recuperado de la lesión que le lastró en su única temporada universitaria, Danny Ainge puede haberse llevado a uno de los mejores jugadores de esta camada a precio de saldo.

Todos ellos son jugadores profesionales que han demostrado tener los pies sobre la tierra y conocer a la perfección qué se va a esperar de ellos durante esta temporada. Las carencias de la plantilla pueden hacer que Edwards y Williams tengan la oportunidad de jugar muchos minutos y demostrar que están listos para jugar en la NBA. Romeo, pese a ser quizás el que más talento atesora, por juventud y lo sobrepoblada que está su posición, puede que sea el más cercano a Maine durante este primer año.

 

¿A qué van a jugar estos Boston Celtics?

Por composición de la plantilla, es inevitable no acordarse de los Boston Celtics de la temporada 2017, aquella que acabó con Isaiah Thomas como el quinto jugador más votado en la carrera por el MVP. El problema es que el jugador que catalizaba y hacia posible ese estilo de juego, Al Horford, se ha mudado a Philadelphia, donde always is sunny.

Puestos a comparar plantillas, si a algo se parecen estos Boston Celtics son a los de antes de la llegada del center dominicano, pero con mucho más talento. Es lógico pensar que Brad Stevens querrá explotar al máximo el talento de Kemba Walker, como siempre ha hecho con sus bases, por lo que podría poner el balón en mano de un Gordon Hayward que en Utah ya demostró tener la capacidad de soportar sobre sus hombros todo el sistema ofensivo de un equipo. Esto liberaría a un Kemba Walker que es realmente bueno jugando off-ball de la atención de los defensores y le permitirá llegar mucho más fresco a los finales de partido. No es nada nuevo, durante el primer año del enano en Boston, Evan Turner ya era el base de facto.

Con el grupo con más altura y capacidad reboteadora que se ha visto en Beantown desde 2010, las principales dudas surgen en defensa. Enes Kanter y Kemba Walker, dos jugadores llamados a jugar muchos e importantes minutos durante esta temporada, son mediocres defensores en sus mejores días y dos agujeros en los peores; solo pensar en cómo pueden actuar ante un pick and roll central me hace recordar el final de Reservoir Dogs.

Así que no vamos a pensar más en la tormenta y ya nos mojaremos cuando salgamos de casa.

 

Récord

LeBron James y Kawhi Leonard ya no están en el Este, por lo que Giannis Ougko Antetokounmpo tiene libre el trono de la Conferencia – siempre y cuando no pongas una zona delante del mismo. Los Milwaukee Bucks fueron el mejor equipo durante la pasada temporada regular, pero el quinteto de los Philadephia 76ers es simplemente aterrador – especialmente en el costado defensivo. Si a eso le añadimos el respeto que se debe otorgar al campeón del pasado año, por mucho que esta temporada sea el campeón de la NBA más irrelevante que ha tenido nunca la liga, el mejor escenario para los Boston Celtics es un curso en torno a las 50 victorias que les permita asegurar la tercera plaza de la Conferencia Este y una primera ronda de Playoffs sencillita.

De ahí en adelante todo lo que llegue será más que bienvenido.

En definitiva, estamos ante una temporada de transición, donde reinará la mediocridad salvo que Gordon Hayward juegue a un nivel cercano al de su último año en los Utah Jazz y encaje perfectamente con Kemba Walker… o Jayson Tatum se destape definitivamente como un perenne All-star.

Si por lo primero pasa que los Boston Celtics sean un equipo divertido esta temporada, de lo segundo dependen las aspiraciones del equipo durante la próxima década y media.